Un amour de jeunesse (Primer amor)
Sinopsis de la película
Primavera de 1999. Camille, de quince años (Lola Créton), y Sullivan, de 19 (Sebastian Urzendowky), viven un amor apasionado, pero él partirá para Sudamérica, dejando a Camille dolorida y desesperada. Años más tarde, Camille, que forma una sólida pareja con Lorenz (Magne Havard Brekke), volverá a encontrarse con Sullivan.
Detalles de la película
- Titulo Original: Un amour de jeunesse
- Año: 2011
- Duración: 110
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Opinión de la crítica
Película
6.6
42 valoraciones en total
Veo en V.O. substitulada, la mención especial del Jurado de Locarno, Un amour de jeunesse , tercera película de la guionista y directora francesa Mia Hansen-Løve, quien tras El padre de mis hijos (que valoré el 18 de abril, con un 6) elabora un emotivo film acerca de la fuerza de los sentimientos y de la imprevisibilidad de la vida. La cineasta, haciendo un uso acertado de planos llenos de signos, de apropiados silencios y de una fresca fotografía, logra una apropiada recreación de ambientes y climas, a lo que contribuye, lógicamente, las buenas interpretaciones de los actores (Valérie Bonneton siempre perfecta e impresionante la fragilidad de Lola Créton que consigue transmitir la ingenuidad y la pureza de los 15 años). Los fundidos a negro y la precisa ubicación de la música contribuyen a que la película huya de cursilerías y azucaramientos, siendo destacable -de nuevo, como en su anterior obra- una joya simbólica, Gracias a la Vida de Mercedes Sosa.
Con apenas treinta años, Mia Hansen-Løve es autora de tres de las mejores películas francesas de los últimos años. Pasa así de ser una promesa a una candidata en firme a uno de los nombres propios del cine del país vecino y un punto de referencia -y a seguir- de aquí en adelante. Con Un amour de jeunesse demuestra una vez más una habilidad inaudita para capturar la belleza con su cámara sin caer en el preciosismo barato, recogiendo sólo la verdad en una historia romántica que no empalaga y que sigue, desde 1999 hasta 2007, la vida de una joven que con quince años se enamora de un adolescente. Pasado un tiempo, éste se va pero más adelante, cuando todo parecía superado. éste regresa y vuelve a resurgir ese sentimiento entre ambos, a pesar de que los dos han rehecho sus vidas.
Sin caer en el melodrama, la historia se sustenta en un guión que en otras manos se desbordaría pero que Hansen-Løve controla a la perfección gracias a una labor solidísima en la dirección, tanto en lo referente a la película en si misma (no hay plano dejado al azar, todo está bien medido) como a la forma de usar a sus actores, algo que ha sido siempre un punto clave de sus películas, el sacar el máximo partido posible de su reparto. La encantadora Lola Créton da vida a la protagonista pero todos están igual de bien, sin excepción. Un amour de jeunesse es una película con encanto, bonita y feliz, con algún elemento triste que funciona como contrapunto. Una de las propuestas más sólidas del Festival de Gijón y una parada obligada para todo aquel que cree busca algo más que primeros planos de ojos llorosos y música intrusiva en el cine romántico.
Esta película fue presentada en el FICCI en la sección de Gemas. Y en realidad lo es. La película fue presentada en un escenario incomparable en el programa de Cine bajo las estrellas. Aunque tenía algunos prejuicios, por creer que iba a ver otra película de amor de jóvenes, la directora Hansen-Love hace un retrato sincero, natural y sin artificios del primer amor.
Mia Hansen-Love, quien dirige y escribe el guión del filme, narra la historia de Camille y Sullivan. Camille una joven de 15 años y Sullivan de 19, disfrutan de las mieles del primer amor. Hasta que Sullivan decide partir a un largo viaje por Sudamérica, dejando a Camille hecha pedazos, triste y desolada. En ese lapso de tiempo, Camille se recupera poco a poco y rehace su vida. Siete años después, cuando Camille se ha perfilado en una nueva profesión y con una nueva pareja, vuelve a aparecer Sullivan en su vida, y se cumple la famosa frase: Donde hubo fuego, cenizas quedan.
A pesar de los riesgos de caer en los convencionalismos con este tipo de temas, Hansen-Love hace una versión interesante, íntima y real. Con una excelente fotografía, una dirección delicada, detallista medida y sin desperdicio, recorremos la travesía de este amor entre jóvenes, plagada de pasión, alegría y también de decepción y tristezas.
Además de las bellas imágenes y el tratamiento al filme, las actuaciones son excelentes, destacando a la de la actriz que interpreta a Camille: Lola Crénton, que trasmite muchísimo, y está dotada de gran naturalidad y sensibilidad. Y es curioso que en la banda sonora se incluyan algunas canciones en español muy famosas, como Gracias a la Vida de Mercedes Sosa, entre otras.
En síntesis, un filme notable, con un muy buen tratamiento de un tema peligroso, al condensarlos con dulzura, tristeza, y a la vez realidad. Bellas imágenes, sobresalientes interpretaciones y una experiencia sensorial que posiblemente toque las fibras de todos los que han tenido un primer amor y han sufrido experiencias similares a la de estos dos jóvenes personajes. Una pequeña joya.
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Un amour de jeunesse es la tercera película de la directora francesa de origen danés Mia Hansen-Love, que empezó como actriz antes de ponerse detrás de las cámaras y que aquí se inspira según ella en sucesos autobiográficos a la hora de hablar de la pasión y la inocencia del primer amor. A través del personaje de Camille asistimos a los efectos de ese primer enamoramiento, tan entregado y tan radical, en el que cada momento y cada detalle es un mundo. En el que el amor es la experiencia más intensa, para lo bueno y para lo malo.
Camille ama con toda su alma y descubre el dolor del desamor cuando Sullivan le deja. Pasado ese momento de desencanto, ella reconstruye su vida y cuando ambos se reencuentran años después se dan cuenta de la mella que ha causado el paso del tiempo, ya han dejado de ser aquellos críos tan entregados, especialmente en el caso de ella.
Cabe destacar la sencillez y naturalidad con la que Hanson-Love narra la historia, sin recurrir a efectismos ni pretenciosidades típicas del cine de autor. Todo lo que se ve en pantalla desprende realidad y verismo, sin afectación. A todo ello ayuda la estupenda interpretación de Lola Creton como la melancólica Camille. Siendo una adolescente real (la actriz tenía 16 años cuando rodó el filme), da vida con convicción a su personaje, resultando también creíble como veinteañera.
Una película de las que dejan un poso agridulce una vez vistas y con la que todos nos podemos identificar por las cosas que cuenta, por los sentimientos universales que trata, por esos primeros amores que en su momento fueron el centro del Universo. Una de esas cintas que tiene la capacidad de hablar de la vida y de los momentos que la componen.
Esta nueva película de la directora Mia Hansen-Love es otro acercamiento más del cine francés al amor iniciático, ese que se vive por primera vez en la adolescencia y primera juventud y que, pase el tiempo que pase y se den las circunstancias que se den posteriormente, siempre perdurará de alguna manera en nuestra memoria.
Con mirada sensible y honesta, sin estridencias y con desarmante naturalidad, la cineasta francesa narra la relación entre sus dos jovenes protagonistas a partir del momento en que precisamente están a punto de separarse por un tiempo, debido al viaje que él va a hacer con amigos por Sudámerica. Pese a las reticencias de ella, el joven cumple su deseo y le envia correspondencia desde tierras latinoamericanas, aunque cada vez con menor frecuencia…
A la naturalidad comentada contribuye de manera fundamental la joven actriz Lola Créton, cuya belleza y buen hacer enamoran a la cámara y al espectador. Una película luminosa, sensible, inteligente y certera.