Un sol interior
Sinopsis de la película
Isabelle, madre soltera, artista divorciada con un hijo, busca el amor verdadero, pero sólo va encontrando decepciones… Inspirada en el ensayo de Roland Barthes Fragmentos de un discurso amoroso .
Detalles de la película
- Titulo Original: Un beau soleil intérieur (Let the Sunshine In)
- Año: 2017
- Duración: 94
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Opinión de la crítica
Película
5.5
54 valoraciones en total
Pais
Directores
Actores
- Alex Descas
- Bertrand Burgalat
- Bruno Podalydès
- Charles Pépin
- Claire Tran
- Gérard Depardieu
- Josiane Balasko
- Julien Meunier
- Juliette Binoche
- Laurent Grévill
- Lucie Borleteau
- Nicolas Duvauchelle
- Paul Blain
- Philippe Katerine
- Sandrine Dumas
- Schemci Lauth
- Suzanne Osborne
- Tania de Montaigne
- Valeria Bruni Tedeschi
- Walid Afkir
- Xavier Beauvois
Una grandísima interpretación de Juliette Binoche para un film insípido, soso y aburrido destinado únicamente para un público femenino. La directora Claire Denis se inspira en la obra Fragmentos del discurso amoroso de Roland Barthes para crear un guión junto a Christine Angot en el que nos muestra a una mujer con bastantes relaciones amorosas con hombres bastante estúpidos y que lo único que busca es un amor auténtico y verdadero.
Después de participar en Festivales como Cannes o Sevilla y nominaciones a la mejor actriz en los César y en los premios del cine Europeo a Juliette Binoche destacaría una buena fotografía de Agnes Godard y una buena banda sonora de Start A. Staples del grupo Tindersticks.
Pero ya digo que lo peor son unos diálogos torpes y una dirección floja iluminando la pantalla solamente la actriz protagonista aunque con un vestuario bastante cuestionable.
Casi lo más divertido del film es un diálogo en los créditos finales del film con Gerard Depardieu en el que parece jugar con ella a ser psicólogo o adivino.
Destino Arrakis.com
No salgo de mi asombro con las numerosas críticas favorables a esta película. Hacía tiempo que no sentía unas ganas tan profundas de levantarme de una sala al cabo de cuarenta minutos de visionado. Se supone que estamos ante personajes que representan vidas de adultos del siglo XXI educados, cosmopolitas de una urbe moderna francesa. Pero los diálogos que presentan son propios de adolescentes incapaces de relacionarse con un mínimo de normalidad.
Se puede estar dañado psicológicamente, deseoso de amar y ser amado, física y emocionalmente, pero en una película hay que poder contar algo más que la imbecilidad patológica a la hora de comunicarse. Porque no hablo de las equivocaciones amorosas del personaje interpretado por Binoche (la vida es equivocarnos todos) , hablo del nivel relacional que presentan entre sí los personajes de la película.
Me gustaría ver qué pasaría si Roland Barthes viera esta película supuestamente basada en su obra Fragmentos de un discurso amoroso . Creo llegaría a las manos con la directora.
En cualquier caso mi pareja y yo debemos ser de otro planeta para las relaciones mujer-hombre y viceversa, dado que los dos encontramos infumables –perdón por la expresión– la mayoría de los diálogos que Binoche y sus hombres mantienen en el film, con un nivel propio de niños descerebrados.
Si pretende hacer gracia a mi no me la hizo, si pretende reflejar la realidad de una mujer madura con sus ligues maduros… no me lo puedo creer: Nadie medianamente inteligente mantiene comunicaciones de esa manera.
Y luego el contraste entre lo que se oye y alguna forma visual de narrarlo, con primeros planos edulcorados de Juliette que en mi opinión aún hacen chirriar más la película. En serio, me resulta desconcertante las buenas críticas que leo ( mi versión era la doblada en español, ¿será ese el problema?)
Y por que no? Por qué no poder encontrar la manera de dejar de sufrir.
Ojalá todos tuviéramos un Depardieu que nos orientara en lo que va a pasar o no.
No se pierdan los créditos por ninguna razón.
No se la pierdan a Binoche
Hacía mucho tiempo que no se estrenaba comercialmente una película de Claire Denis en Argentina. Se vió Una Mujer en África en el Festival de Mar del Plata en 2014 (se repitió en el BAFICI 2015), donde contamos con su presencia y disfrutamos de una Master Class donde se explayó con gran simpatía sobre su presente, su cine y su manera de hacerlo. Pero fuera de los festivales, debemos remitirnos muchos años atrás, concretamente a fines de los 90, para encontrarnos con el estreno de aquella notable obra que fue Bella Tarea.
Afortunadamente, este bello sol interior protagonizado por Juliette Binoche, llegó a las salas porteñas con puntualidad. Y qué podemos decir? Juliette se apodera de la película.
Inmenso retrato de una mujer de unos 50 años, magníficamente interpretada por la Binoche, una actriz extraordinaria, sensible y sensual que centraliza mágicamente el relato a través del cual pasaran cuatro hombres con los que intenta generar una relación estable.
El film no solo describe la vida y los sentimientos de una mujer que en su madurez aún se siente joven sino que va más allá y aborda la precariedad de las relaciones en el mundo moderno. Isabelle es una pintora separada de su marido con el que alterna la tenencia de su hija de 10 años. Ciertamente, Isabelle no es una mujer sola. Vive rodeada de amigos y pretendientes. Pero su soledad es inmensa. La incapacidad de generar una relación duradera, incluso de compañerismo con alguno de los hombres que llegan a su lado se hace absolutamente imposible.
Claire Denis enfoca este tema con madurez y crudeza. Las relaciones que plantea son circunstanciales. Hay en todas ellas una explicito interés por la sexualidad antes que el amor, la compañía o incluso la amistad. Observa con crudeza un mundo que pareciera estar regido por lo sexual, y que por otra parte, la falta de satisfacción y desarrollo de relaciones más estables, daría lugar a una precariedad e inestabilidad de las relaciones humanas que estaría condicionando al mundo a vivir en soledad. No es casual el incremento en la cantidad de divorcios ni la precariedad que muestra la pareja moderna. Ello deja ver cambios sociales importantes donde, en síntesis, el materialismo de una época se impone sobre la espiritualidad.
Cinematográficamente, Denis aprovecha el talento de la actriz y prácticamente nos cuenta su derrotero en extraordinarios primeros planos que solo una gran actriz como la Binoche puede soportar. Es remarcable también la escena que transcurre en un boliche nocturno donde conoce a alguien con quien baila. En la banda de sonido suena Etta James con su inolvidable versión de At Last. Es un momento donde Isabelle parece disfrutar del baile en un momento de profunda comunión con su circunstancial pareja. Posiblemente, sea el momento de mayor espiritualidad de todo el film.
El final depara una sorpresa. Aparece Gerard Depardieu haciendo de un vidente. Isabelle pasa revista a todas sus relaciones. El vidente la atiende con la solemnidad de una psicoanalista. En ese momento de extraordinaria franqueza e intimidad, Isabelle parece tomar conciencia del paso del tiempo y comprender, que solo el tiempo es capaz de curar heridas, otorgar experiencia, y enseñar a esperar.
Desde que se anunciase su inclusión en la Quincena de Directores de Cannes, Un sol interior se intuía como una obra menor de Claire Denis, que presentará High life el año que viene. Esta supuesta transición serviría únicamente como lucimiento de Juliette Binoche en una comedia ligera antes del próximo lanzamiento de la directora ¡Qué placer ver florecer en la pantalla una propuesta tan sencilla que ni de lejos cumple las bajas expectativas que se nos han creado! Denis deja aparcada la crudeza y la marginalidad que caracteriza su cine para centrarse en una figura femenina más convencional, y por tanto, no habíamos podido reencontrar en el cine desde las mejores obras de Eric Rohmer.
Binoche encarna a una mujer que se adentra en su madurez entregada al cien por cien en la búsqueda del amor. Desde la preciosa escena de cama inicial comprendemos que para ella la felicidad llega a través del sacrificio y del esfuerzo, sea cierto o no, como bien demuestra que renuncie al orgasmo por compartir el placer del momento. Se trata de alguien que no se permite dejar cabos sueltos ni escapársele el mínimo detalle que pueda estropear una relación o su felicidad. La esperanza de no renunciar a ser feliz, aunque a veces el empecinamiento nos lleve a tomar malas decisiones que hacen que perdamos el norte.
Un banquero tirano, un actor de teatro egocéntrico y autocompasivo, un exmarido irreconocible, un hombre tan humilde como considerado, un misterioso caballero que no se permite arruinar una amistad… La película consiste en las sucesivas conquistas que la protagonista va dejando atrás por no encontrar la satisfacción que busca ¿Cómo empatizar entonces con este personaje tan estereotipado de parisina bourgeoise-bohème con una ceguera que la impide alcanzar su objetivo hasta el punto de rechazar a un amante por la manipulación de sus allegados? Sin duda alguna, esto se consigue a través de la sinceridad del texto. Denis suprime todo artificio en el estilo para que captemos la transparencia de la heroína en pantalla. Un personaje tan complejo en pensamientos como simple en sentimientos. Una honestidad tan impactante, tan evidente, que es imposible no emocionarse en esta caótica odisea del día a día, o de noche a noche.