Un buen partido
Sinopsis de la película
Después de haber alcanzado en Europa un gran éxito profesional y mediático George Dryer (Gerard Butler), un apuesto ex-jugador de fútbol venido a menos, viaja a los Estados Unidos con la intención de reconciliarse con su ex-mujer (Jessica Biel) y con su hijo, que viven en Virginia. Al tener que empezar de cero, sin trabajo y con poco que hacer, George decide entrenar al equipo infantil en el que juega el chico, para disfrute de las madres del colegio.
Detalles de la película
- Titulo Original: Playing for Keeps aka
- Año: 2012
- Duración: 106
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Opinión de la crítica
Película
4.5
58 valoraciones en total
Pais
Directores
Actores
- Adam Kulbersh
- Aidan Potter
- Aisha Kabia
- Catherine Zeta-Jones
- Dennis Quaid
- Emily Somers
- Gerard Butler
- Gisella Marengo
- Grant Goodman
- Iqbal Theba
- James Tupper
- Jason Winston George
- Jesse De Luna
- Jessica Biel
- Jody Lambert
- Joe Chrest
- Jon Mack
- Judy Greer
- Katia Gomez
- Kimberly Hawthorne
- Liann Pattison
- Linda Leonard
- Nicky Buggs
- Noah Lomax
- Ritchie Montgomery
- Sean OBryan
- Shanna Forrestall
- Soumaya Akaaboune
- Uma Thurman
Considerada una de las peores películas del 2012 para público y crítica, Un buen partido trata de combinar dos temas antagónicos: el fútbol y las comedias románticas. No es en absoluto una descerebrada idea ya que así se conexiona un punto de desencuentro habitual en las parejas: los chicos dirán que van a ver al espartano dándole balonazos testiculares a cualquier cosa con piernas que se acerca a su larguero, mientras que ellas palpitarán con sus desfases romántico-bobalicones y dicotomías de turno del tipo: ¿si salgo con Gerard Butler debo ponerme bragas o tanga? Otra cuestión es que la intención y prostitución hollywoodiense de Gabriele Muccino (de)genere en un mojón imperecedero o repleto de fétido olor. Un buen partido, desde luego, lo es.
En este ejemplo de recital de visibles fallos de continuidad, tendremos las situaciones del peor vodevil y momentos tróspido-infantiles por doquier, que nos harán replantearnos que el fútbol y las comedias románticas dañan seriamente la salud… mental. El niño lleva muy bien que su madre se cepille a un maromo en la habitación de al lado y se vaya a casar pero no puede consentir que su padre le ignore cuando marca un gol o que se dé el lote con las madres de sus compañeros/as de equipo en pleno partido. ¡Cuánto ombligo! El momento de ira cuando su papá se pierde su gol es lo más ridículo de los conflictos paterno-filiales vistos en tiempo. Aunque me preocupa más que se banalice de manera tan ridícula el divorcio de unos padres y el sufrimiento de un niño, simplemente me resulta vergonzoso.
Estereotipada hasta el fuera de juego y narrada como un partido repetiti-vo-mitivo, las travesuras y viajes por la entrepiernas de milfs deja claro que Gerard Butler, Catherine Zeta-Jones, Uma Thurman, Judy Greer y Dennis Quaid pasaron por allí a recoger el cheque, más que a intentar interpretar alguno de sus lamentables papeles. Es gracioso que las películas que tratan que sus personajes se reinventen a sí mismos para recuperar su vida perdida, no se aplique el mismo cuento a sus guiones. Previsible e insulsa hasta decir basta y rodada con la misma pasión que el canto de un gol del equipo visitante, Un buen partido se resume y trata de tener o no tener acento. Un acento que debería puntualizarse y marcarse en la palabra BODRIGOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOL!
Dentro del género denominado La vida pasa también con estas cosas, la película no está mal porque entretiene. Dice ahí en un párrafo que Jessica Biel fue nomina al Razzie por su mal trabajo. Ni caso. Está muy bien para lo que es su papel. Para mí: extraordinaria. Yo, animo a verla. Y las demás igual de bien, se trata de crear madres acomodadas con un punto neurótico. Dennis Quaid aporta su punto de igual forma. Y Gerard Butler como actor no hace más que cumplir, para él, una película es un contrato, legal además, o sea, que sin pegas.
La película tiene un problema y de ahí las malas notas que hay en esta lista, que no es una película cómica disparatada y puede decepcionar en ese sentido, el caso es que no es engañosa.
El entrenador es el que un día engañó a su mujer y por eso le abandonó, debió meter muchos goles. Pero ahora ya no juega y quiere convencer a su ex. Pues sí, la vida va pasando también con estas cosas.
Hace un tiempo que decidí que no quería mirar los trailers ni leer las sinopsis de las películas que tenía en mente ir a ver, para evitar lo máximo posible el ir condicionado al cine, esperando algo que me haría llevarme una decepción al final, o una agradable sorpresa, la menor de las veces.
En esta ocasión, lo único que sabía de Un buen partido es que estaba protagonizada por Gerard Butler (fue inevitable ver el poster). Eso ya de entrada me dio mala espina, y me hizo pensar que iba a ver una película insulsa, cuanto menos, y especialmente dirigida a las féminas.
No sé si habrá sido esa la razón, pero la película me ha gustado y me ha dejado un buen sabor de boca. Está por encima de otras comedias románticas de similar estilo, y sobre todo me ha parecido más sincera, y por ello menos previsible, aunque eso no signifique que se repitan las mismas fórmulas, y por tanto que el espectador pueda prever cuál será el desarrollo de los acontecimientos, sólo que ocurren de un modo, digamos, más natural.
Gran parte del mérito se debe a la mano de Gabriele Muccino (Siete almas, En busca de la felicidad, El último beso). Especialista en este tipo de productos, y al que le ha sentado bien el (casi) cambio de género. Después de tanto drama, era de esperar que relajara un poco el tono, con una cinta más parecida a sus primeros filmes realizados en Italia. En esta ocasión, además, está acompañado por un plantel de caras conocidas (Jessica Biel, Uma Thurman, Catherine Zeta-Jones y Dennis Quaid, por ejemplo), todas ellas solventes dando vida a cada uno de sus personajes, cosa que da pie a algunas escenas divertidas, que con otros actores podrían resultar menos creíbles, ya que a uno le cuesta un poco aceptar algunas cosas, como que exista ese tipo de relación entre entrenadores de fútbol de niños y sus padres, aunque esto no es EEUU, y a mí de pequeño nunca me entrenó un ex-jugador famoso…
Al salir del cine, me puse a pensar en la filmografía de Gerard Butler, y la verdad es que su carrera, de un tiempo a esta parte, sin ser espectacular, está repleta de cintas interesantes y alguna que otra remarcable, como para que me diese pie a pensar mal de esta película su sola presencia.
Qué buenos son los prejuicios.
Si algo prometía en esta película estaba claro que era su atractivo reparto y su potente director ya que haber realizado una obra como En busca de la felicidad y la aceptable pero sobrevalorada Siete Almas pues sube un poco un listón pese a que esta comercial cinta tenga malísimas críticas y de todas formas no me he encontrado con una mala película. Simplemente me he encontrado con una cinta mas del montón, con una película pasable, que se deja ver pero ni es gran cosa ni me acordaré dentro de un mes de haberla visto pero si evaluamos este tipo de comedia o drama que hay un porrón de ellos, este por lo menos no aburre, su ritmo no decae y pese a que le sobren unos diez minutos de metraje, personajes como la madre desesperada que se lía con el casero de Butler que también sobra o la previsibilidad y convencionalidad además de los tópicos que surgen en cada momento y el subgénero de la sobremesa, me he encontrado con una película aceptable, para verla una vez y no mas y sobretodo con la mente apagada o en descanso porque desde luego un crítico gafapasta la despedazaría en cuestión de segundos, ya por el mero hecho de la poca importancia que tienen los personajes de Uma Thurman y Dennis Quaid que lo único que aportan es algo de vidilla en plan culebrón que al final se acaba resolviendo, solo para enseñar a la Thurman en sujetador y al Dennis Quaid mas cascao en busca de pelea y sobornos para que su hija cante como Barbra Streisand como bien menciona al comienzo de la historia. Una historia facilona y que no cuenta con grandes actuaciones pese a su buen reparto ya que la bella Jessica Biel se luce poniendo las mismas caras y llorando mas de la mitad del metraje que casi le cuesta un Razzie. Gerard Butler deja claro que es un pichabrava y que como entrenador joven soltero se puede ligar a las que quiere y si es por favores como el de la Zeta Jones mejor que mejor.
En definitiva, como ya hizo Jim Sheridan que se pasó al cine comercial con Detrás de las paredes y fracasó tanto en taquilla como en crítica, a Gabriele Muccino le ha pasado igual. Espero que vuelva con su toque mas impactante y emotivo como nos dejó con En busca de la felicidad y que pase de ñoñerías previsibles y tópicas para ver un domingo por la tarde en antena 3. No es mala pero no deja de ser un film del montón y sin gracia alguna, aun así no me he aburrido en ninguna parte de la cinta. Pasable.
Mucho personal en horas bajas tras momentos de más o menos gloria -Butler, Zeta-Jones y Thurman especialmente- para fabricar una comedia con gotas de drama familiar Kramer contra Kramer 2.0.
Hay un denominador común en estas comedias insustanciales que se hacen en el nuevo milenio: la pretensión de tensar la cuerda por el camino de la incorrección hasta que llegados a un punto retrocedemos sin demora hasta caer de nuevo en la moral de lo políticamente correcto una y otra vez.
Aquí se transgrede por la vía del apetito sexual sin disimulo de las madres cuarentonas hacia el especímen fornido Butler ex jugador de fútbol metido a entrenador de niños. La virtud moral prevalece finalmente por el camino que toma la definición de la relación personal de los protagonistas, del todo irreal pero de lo más asumible por un público ávido de almíbar.
Interpretaciones correctas desde la restauración facial generalizada de ellas, y el hastío de Farmatint de ellos…nadie parece estar pasándolo bien, y el niño protagonista actúa francamente mal con los ojos todo el tiempo mirando al que le indica qué hacer fuera de plano.
Eludible su visionado. Nota: 3,80.