Top of the Lake: China Girl (Serie de TV)
Sinopsis de la película
Serie de TV (2017). 6 episodios. La inspectora Robin Griffin acaba de regresar a Sydney e intenta recuperar las riendas de su vida. Cuando las olas llevan hasta la playa de Bondi el cuerpo de una joven asiática, las esperanzas de desenmascarar a su asesino se antojan remotas. Hasta que Robin descubre que la víctima no murió sola… Aunque Robin ve en esta investigación un camino para reconstruirse, rápidamente quedará atrapada por preocupaciones de carácter personal. Perseguida por el recuerdo del niño que abandonó al nacer, trata a toda costa de recuperarlo, pero duda en desvelar la verdad sobre su concepción. Su investigación para descubrir la identidad de la joven asiática la conducirá hasta los rincones más sombríos de la ciudad y le permitirá tocar con los dedos, de forma inesperada, secretos profundamente enterrados en su interior.
Estreno HBO España: 20 de diciembre 2017
Detalles de la película
- Titulo Original: Top of the Lake: China Girl (TV Series)
- Año: 2017
- Duración: 350
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Opinión de la crítica
6.5
71 valoraciones en total
Le he puesto un 5 de nota porque me ha encantado la fotografía y la música. Todo lo demás me parece muy gris. He visto solo la primera temporada y paso de ver la segunda. Este hiper realismo que se está poniendo tan de moda me cansa, de hecho, a mí me produce el efecto contrario: que de tan realista que pretende ser no me parece nada realista. Es cierto que hay gente muy jodida y loca por el mundo pero aquí lo pintan como si fuera lo más normal y lo que más predomina y yo lo veo exagerado.
Una vez finalizado el visionado de esta segunda temporada es inevitable compararla con su antecesora y el resultado es admitir sin margen de dudas que ha bajado el listón en todos sus aspectos. En primer lugar, en la primera temporada los hechos ocurrían en un pequeño pueblo perdido de Nueva Zelanda, lo que desprendía un aura de misterio a toda la trama y añadía unos escenarios y fotografía fabulosos. En esta segunda temporada la trama ocurre en Sidney ciudad, lo que hace que todo aquel ambiente de misterio que nos aportaba en su primera temporada esos paisajes de ese recóndito pueblo de Nueva Zelanda y sus particulares lugareños aquí no está presente y se nota bastante dicha ausencia.
En esta segunda temporada aparece el cadáver de una chica asiática dentro de una maleta en la popular playa de Bondi de Sidney, dicho caso se asigna a la inspectora Robin Griffin (Elisabeth Moss) que ha regresado a Sidney despues de sus periplos por tierras de Nueva Zelanda. Luego a alrededor de dicha trama principal hay varias subtramas relacionadas con la principal en mayor o menor medida, pero que en algunas de ellas llegan incluso a eclipsar lo que a priori parecía la trama principal. A veces esas subtramas roban muchos minutos a la trama principal discurriendo además a un ritmo lento , quedando la trama policíaca y el thriller relegado a un segundo término.
Mención especial a la actriz de moda en este momento Elisabeth Moss (The Handmaids Tale) que hace de inspectora Robin Griffin, que sí con la primera temporada ganó el globo de oro a la mejor actriz en miniserie, aquí también hace un gran papel pero para mí pierde en cuanto fuerza y el efecto sorpresa del papel que realizó la inspectora en la primera temporada.
En definitiva una buena serie, recomendable para los que le guste de un thriller policíaco pero quizás aderezado con demasiados dramas personales de sus protagonistas que hacen ralentizar todo el conjunto, y quien se espere una segunda parte similar a la de su antecesora puede ser que se lleve una pequeña desilusión.
246/06(04/07/20) Irregular segunda temporada de seis episodios de la serie creada por la neozelandesa Jane Campion, con protagonismo para la atormentada Robin Griffin detective encarnada por Elizabeth Moss, trasladando en esta ocasión la acción del bucólico rural entorno del país Kiwi a la urbanita Sidney en Australia, perdiéndose con ello parte del clima mágico-místico. Campion regresó como coguionista y codirector. Gerard Lee regresó como coguionista, el codirector original, Garth Davis, reemplazado por Ariel Kleiman debido a conflictos de programación, Philippa Campbell regresó como productor, la actriz Nicole Kidman se unió al elenco de China Girl, segunda vez que trabaja con Campion. En esta ocasión parece que el argumento ha querido abarcar mucho en temas feministas agit-prop y acaba apretando poquito (siendo benévolos). Hay una trama central detectivesca sobre una mujer asiática que aparece muerta dentro de una maleta en la playa, pero a partir de esto la serie se ramifica cual hidra en numerosas subtramas con el mismo denominador común de que el hombre es muy malo con la mujer, y esta debe emanciparse como pueda, pero sostenido esto por un hilo narrativo que no sostiene el mínimo análisis en su tsunami de casualidades, tantas que parece que Sidney sea una pequeña aldea por lo de cómo se cruzan de modo absurdo las diferentes sub historias, un maremágnum de coincidencias metidas con calzador. Aun con todo lo dicho y por decir me ha resultado un place culpable, pues me ha entretenido en su madeja de relaciones alienantes, en su deconstrucción de una sociedad averiada.
Todo aderezado por una misandria punzante expuesto en un sinfín de personajes masculinos caricaturescos en su maledicencia depredara (en diferentes niveles) contra las ‘cándidas’ mujeres, a las que el ‘hombre’ maltrata, engaña, muerde, mata, abusa, acosa, viola, prostituye, utiliza de vientres de alquiler, tanto que en una de las subtramas (la de Nicole Kidman) parece decirnos que la mujer solo tiene la salida de hacerse lesbiana (¿?). Hay un clásico sobre aquello de que cuando una mujer dice que ‘no’, muchas veces es si (¿?), hasta el que parece más cálido como es el forense no hace más que hacerle comentarios sexuales, hasta le dice a Robin que se casaría con ella si tuviera un pene más grande.
Un batiburrillo de ideas amalgamadas de modo torpe en muchos casos. Con un ensalzamiento de la maternidad en varias vertientes (la adoptiva y la consanguínea), y la relación materno-filial. Tampoco en esta continuación hay un villano carismático y potente como si lo fue en la figura de Peter Mullan, aquí es un mindundi David Dencik, un fantoche pomposo que no se entiende de ningún modo el embelesamiento de un personaje por él, solo si nos dijeran que tiene un problema mental por el que guste de ser maltratada en su baja autoestima.
El centro del relato vuelve a ser una Robin Griffin, esta vez obsesionada por la maternidad (con momentos oníricos metidos con forceps) mujer detective que sufre acoso en su trabajo, tiene un jefe que le hace trabajar con su amante, Miranda Hilmarson (Gwendoline Christie, la eterna Brienne of Tarth de GOT), que a su vez está embarazada. Además Robin entra en contacto con su hija Mary (Alice Englert, hija de la creadora de la serie Jane Campion), a la que dio en adopción tras quedar embarazada tras una violación múltiple a los 15 años. Mary es un chica con muy baja autoestima que sale con un tipo mayor problemático Alexander Puss Braun (histriónico David Dencik), que lleva un burdel de tailandesas. Mary tiene unos padres atentos en Julia (Kidman) y su esposo Pyke (Ewen Leslie), estos están en vías de divorcio, pues ella ha encontrado el amor en una mujer. Julia siente celos de la relación entre Mary y Robin. Por si fuera poco Robin debe enfrentarse a una demanda civil presentada por el detective Al Parker (viscoso David Wenham), a quien le disparó al final de la primera temporada.
Está la subtrama de las trabajadoras tailandesas del prostíbulo, que parece que Jane Campion quiere dar visibilidad frente a su visión marginal, les confiere un inverosímil doble papel de prostitutas y potenciales vientres de alquiler. En este punto se aborda la desesperación de muchas parejas por tener hijos (una mujer incluso llega a la locura). Pero lo nuclear debiera ser la visión de estas tailandesas explotadas cual carne con ojos, emigrantes ilegales que encuentran como única salida de supervivencia vender sus cuerpos en todas vertientes (para el sexo o como recipiente para hijos). Pero este enfoque, que incluso viene marcado por el título, donde se dice china cuando es tailandesa, en un argot de despersonalizar a estas mujeres, pero cuando la película debiera dar alma a estas féminas ni las roza, no sabemos nada de ellas, meras figurantes al fondo de plano, nada sabemos siquiera de la asesinada, nada sobre sus motivaciones, sobre sus sueños, sus miedos, se habla de ellas con una condescendencia primaria, incluso Campion contribuyendo en su despersonalización de estas mujeres al estereotipo que seguro intenta anular, siendo meras perchas de las mujeres blancas.
Hay una sub trama misógina (utilizada seguro como argumentación ara contraatacar con la misandria) sobre una pandilla de geeks/freaks que pasan horas en una cafetería con sus portátiles puntuando a meretrices en su página web , mientras por el contrario (abstraídos del mundo real), no son capaces de establecer una conversación normal con la simpática camarera. Para atomizar el estereotipo, uno de ellos vive en el sótano de la casa de su madre, pasando los ratos masturbándose, para acabar en plan Columbine. Todo muy original (¿?).