Un león en las calles
Sinopsis de la película
Hank Martin, un vendedor ambulante del sur de Estados Unidos, se casa con una dulce y bella maestra. Martin, manipulador y con don de gentes, encabeza una revuelta de los trabajadores del algodón, que supone el inicio de su carrera política. Cegado por la ambición y decidido a convertirse en el próximo gobernador del estado, propiciará una serie de turbios acontecimientos que se le acaban escapando de las manos. Basada en una novela de Adria Locke Langley.
Detalles de la película
- Titulo Original: A Lion Is in the Streets
- Año: 1953
- Duración: 88
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Opinión de la crítica
Película
6.5
35 valoraciones en total
Aquí un ejemplo de dos de los mejores profesionales en su oficio Walsh y Cagney, realizan una película con un guión y una trama algo precipitada pero eso no es un impedimento para que director e intérprete nos deleiten con una obra que hace que con el avance de la historia suba la adrenalina y la traten con una seriedad que hace que lleguemos a profundizar en ella de tal forma que parecemos estar ante un drama de increíble valor.
James Cagney, un auténtico león representando aquí a un hombre hecho a si mismo (otro más en su filmografía), un currito metido a político al estilo sindicalista que ve como con entusiasmo trabajo y decisión puede llegar a donde nadie creía que llegaría, lo que tampoco nadie se imaginaba, ni el mismo, es hasta los extremos que llega para conseguir materializar sus propósitos tanto para bien como para mal.
Historia de una persona con un especial don para embaucar a las personas que se nos presenta como un gran hombre querido por todos y que lucha contra las injusticias, aunque nos va dejando detalles de que no es oro todo lo que reluce, que acabe lanzandose al mundo de la política con el objetivo de ganar sin importarle el modo.
La dirección es magnífica como siempre del maestro Walsh y la interpretación de Cagney es portentosa. La banda sonora de Franz Waxman también es muy buena y acoge un tema que bien podría servir en estos tiempos de indignados.
La filmografía de James Cagney es muy amplia y tiene títulos muy interesantes como Al rojo vivo o uno, dos, tres . Su valía profesional y versatilidad está fuera de toda duda, pero seamos francos, es un histriónico y esa característica lastra bastantes veces su trabajo. Pues bien, a mi juicio Un leon en las calles es el cenit de su histrionismo y sencillamente destroza una película que sin duda hubiese tenido mejor tono si hubiese cierta mesura. Su personaje es absolutamente insoportable. Por otra parte, la película no desarrolla bien su transformación de buhonero a político de cierta envergadura. Me quedo con El político que desarrolla mejor una trama con ciertas similitudes. Lo dicho, para muy amantes del siempre excesivo Cagney.
La frecuente colaboración entre dos tipos tan viscerales y dados al exceso como Walsh y Cagney a menudo dio muy buenos resultados, y tal vez este sea el mejor de todos. En esta ocasión, el enano cascarrabias encarna a un humilde buhonero que, primero por simple compromiso humano y acto seguido por pura ambición personal, pasa de ser un simpático héroe local, a convertirse en un político sin escrúpulos, cada vez más ambicioso, capaz de pasarse los principios de la democracia por el forro de la entrepierna. Esta película constituye el mejor acercamiento que he visto al populismo político y a las corruptelas que lleva aparejadas la actividad política. Cagney está genial, porque, a pesar de interpretar a un individuo éticamente repulsivo, es capaz de ganar tanto a sus conciudadanos como a los espectadores. Sorprende la enorme vigencia que conserva la película, sencillamente porque es muy buena. Muchos políticos actuales, tan corruptos como el personaje de Cagney, deberían echarle una ojeada a esto, para que, al menos, entendieran lo que significa la palabra carisma.
Ahora que nos encontramos en España con el populismo, de derechas y de izquierdas, a la hora de hacer política, me enfrento con esta producción de quizás el mejor narrador de historias, Raoul Walsh, que basándose en una novela de Adria Locke Langley sobre un buhonero sureño que tenía un gran don de gentes y con su verborrea conseguía atraer y convencer a las personas, tanto como para prácticamente conseguir salir como gobernador electo.
Pero en política no es todo limpio, y la corrupción ronda siempre al poder político, la corrupción y una desmedida ambición y falta de valores, intentando hacer de lo público la apropiación indebida para lo privado, dejando los ideales, las convicciones e incluso a tus vecinos y amigos para lograr un cargo político para cumplir bastardas pretensiones que finalmente, como debe ser y debería ser en todos los casos, se vuelven contra ellos y acaban con sus huesos en prisión o en la tumba.
Con la presencia de la secretaria del gran Perry Mason, Barbara Hale y Anne Francis en el triángulo amoroso que cierra el buhonero metido a candidato a gobernador, James Cagney , en otra de sus sobreactuaciones que tanto prodigaba.
Notable, 7.