Te doy mis ojos
Sinopsis de la película
Una noche de invierno, Pilar sale huyendo de su casa. Lleva consigo apenas cuatro cosas y a su hijo Juan. Escapa de Antonio, un marido que la maltrata y con el que lleva 9 años casada. Antonio no tarda en ir a buscarla. Pilar es su sol, dice, y además, le ha dado sus ojos.
Detalles de la película
- Titulo Original: Te doy mis ojos
- Año: 2003
- Duración: 106
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Opinión de la crítica
Película
7.4
86 valoraciones en total
Sorprendente relato de una historia de amor deteriorada al máximo, de un hombre que quiere a su mujer solo para él, hasta el punto de anularla como ser humano, de volcar en ella su propio fracaso existencial, y de una mujer que ama y a la vez teme a su marido, que se agarra en sus palabras y en los buenos y lejanos momentos vividos. Una historia como tantas que nos rodean a diario, en los medios de comunicación, en la vida real, y que jamás se había plasmado de una manera tan acertada en el cine. Aquí no existen malos ni buenos sino una mujer conformista que intenta no serlo y un hombre incapaz de enfrentarse a los problemas sin utilizar la violencia, que recurre a la ayuda de un profesional con la intención de solucionar un problema que va mucho más allá y que subyace en su propia educación patriarcal.
La película tiene momentos de pura tension emocional, mantiene una atmósfera de horror que pocas películas del género de terror consiguen crear, y todo ello sin el uso de una sola gota de sangre. Es muy difícil de olvidar el rostro de rabia contenida de Luis Tosar y la cara de temor de una magnífica Laia Marull. Magníficas sus interpretaciones, como la de Candela Peña.
En definitiva, se trata de una excelente película, muy simple y muy acertada en su desarrollo y en el tratamiento de una temática tan delicada como es el problema social de la violencia de género.
Lo mejor: Huye de tópicos y melodramas a la hora de tratar la violencia doméstica. Interpretaciones geniales.
Lo peor: El personaje de Rosa María Sardá, ¿Alguien se lo cree?
Magnifica muestra del nuevo cine español. Presenta un escenario muy realista y creíble: el violento no es ningún monstruo sino una persona humana, bien tratable que conoce sus defectos y hasta intenta corregirse (o curarse). La victima es una mujer dubitativa influenciable e insegura.. Excelente interpretación de Laia Marull en un rol muy difícil de interpretar.
La película Incluye una escena de violencia que es un ejemplo de cine de primera división, ya que en forma altamente imaginativa logra transmitir la crudeza y la terribilidad de la violencia de género y el sentimiento de impotencia del débil, y todo ello sin tener que recurrir a los consabidos y manoseados efectos de sangre, heridas, ni primeros planos de golpes. Esta escena merece, por si sola, un fuerte aplauso.
Importante película del reciente cine español, por el tema tan crucial y actual que toca. La directora Icíar Bollaín, una vez más demuestra que sabe lo que lleva entre manos cuando se propone realizar un proyecto fílmico. Desde que nos conquistó a tantos con su actuación inolvidable en la película de V. Erice, El Sur , sabíamos que triunfaría en la senda del cine donde prosiguiera su buen hacer, y así ha sido. Es un placer ver sus peliculas, con la consideración que trata a sus personajes.
La interpretación de Luis Tosar, es de Oscar o del Premio más grande que haya disponible, pues está insuperable en su papel de hombre frustrado que paga su frustración con su propia mujer e hijo. Verdaderamente lo interpreta con una fidelidad a la realidad inmejorable.
Fej Delvahe
‘Te doy mis ojos’, de la mejor directora que actriz (como vuelve a demostrar aquí), Icíar Bollaín, es una película dura, pues se acerca al problema del maltrato conyugal, y se agradece que lo haga sin maniqueísmo ni feminismo barato. El maltratador no es visto como un monstruo en esta tercera y estupenda película de Bollaín, sino como un hombre enfermo, incapaz de controlar su ira, con muchísimo miedo y con un terrible complejo de inferioridad que hace que reaccione como lo hace.
La tesis es clara, sólo con la educación se pueden evitar crear para la sociedad estos enfermos mentales como el que encarna el cada vez mejor actor Luis Tosar, quien junto a su compañera de reparto Laia Marull da muchísimo verismo a la credibilidad de la película. Ambos ofrecen unos trabajos de interpretación que se diría insuperables.
Te doy mis ojos muestra, una vez más, que es posible crear una magnífica obra cinematográfica sin necesidad de grandes alardes técnicos, contando una historia sencilla pero bien construida, con un desarrollo impecable y trufada de dramatismo.
Cuando, en la última escena de la película, Antonio ve a través de la ventana de su piso cómo Pilar se aleja en compañía de sus dos amigas Rosa y Lola, una parte de su vida se aleja con ella. Podemos verlo en sus ojos, que destilan una extraña mezcla de miedo, culpa y confusión. Te doy mis ojos explora el tema de la violencia de género, un tema polémico y controvertido que, por desgracia, es de candente actualidad en la España contemporánea. Sería fácil tratarlo de una manera puramente superficial, convirtiendo la cinta en un alegato feminista que denunciase el problema sin intentar ir más allá. Pero éste es un tema complejo, y uno de los mayores aciertos de las guionistas, Icíar Bollaín y Alicia Luna, es reconocer su complejidad y ofrecer una exploración seria y verdaderamente acertada del mismo. La película no solamente presenta los hechos, sino que trata de comprenderlos y analizarlos. No nos muestra únicamente el sufrimiento de Pilar, sino que también profundiza en la psicología de Antonio, en los mecanismos de su personalidad que lo impulsan a maltratar a su esposa.
Por supuesto, estamos ante un film en el que la violencia juega un papel fundamental, pero la violencia no es el motivo central de la cinta. Lo primordial en Te doy mis ojos es el efecto que dicha violencia provoca en los personajes, de qué manera influye en sus vidas cotidianas y en las decisiones que deben tomar. Por ello, el elemento violento en sí no aparece ya desde el primer instante, sino que lo primero que vemos son los signos y los efectos de una violencia que ya ha tenido lugar sin que la cámara la haya recogido de manera explícita. No quiero decir con esto que no haya violencia explícita en la cinta. La hay, y mucha. Se trata de una violencia que va creciendo hasta alcanzar el clímax en la escena en la que Pilar, ya preparada para viajar a Madrid en busca de un trabajo que dé sentido a su vida, es agredida, desvestida y humillada por un Antonio que no es capaz ni de dominar su ira ni de comprender las ansias y los sueños de su mujer.
Hacia el final del film, Pilar habla con su hermana y le confiesa: Tengo que aprender a mirarme a mí misma. Yo no sé quién soy. En mi opinión, ésta es una de las claves de la película. Pilar es un personaje cuyos sueños e inquietudes han sido anulados por la acción de Antonio, que ha modelado y controlado su vida y, en última instancia, la ha destruido. Así, al final la vemos convertida en una mujer que se ve en el espejo y no se reconoce. Para ella no se trata ya de reconstruir su vida lejos de Antonio, sino también de reconstruir la imagen que tiene de sí misma, una imagen que se ha ido borrando durante largos años de violencia y sufrimiento.