Un muerto recalcitrante
Sinopsis de la película
Elliot Nash (Glenn Ford), un guionista de televisión, es chantajeado por un hombre que tiene fotografías comprometedoras de su mujer (Debbie Reynolds), una estrella de Broadway. Elliot, experto en guiones policíacos, planeará el crimen perfecto.
Detalles de la película
- Titulo Original: The Gazebo
- Año: 1959
- Duración: 102
Opciones de descarga disponibles
Si lo deseas puedes obtener una copia la película en formato HD y 4K. Seguidamente te detallamos un listado de fuentes de descarga directa activas:
Opinión de la crítica
Película
6.4
74 valoraciones en total
Un muerto recalcitrante se parece mucho a las adaptaciones cinematográficas de obras de Alfonso Paso, como Usted puede ser un asesino, aunque se rodó antes y se basa en una comedia teatral de gran éxito en Broadaway. Pertenece a un buen momento de inspiración de George Marshall, pues el guión resulta perfecto y la realización es sólida y con excelente dirección de actores.
El mayor acierto consiste en un intento de asesinato que no era necesario. Y en la genial caracterización de Glenn Ford como un atolondrado y neurótico marido que por defender a su esposa no hace más que equivocarse y acabar en el ridículo. Desde la chillona voz de la criada hasta el cadáver que se resiste a ser enterrado, pasando por puertas atascadas, grifos que sueltan el agua por donde menos se espera, plásticos que se rompen y un palomo que determina el desenlace de la historia, todo resulta ingenioso, sorprendente y divertido.
Debió tener un gran éxito, hoy olvidado, pues los franceses hicieron a principios de los setenta una nueva y muy cambiada versión de The Gazebo, es decir, El cenador, con el título de Jo, un cadáver revoltoso y Louis de Fünes de protagonista.
Los actores están bien, el guión está bien (las alusiones a Hitchcock como parte de la trama y su cameo telefónico son sencillamente fenomenales), y sin embargo algo falla. Nos queda el director. Y algunos gags poco afortunados. Solo así me explico que una película con todos los ingredientes para ser una buena comedia se quede en una historia desenfadada y simpática pero inofensiva. En el haber de George Marshall figura sin embargo reclutar al gran Glenn Ford para las filas de la comedia, género para el que demostró tener aptitudes aunque no lo cultivó demasiado. Eso y Arizona , un pedazo de western de los años 30.
Juguetear con los perfiles del chantaje y del homicidio puede convertirse en un ejercicio divertido si el guión está bien trazado, la historia tiene enjundia, la dirección corre a cargo de G. Marshall y G. Ford ejerce de maestro de ceremonias.
Un ingenioso abanico de equívocos la convierten en comedia encantadora, suavecita a pesar de su intríngulis y de su truculencia.
Después de sesenta años mantiene vigencia, frescura, desenfado y chispa.
A pesar de que hoy parece una película casi olvidada, sin fama ni predicamento, la justicia del cine debía auparla al lugar notable que merece en el escalafón.