Un entrenador genial
Sinopsis de la película
Phil Weston (Will Ferrell) es un hombre que ha tenido que soportar durante toda su vida a un padre extremadamente competitivo, Buck (Robert Duval). Cuando Phil decide entrenar al equipo de fútbol infantil en el que juega su hijo, descubre que su padre es el entrenador del equipo favorito de la Liga. Mientras las viejas rencillas vuelven a aflorar, Phil y Buck tendrán que tomar serias medidas para alzarse con el trofeo del campeonato.
Detalles de la película
- Titulo Original: Kicking & Screaming
- Año: 2005
- Duración: 95
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Opinión de la crítica
Película
4.2
43 valoraciones en total
Sin lugar a dudas la película de fútbol más ridícula vista. Con escenas de lo más improbables que ocurran en la vida real. En especial la escena del gusano (de la que es mejor no hablar). Will Ferrell divierte, porque es un payaso innato y muestra su recurrente ridiculez. Pero el resto de la película es muy pobre y las escenas de fútbol tan mal elaboradas la acaban de manchar. Lamentable. Parece como si el director se hubiera limitado a leer el libro de reglamentos del fútbol y no hubiera observado un solo partido de este deporte. No entendió la magia del deporte rey, ni la sintió (como es obvio).
Un entrenador genial se llama en realidad Kicking and Screaming. Un título la mar de apropiado, la verdad, porque eso es lo que hace Will Ferrell durante la hora y media de metraje: gritar y hacer todo tipo de aspavientos, como buen cómico Frat Pack que es.
La película es más o menos simpática, aunque tampoco es que cuente una historia muy elaborada. Al final, no dista mucho de ser un telefilme de hora de la siesta sobre padres e hijos, separados y después unidos por el deporte, el esfuerzo y los valores familiares. Quizás lo mejor que tiene es la presencia de Robert Duvall y de un jovencísimo Josh Hutcherson, a quienes siempre es un placer ver en pantalla.
No hay muchas películas americanas sobre lo que nosotros conocemos como fútbol. Disfrútenla, aunque sea en ambientes escolares.x
Una comedia simple y llana, y además sin gracia puesto que la historia es bastante aburrida y predecible. La película es como un capítulo largo de Oliver y Benji en el cual siempre acaban ganando y marcando goles de maneras sorprendentes, solo que en esta son niños de 9 y 10 años.
El protagonista (Will Ferrell) tiene un papel malo por no decir malísimo. Con el intelecto de uno de sus pupilos y con una facilidad para cargarla increible.
Si no tienes nada que hacer no afectará a tu vida pero por favor no pierdas el tiempo con esta peli.
Desde todo momento la película hace ver cual será su desenlace. Recopila todos los estereotipos de una típica película familiar sobre deporte infantil.
1.- El equipo es muy malo pero está muy claro que llegará a la final contra el supuesto rival a batir.
2.- Contratan a unos jugadores geniales que hacen todo y los demás jugadores poco a poco se sentirán infravalorados.
3.- Seguramente esos jugadores nuevos no jugarán la final para dejar paso al pundonor del equipo.
4.- El hijo del entrenador debe ser el que logrará dar la victoria al equipo.
Ya hemos visto este tipo de películas miles de veces y se encargan de repetirnoslo una y otra vez. Y, lo más duro de todo es que lo más gracioso que ofrece la película son los arrebatos de ira del entrenador, nada recomendable para niños. Así si querían librarse de una crítica porque supuestamente es una película para niños, aquí os destapo el tremendo error que comete Jesse Dylan.
Rebuscando por Netflix una película deportiva infantil/familiar que no hubiera visto me topé con ésta.
Ciertamente es una película previsible de principio a fin, y con un equipo de dirección que, como diría Jose María García, lo más redondo que han visto es una palangana.
La incorporación de los jugadores italianos, absolutamente esteriotipados, le da un pequeño plus (por lo menos a la propia acción futbolística) pero aún así es una lástima desaprovechar el destacado reparto (Will Ferrer, Robert Duvall), ya que las situaciones cómicas son bastante flojas.
Otra de las cosas inexplicables es la adicción al café y la actitud antideportiva del entrenador, visto hoy (2020), parece bastante suprimible y poco ejemplarizante.
Esto tipo de películas evidentemente están hechas para un público infantil. Siendo indulgentes, se puede ver, aunque está claro que se olvida pronto. Con todo, hay algunas peores. Echo de menos una gran película buena de fútbol familiar (quizá Los futbolísimo es lo que más se acerca).
Lo peor de todo es la escasísima oferta de películas de cierta calidad, no ya sólo de fútbol, sino de deportes en general para niños.