Un rolls para Hipólito
Sinopsis de la película
A Hipólito, conserje de una fábrica cuyos obreros están en huelga, lo eligen como portavoz para que exponga las quejas de los trabajadores ante el director. Éste, que no está dispuesto a ceder, decide ganarse al conserje, nombrándolo su secretario personal.
Detalles de la película
- Titulo Original: Un rolls para Hipólito
- Año: 1982
- Duración: 84
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Opinión de la crítica
Película
4.1
42 valoraciones en total
Con el gracejo habitual de A. Ozores y A. Landa, la comedia que dirige J. Bosch (guión de M. Ozores) está en la línea de lo que cabe esperar.
Narración desenvuelta, ritmo vertiginoso, dominio de la escena por parte de intérpretes y dirección, sencillez argumental y la correspondiente dosis de destape para que la nómina resulte completa.
También desenfado, desinhibición, afabilidad y un toque de carácter social que siempre proporciona valor añadido.
Comedia distendida que garantiza una velada amable entre sonrisas y situaciones graciosas.
No es poco.
Excelente guión de Mariano Ozores, mostrándonos una película ordenada e interesante, con actuaciones excelentes de Antonio Ozores y Alfredo Landa. A penas se echa mano del destape, cosa que se agradece, y os mantiene pegados a la pantalla todo el metraje, que es de lo que se trata.
Al final, el título de la película cobra sentido, haciéndonos un guiño a los derechos de los obreros, tema que, entiendo, estaría en boga en aquel momento. Ozores supo ver muy bien cuales eran los intereses de los españoles de la época y lo reflejó muy bien en sus papeles.
Se agradece que los montajes de sus películas sean impolutos, demostrando un amor por los detalles. De la misma manera, los escenarios, las casas, los coches…, son de estilo. Un buen rato.
Quizá más pasable que otras lindezas ozorianas, un vodevil con ínfulas de reivindicación social, la conflictividad obrera de los 80 tratada con la misma ligereza de los chistes fáciles para arrancar al personal la sonrisa o incluso alguna burda carcajada. Aparte alguna teta que se escapaba por ahí, signo de esos tiempos…
Otro papel de los llamados alimenticios de Landa, que en medio de otros trabajos más solventes y de mucha más calidad, propios de su evolución como actor (similar a lo que sucedió con Pepe Sacristán), continuaba aceptando de vez en cuando alguna oferta de este tipo de comedietas de brocha gorda para rememorar con nostalgia sus primeros papeles de los 60 y 70, y de paso quitarse de enmedio una cuantas letras y facturas.