Un secreto de mujer
Sinopsis de la película
Marion, una actriz y cantante ya retirada de la vida profesional por haber perdido la voz, intenta formar y promocionar a Susan, una joven cuyo nombre artístico es Estrellita, que está dotada de buenas cualidades, pero que carece de carácter. Melodrama con trasfondo criminal, basado en una novela de Vicki Baum.
Detalles de la película
- Titulo Original: A Womans Secret
- Año: 1949
- Duración: 84
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Opinión de la crítica
Película
5.8
62 valoraciones en total
Estimable y poco valorado film de intriga de engarce romántico. Una de las primeras obras dirigidas por Nicholas Ray que contó para esta ocasión con un sólido guión de Herman J. Mankiewicz, el libretista de Ciudadano Kane, construido a base de flash backs perfectamente hilvanados por secuencias de la realidad, y en la que Ray crea una historia centrada en el éxito, el fracaso, el trasvase de anhelos vitales y celos profesionales y sentimentales. La película posee un buen ritmo y una excelente dirección de actores, además cuenta con la estupenda fotografía de George Diskant (que acaba de trabajar en Los amantes de la noche) llegando a transmitirnos un poco del estilo de Nicholas Ray.
Fenomenal el trato dado a los personajes principales, especialmente en la colisión psicológica entre los caracteres femeninos y su interacción con Douglas. Gloria Grahame es Susan Caldwell, una de las grandes musas del cine negro, que inspiró a grandísimos directores, nominada al Oscar por Encrucijada de odios (Edward Dmytryk- 1947), lo recibe más tarde por Cautivos del mal (Vincente Minelli -1952), nos deleita también con su presencia en las maravillosas En un lugar solitario, Sudden fear (Miedo súbito) David Miller-1952), Los Sobornados (Fritz Lang-1953), o en Deseos Humanos (Fritz Lang-1954). Maureen OHara es Marian Washburn, en su larga carrera cinematográfica que empieza con La posada de Jamaica (Hitchcock-1939), tiene sólo un film negro además de Un secreto de mujer, The fallen sparrow (Perseguido) (Richard Wallace-1943). Melvyn Douglas es Luke Jordan, en la que creo es su única aparición en el género negro.
No es una obra maestra pero si demuestra lo que un buen director es capaz de hacer con un material con el que no estaba especialmente conforme, una película que bebe de forma poderosa de unos modos del melodrama noir que adquirieron carta de naturaleza en el cine norteamericano a partir del éxito de un título como Laura (1944. Otto Preminger), y pienso que nada tiene de malo el seguimiento de una modalidad venenosa, elegante y decididamente crítica, que posibilitó exponentes llenos de vigor filmados por algunos de los realizadores más valiosos que ofrecieron sus aportaciones al género.
La novela, Verpfändetes Leben (Una Vida Hipotecada), que, Vicki Baum, publicara en 1946 (al inglés, fue trasladada como Mortgage on Life), fue la base para esta película realizada por Nicholas Ray, y escrita por, Herman J. Mankiewicz, escritor a quien muchos recuerdan como co-autor del guion de, Citizen Kane (Orson Welles,1941). La trama comienza como algo en exceso simple: Dos amigas, la una cantante y la otra excantante, tienen un disgusto porque la primera anuncia que quiere abandonar su carrera. La discusión continúa en la alcoba de Susan Caldwell, la cantante… se oye, entonces, un disparo, y la empleada descubrirá enseguida a Susan en el piso gravemente herida y a su amiga, Marian Washburn, a su lado, confusa por lo sucedido. Habiendo confesado que fue ella quien disparó, se inicia la investigación y la policía cree que es caso cerrado… pero, hay un hombre, Luke Jordan, amigo de ambas mujeres, quien no cree ni por un segundo que, Marian, tuviese motivo alguno para hacer tal cosa.
>, no dio los resultado$ esperado$, creo que es una agradable comedia detectivesca que disfrutarán todos aquellos que se sintieron complacidos con las historias de, Nick y Nora Charles.
Con una serie de flashbacks asistiremos entonces a un recuento de los hechos y lo que funciona como una suerte de film noir, adquiere un delicioso tono de comedia tipo, The Thin Man, y con magníficos, y a veces mordaces, diálogos, a lo que se suma un puñado de afortunadas interpretaciones, el filme adquiere un refrescante aire, dándonos la impresión de estar ante una obra teatral donde todo pasa de manera regocijante y halagadora.
Maureen O’Hara, como la sindicada del atentado, preserva ese aire distinguido y esa gran belleza que nos hace sentir que le perdonaríamos cualquier cosa, y por eso. es tan fácil ponernos del lado de, Jordan (Melvyn Douglas), cuando se dispone, a como dé lugar, a demostrar que no pudo ser ella la culpable. Gloria Grahame, como ya lo ha demostrado en otras de sus actuaciones, tiene la figura perfecta para lucir como la chica inadaptada a quien, Marian, se ha propuesto convertir en la Estrellita que ella no pudo ser.
Pero, para sorpresa de todos, es innegable que, Jay C. Flippen (el inspector Jim Fowler) y Mary Philips (su perspicaz y entrometiche esposa, Mary), se roban el show con sus deliciosas salidas en procura de resolver el asunto.
No obstante que, <
Una frase para recordar: Buenas personas a veces disparan a otras que no son buenas… y también van a la cárcel.
Título para Latinoamérica: SILENCIO FATAL
Nicholas Ray es uno de los buenos directores, grandes películas como Llamad a cualquier puerta, En un lugar solitario, Rebelde sin causa o Johnny Guitar.
La historia con una jovencisima Gloria Grahame, mítica años despues haciendo pareja de Glenn Ford en las míticas peliculas de Fritz Lang Los sobornados y Deseos humanos.
La trama, con constantes Flashbacks es agil, con ese aroma a buen cine negro.
Basada en la novela de Vicki Baum, mantiene el ritmo hasta un final digamos previsible.
Una película recomendable a cualquier aficionado al buen cine negro.
La película es un auténtico folletín basado en una novela de Vicki Baum, autora de moda y de Gran Hotel, también llevada a la pantalla. El guión es de Herman J. Mankiewicz, guionista de Ciudadano Kane, y eso hace que el folletín tenga mayor interés. Así mismo la interpretación de los actores es muy correcta y yo destacaría la interpretación de las dos protagonistas, y sobre todo la interpretación de Gloria Graham que con su arqueamiento de cejas le da una gran intensidad a su personaje. En este momento la actriz está casada con Nicholas Ray y eso se tiene que notar en los cuidadísimos planos que le hace. La película contiene cierta intriga que se mantiene hasta el final pues está contada en sucesivos flashbacks perfectamente hilvanados por secuencias de la realidad, donde el inspector y su mujer constituyen un perfecto y divertido nexo. No es una obra maestra pero si demuestra lo que un buen director es capaz de hacer para interesar a los espectadores. Hay que verla sin prejuicios.
Rodado tras la notable Los amantes de la noche y poco antes de obras tan redondas como Llamad a cualquier puerta, En un lugar solitario o La casa en la sombra, este insulso melodrama criminal es de lo más flojito que dirigió el gran Nicholas Ray en los primeros años de su extraordinaria e intensa carrera.
Sin conocer los detalles del rodaje y aun pudiendo equivocarse, tiene uno la impresión de que debió de ser este un trabajo de encargo que Ray afrontó con tal desgana que acabó contagiando su apatía al resto del equipo, empezando por los actores, una gélida y hierática O’Hara y un Douglas algo talludito, entre quienes no hay en esta peli química alguna y que parecen incómodos o encorsetados en unos papeles más bien planos y convencionales. Gloria Grahame, por su parte, saca lo que puede de un personaje que parece la hermana tonta de Anne Baxter en Eva al desnudo.
El guión de Herman J. Mankiewicz, cosa rara, tampoco ayuda mucho que digamos. Seguro que conocemos historias de crímenes narrados mediante flashbacks esclarecedores tanto de los posibles móviles como de los sospechosos potenciales de los mismos, pero ninguna, seguramente, tan sosa y carente de tensión como esta, que va en vuelo rasante del principio al final del metraje hacia un final de lo más previsible y adocenado. Hay, además de un par de excursiones ociosas y cosmopolitoides a París y Marrakech, ciertas pinceladas forzosas y algo irritantes de comedia, en forma, por un lado, de diálogos pretendidamente chispeantes pero que, salvo algún acierto ocasional, suenan previsibles y sin pegada, y, por el otro, del personaje de la chismosa esposa del inspector, que va cobrando un inexplicable protagonismo hacia el final de la película, conviertiéndose en un engorroso postizo más de una historia que va diluyéndose con más pena que gloria hasta revelarle al espectador el supuesto secreto del título, un secreto, dicho sea de paso, que lo era a voces desde bastante antes del final.