Un genio con dos cerebros
Sinopsis de la película
El cirujano Michael Hfuhruhurr (Steve Martin) es una eminencia en neurología, especialmente tras inventar un nuevo método quirúrgico para operaciones cerebrales. Cuando un buen día va en su coche dando una entrevista, atropella accidentalmente a la viperina Dolores (Kathleen Turner), una atractiva mujer ambiciosa y sin escrúpulos que aprovecha la coyuntura para casarse con él e intentar sacar tajada económica del asunto. De viaje en Austria y ante la infidelidad de su esposa, Hfuhruhurr se enamora de un cerebro propiedad del Dr. Necessiter (David Warner).
Detalles de la película
- Titulo Original: The Man With Two Brains
- Año: 1983
- Duración: 93
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Opinión de la crítica
5.2
94 valoraciones en total
Típica comedia disparatada que te cautiva más por su delirante y grotesca propuesta que por la calidad en el argumento.
Es un filme bizarro y repleto de gags absurdos que en cierta forma parodian el cine de ciencia ficción de décadas pasadas donde veíamos a doctores locos experimentando con la vida y jugando a hacer el trabajo de Dios.
La cinta desarrolla una payasada tras otra, pero lo bueno es que muchas de esas bufonadas son verdaderamente desternillantes y efectivas a la hora de provocar la carcajada del espectador. Es la típica comedia trastornada que se beneficia del carisma histriónico de un Steve Martin en todo su esplendor y de la escultural belleza física de Kathleen Turner quien otorga a la cinta una cuota de perversidad y sensualidad para estimular a la platea.
Steve Martin interpreta a un pedante neurocirujano que desarrolla técnicas innovadoras en sus operaciones. Pero todo comienza a complicársele cuando se enamora perdidamente de una bellísima mujer que sólo quiere exprimir económicamente a sus maridos (Kathleen Turner). Las alternativas se enredan aún peor en el momento en que el médico se enamora de un cerebro de mujer que yace en etapa de experimentación en el laboratorio de un colega suyo.
Así la cinta nos va mostrando en clave de comedia negra trastocada y con bastantes secuencias subidas de tono muchas experimentaciones médicas, asesinatos que buscan traficar cerebros de las víctimas, científicos locos, trasplantes de cerebros, amores interesados, triángulos amorosos e infidelidades, y bastantes enredos en donde los problemas matrimoniales y los ensayos científicos se conjugan de una manera rocambolesca y disparatada.
En fin, se la disfruta aún en su cutrez y su absurdo argumental, pues se pasa un rato ameno junto a situaciones desternillantes y alocadas. Una pena que el final no esté mejor elaborado, se lo nota un tanto improvisado en comparación con el resto de los gags.
La verdad es que el título no anima mucho a verla porque da la impresión de que va a ser un pegote, pero es una película divertida, alegre, desenfadada y subrealista. Un humor absurdo al estilo Top Secret o Agárralo como puedas, tanto en gags como en los diálogos.
Yo me he reído mucho en la escena en la que usa las manos como ventosas. Y Kathleen Turner haciendo de esposa cazafortunas e infiel no tiene precio.
Yo crecí con una Kathleen Turner ya tirando a madurita y con ligero sobrepeso (debido a la medicación que tomaba para su artritis reumatoide), así que cuando la veo ahora en películas de los 80 tan tremendamente sexy y atractiva, se me cae la baba. Fue todo un bellezón.
La recomiendo para pasar un rato de risas.
Original, atrevida, surrealista, absurda, divertidísima.
El humor absurdo no está hecho para cerebros mediocres. El absurdo es el éxtasis de la comedia. Se rompen las normas a través de un ingenio al que pocos tienen acceso. No comprender este tipo de humor lleva al espectador a despreciarlo.
Además el film no se queda en el humor. Hay una crítica feroz a la superficialidad. Nos enamoramos de un cerebro por mucho que deseemos un cuerpo.
A Steve Martin se le puede tachar de histrión pero su sentido de la comedia es innegable. Kathleen Turner está fabulosa y se entrega sin reparos a este loco humor.
Los secundarios son igualmente divertidos, como el mayordomo.
Gags visuales, verbales, de escenografía, de vestuario…
Si te gustó Aterriza como puedas disfrutarás con esta. Y, si no, es que te falta sentido del humor.
Película bastante sosa que no hace gracia ni nada de nada pero es que encima te aburres viéndola. Que sí, que la idea está genial peor también hay grandes película cuya idea es muy buena pero que luego te aburres como ostra. Me impactó ver a Kathleen de tiarraca después de recordarla en la maravillosa «Los asesinatos de mamá». Con Steve Martin pues pensaba que me iba a reír pero nanai de la China. Lo único que me llamaba un poco a verla entera era saber quién era el asesino del ascensor pero luego se queda en nada.
Total, no esperes una comedia desternillante aunque hay cosas muy absurdas con las que te ríes y tal, pero son dos escenas mal contadas. Tiene un sesenta y uno en el sitio de agregados de críticas y un setenta y seis en la tomatá, no lo entiendo la verdad si hubiese sido más comedia seguro que hubiera tenido menos. Yo le pongo un cuatro de que se puede ver entera pero es aburrida. Además, James Cromwell —«A dos metros bajo tierra»— sale dos segundos.
Aunque se trate de una comedia disparatada y descerebrada, nunca mejor dicho, me he echado unas risas con la comicidad de Steve Martin. Me cae bien porque me hace reír y eso es algo que valoro mucho. Honestamente la película es mala pero Steve y la sensualidad de Kathleen Turner, que parodia el personaje con el que se dio a conocer en Fuego en el cuerpo, la salvan de la mediocridad absoluta. Además hay otros secundarios de peso como David Warner o James Cromwell y la breve aparición de un jovencísimo Jeffrey Combs que aportan atractivo al conjunto. Tiene algunos buenos golpes de humor que merecen la pena. No me ha decepcionado y eso que me esperaba algo bastante peor teniendo en cuenta que en su día pasó bastante desapercibida.