Un lugar para soñar
Sinopsis de la película
Benjamin Mee, un joven viudo que todavía sufre la pérdida de su mujer mientras intenta seguir adelante con sus dos hijos, ha sido siempre un amante de la aventura y los retos difíciles. Buscando cambiar de vida completamente, decide comprar un zoo ruinoso y medio abandonado e intentar, con la ayuda de sus hijos y de los empleados del zoo, sacarlo adelante… Basada en la verdadera biografía de Mee, aunque trasladando la acción de Inglaterra -donde vive Mee- al sur de California.
Detalles de la película
- Titulo Original: We Bought a Zoo
- Año: 2011
- Duración: 124
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Opinión de la crítica
Película
5.7
27 valoraciones en total
Así es, como pongo en mi titulo. Por aquí hay mucho critico que bla bla bla, que si los personajes, bla bla bla, que si el guión bla bla bla, muchas palabra técnicas para mucho bla, bla bla, y al final veo la película con mi hijo de ocho años y el tio la ha disfrutado como un poseso, ha reído, ha llorado y no se ha movido del sofá el las dos horas largas que ha durado la película. Una película que por cierto va dirigida en su mayoría a un publico infantil y tendría que ser este el que la valorara y no tanto bla bla bla bla, metanse en el cuerpo de un niño de ocho años y verán como las perspectivas cambian. Y no se quejen tanto que si el director bla bla bla y mas bla bla bla que aburren.
Para mi hijo un Notable, y los demás expertos que sigan con el bla bla bla
Comedia familiar abundantemente azucarada y con extra de sacarina, aunque al final deja un buen sabor de boca y una plácida sonrisa en los labios.
No hay sorpresas, ni actuaciones estelares (bueno, quizá la de los tres niños con gran potencial por delante [y qué futuro]), sino una historia de superación, adornada con cosas bonitas, flores de caramelo y nubes de algodón (aunque parta de una premisa triste) que, por supuesto, debe acabar bien, todos enamorados con quien debe estar y listos.
No hay que ser muy exigente tampoco, ni regodearte en lo poco realista que resulta la trama, sino dejarse llevar por el olor a pastelillos de chocolate, como los que la abuela hacía cuando éramos tan sólo unos niños, y disfrutar del sabor edulcorado.
Muy bonito todo.
Los zoos me causan sentimientos encontrados. Por un lado creo que realizan una importante labor ecológica al tratar de rescatar, proteger y cuidar especies en peligro de extinción. Pero por otro lado me entristece que animales que deberían estar en libertad, en su hábitat natural, se encuentren confinados en un espacio delimitado y en condiciones y climas distintos de aquellos de los que proceden. Nunca me ha gustado ver pájaros enjaulados, tampoco encuentro correcto enjaular a cualquier otro animal de por vida. La cautividad les suele acortar la longevidad, aparte de que los hábitos de alimentación se les modifican radicalmente (a los depredadores se les atrofia el instinto de cazar y casi todos se acomodan al hecho de no tener que buscar ni pelear por la comida). Tampoco disponen de todo el espacio que necesitan para su actividad física (por ejemplo los cuadrúpedos acostumbrados a recorrer grandes distancias), aunque se intente que dispongan de parcelas extensas, nunca dejan de estar encerrados. Y no digamos esos osos polares o pingüinos asándose a cuarenta grados cuando la temperatura idónea en la que deben permanecer es bajo cero o como mucho pocos grados por encima del punto de congelación del agua.
Y también soy contraria a que se les saque lucro y se les explote. Habrá zoos y zoos y me da que unos cuantos no cumplirán demasiado las normativas.
No, definitivamente les veo más contras que pros. Sí, son atractivos, a la gente le gustan mucho, más que a nadie a los niños como es lógico. Pero yo con el paso de los años he llegado a mirarlos con recelo.
Hoy día, por nuestra culpa, seguramente ese sea el futuro que aguarde a la mayoría de las especies que logren resistir, porque estamos acabando con sus entornos naturales.
Entiendo que no dejan de tener su parte positiva y que en ese gremio debe de haber excelentes profesionales volcados en el cuidado de los animales. Imagino que esta parte positiva es la que pretende resaltar esta comedia dramática de Cameron Crowe sobre un aventurero padre de familia viudo al que se le ocurre el disparate de comprar un zoo en quiebra, inspirándose muy libremente en la historia real de Benjamin Mee.
La película es muy, muy bonita y de las de la categoría de no creíbles pero, como su título en España indica, al tratarse de un lugar para soñar es efectivamente un sitio donde uno se puede permitir soñar, claro. Y ya puestos a soñar, agitemos la varita de la imaginación y hagamos que ocurran cosas propias de una fabulita sentimental tirando hacia el cuento de hadas.
Se disfruta. Atención a la niña pequeña. Ella es la verdadera crack.
Creo que cuando uno va al cine y se decide por una u otra película es porque su temática a priori nos parece interesante, luego podrá serlo o no. Pues yo diría que si quieres ver algo de ciencia-ficción, ahora puedes ir a ver, por ejemplo, In time , si quieres ver aventuras pues la última de Tintin y si te apetece pasar una rato agradable y conocer una bonita historia pues ve a ver Un lugar para soñar . Partiendo de esta premisa y sin buscar los tres pies al gato la película te gustará, pero si buscas otra cosa, evidentemente, no la veas.
Cameron Crowe (1957) no es un director conocido para la mayoría, tuvo su mayor éxito con Jerry Maguire y su gran batacazo con el remake de Abre los ojos de Amenábar la edulcorada Vanilla Sky con Cruise y Penelope Cruz. Ahora con Nosotros compramos un Zoo (Título original) nos cuenta la historia de Benjamín Mee un columnista de prensa que cansado de la vida que lleva decide romper con todo y comprar una casa rural con la particularidad de que tiene un zoo.
La historia se desarrolla de una forma previsible, tienes un poco de todo lo que se espera en un film de este tipo…alegrías, fracasos, conflictos padres e hijos y, como no, una historia de amor.
Pero yo quiero resaltar algunas cosas. Lo primero que está basada en una historia real digna de todo el respeto y admiración. Lo segundo que vas a descubrir a una Johansson de lo más natural, alejada de toda la parafernalia glamourosa, hay que ver como seduce esta mujer a la cámara, tiene una fotogenia impresionante. Lo tercero, que vas a ver una muy cuidada fotografía y una banda sonora con unos temas muy del gusto para los que ya andan por los cuarenta.
Y , por último, que te puedes sacar un mensaje que yo lo resumiría en que si piensas en positivo ya tienes medio camino hecho con cualquier proyecto que uno pueda soñar.
La verdad, que con esta vida que llevamos casi todos, quién no ha pensado alguna vez en romper con todo y empezar de nuevo. En el cine todo es posible, pero en la vida real también.
Basada en una historia real. Esto vende. Una historia melodramática bastante edulcorada. A nadie le amarga un dulce, como se suele decir. Al menos, en mi caso no lo ha hecho. Está a la altura de las maravillosas Jerry Maguire y Casi Famosos, y para los que disfrutaron con estas dos cintas, que no se lo piensen dos veces y la vean. Su duración es de cerca de dos horas, pero es que no lo parece. Se disfruta y mucho. Todos los actores están genial, cada uno a su manera. La que hace de hija de Matt Damon es una robaescenas nata, al estilo del niño de la mencionada Jerry Maguire, Matt Damon y Scarlett Johansson no les veo mucho como pareja, pero se defienden bien en sus personajes. Funcionan mejor como pareja los jóvenes Colin Ford (un actor que les sonará a los seguidores de la serie, de The CW, Supernatural) y Elle Fanning (mejor actriz, en mi opinión, apunta mejores maneras que su hermana Dakota, vista en Super 8 y Somewhere). Thomas Haden Church haciendo de secundario algo gracioso me simpatiza. Sobre la banda sonora, me agrada escuchar un buen repertorio de canciones, es de las de comprarte el compact disc para poder escucharla en casa.