Todos queremos lo mejor para ella
Sinopsis de la película
Geni (Nora Navas) es una mujer de 38 años que, tras sufrir un terrible accidente de coche, intenta retomar su vida anterior y volver a encajar en el que había sido su mundo. Un año después de sufrir el accidente, Geni está lista para retomar su vida… o al menos así lo quiere ver su familia. La realidad es que a pesar de querer complacer a todo el mundo, Geni se siente incapaz de estar a la altura de las expectativas: su vida anterior al accidente ha dejado de interesarle. ¿Para qué retomarla entonces? El desconcierto que le produce esta evidencia da paso a un comportamiento cada vez más errático y a una única idea que empieza a crecer dentro de ella: fugarse.
Detalles de la película
- Titulo Original: Tots volem el millor per a ella (Todos queremos lo mejor para ella)
- Año: 2013
- Duración: 97
Opciones de descarga disponibles
Si quieres puedes conseguir una copia de esta película en formato HD y 4K. A continuación te detallamos un listado de opciones de descarga disponibles:
Opinión de la crítica
5.9
40 valoraciones en total
Un accidente de tráfico como punto de fuga, desencadenante y propiciador, la desgracia convertida en posibilidad, el error que provoca la caída de máscaras, que enturbia y libera, que deja sin protección y obliga a saber, que confunde, duele e ilumina.
Una mujer cerca de los cuarenta queda dañada en su cabeza (memoria y facilidad verbal) y su movilidad (rodilla estropeada y cojera). Se debilita su parte racional y queda fuera de juego. Ya no puede seguir representando el papel para el que estaba entrenada, ya no puede seguir siendo la esposa-hija-hermana perfecta. No da la talla y se le anima a que lo haga. El imperio de las buenas formas la sanciona con cariño y protege con educación. El clan familiar avasalla con oleadas de cariño y comprensión que la empequeñecen y ahogan. En realidad, nadie la escucha, no quieren aceptar que ya no es la misma. Se niegan con ahínco a renunciar a la comedia, intentan obligarla a seguir fingiendo. Ella busca desesperadamente una salida, intenta escapar de la presión familiar. Encuentra la esperanza y la ilusión en una amiga de la juventud. Ahí se establece la dicotomía entre el orden burgués y la anarquía juvenil, entre lo previsiblemente aburrido y la improvisación de la aventura.
Película interesante e inteligente que maneja con finura y elegancia el tema tratado. Ironía y amable sátira sobre los usos y costumbres hipócritas de una familia típicamente burguesa. Se utiliza la insinuación y la sutileza en el retrato de los personajes secundarios, pero pierde fuerza y contundencia por el exceso de didactismo, se subraya y explicita demasiado el conflicto de la protagonista, nos quedamos en la superficie, el guion zarandea a Geni en su repetitivo afán por escapar de la trampa e insiste en su deseo de recuperar los reprimidos sueños de juventud.
En una de las primeras secuencias de la película, la protagonista coge un taxi y al llegar al destino ve que no tiene dinero en la cartera para pagar el trayecto. Le pide al taxista, tartamudeando (lo hace ridículamente a menudo y no sabemos por qué), poder subir a su casa a coger dinero y bajar a pagarle. Tras demasiados segundos, el taxista por fin reacciona y de mala gana le dice que le tendrá que dejar algo a modo de fianza. La mujer se queda con cara de boba, se quita el anillo y sube a su casa, pero lo que hace es mirar por la ventana al taxi y a continuación se sienta en su sillón a descansar. Esta absurda situación desconcierta de entrada al espectador, pero lo peor es que marca el tono de lo que será toda la película, porque situaciones como esta y más desconcertantes y absurdas aun (la del restaurante, por ejemplo) abundarán a partir de este momento.
Pero… ¡¿qué le ha pasado a esta chica, con lo bien que debutó con su más que interesante opera prima Tres días con la familia ?!
Desconcertante, absurda y autista a más no poder, y peor contada imposible. Casi nada de lo que ocurre interesa. Lamentables y ridículas muchas de las situaciones, las reacciones de los personajes y la narración. Una gran decepción, viniendo de una de las revelaciones del cine español en los últimos años.
Después de Tres días con su familia , su interesante ópera prima, la directora Mar Coll inaugura el festival de Valladolid y pocos días después llega a nuestra cartelera con esta película.
El resultado es muy decepcionante, un drama psicológico que nos cuenta la vida de Geni, que tiene muchos problemas. Con el paso de los minutos la película avanza de forma lenta, sin contarnos mucho, sin aumentar de intensidad, sino manteniendo una historia muy plana.
Hace poco se estrenó La herida , cuya historia va creciendo acompañando a una gran Marian Alvarez ( en este caso comenté que la película se queda corta, porque había personajes no muy bien contados ). En Todos queremos lo mejor para ella la duración es superior, y hubiera bastado con 80 minutos para contar la historia de Geni, porque pocas cosas nuevas pasan. Además Nora Navas no es Marian Alvarez, en ningún momento está a la altura ni se le aproxima.
Su relación con todo el mundo pasa a ser intrascendente, y cuando acaba la película pocas cosas hemos conocido en la vida de esa joven insegura, con un problema que no se desarrolla suficientemente.
El guión es correcto, no hay errores, pero eso no es suficiente para que una película sea buena. El final tampoco me convence, se intenta hacer algo diferente, pero no se consigue.
Estoy seguro que en su siguiente película la directora catalana volverá a hacerlo mejor, todavía es muy joven pero con mucho talento, y rodó su ópera prima con tan sólo 28 años.Rodada en catalán, excepto algún personaje que habla español. Recomendable verla en versión original.
Película bien realizada, aseadita, bien interpretada, muy de mujer y para mujer, la que ha estrenado la 58 Seminci. A mí solo me ha dejado un vacío, y no de menor interés, el que produce la falta de inoculación del veneno de las emociones.
Sin duda el desarrollo del personaje de Geni (Nora Navas) es sobresaliente y cada cosa está en su sitio en este retrato de una mujer, ubicada en el entorno burgués de una Barcelona claustrofóbica, que tras un accidente de automóvil y el encuentro con una compañera, veinte años atrás amiga del Liceo, se cuestiona la conveniencia de que las cosas vuelvan a ser como antes.
Lo mejor, para mi gusto, es lo insustancial del lenguaje utilizado para comunicarse (catalán o español), en estos días en que algunos cargan las tintas contra el uso de los distintos idiomas sin caer en la cuenta de que la pluralidad suma y enriquece.
Tal vez el localismo que supone ser burgués catalán, y el hecho impepinable de ser hombre, me aleje de esa complicidad necesaria para entrar en el mundo, interesante sin duda , de Mar Coll, a la que hay que agradecer la clarividencia y sinceridad de su óptica.
Elegida el pasado 19 de octubre para inaugurar la 58º edición de la Seminci de Valladolid, Todos queremos lo mejor para ella supone la vuelta de Mar Coll tras su prometedor debut Tres días con la familia. Recibida con tímidos aplausos y cierto desconcierto, el mismo que traía por título la película provisionalmente pero que al final cambió al actual, su singularidad radica en los rasgos que ya se veían en su anterior película, una frialdad y transparencia al tratar temas familiares que en principio pueden dejar a más de uno fuera de la trama, pero que si se hace un ejercicio de empatía y se conecta con los personajes, se vislumbra que tras esa capa exterior, anida multitud de matices vivos y ricos que hacen las delicias de espectador más avispado.
Espléndida Nora Navas, como reina de la función, aportando tanto el tomo dramático como el cómico cuando Coll se lo requiere, haciendo de este cuadro de sensaciones una tragicomedia de la vida. En este aspecto, la banda sonora también ayuda a quitar hierro al asunto, centrando sus acordes a subrayar los momentos más alocados en las acciones de Geni.
El segundo largometraje de Mar Coll nos narra la vida de Geni tras un peligroso accidente automovilístico que casi le cuesta la vida y le ha dejado secuelas en su rodilla. Pero aparte de estas secuelas físicas, su difícil recuperación y reincorporación al mundo laboral, el accidente despierta en ella la sensación de reconducir su vida, de disfrutar de ella y ver mundo como deseaba a los 18 años, pero que, también por accidentes de la vida, no pudo ir de viaje con su amiga del alma Mariana. Y es justo cuando se encuentra de nuevo tras tantos años con ella en una entrevista de trabajo que su mundo interior perderá el norte y deberá luchar por lo que considera lo mejor para ella.
Y es que justamente uno de los grandes puntos de interés de la historia radica en la frase que da nombre a la película. Sus familiares, ella misma, los espectadores incluso… todos queremos los mejor para Geni, pero… ¿Quién sabe qué es lo mejor para ella? Cada uno la empuja y la aconseja hacia lo que buenamente creen que le será mejor, pero nadie sabe a ciencia cierta qué le hará más feliz a través de los años, si la estabilidad económica, el disfrute de sacarse la espitita que tiene clavada desde el pasado… Geni solo sabe que en su interior no hay paz y que tiene que hacer algo antes de que sea demasiado tarde.
Así, la cicatriz del accidente responde a su vez al reflejo de la cicatriz interior por no haber podido viajar junto a Mariana. Y el inteligente guión se encarga de hacernos ver que la misma Mariana quiere sentar cabeza y ya no le sirve ser una trotamundos, para que no haya malentendidos con el espectador. No hay una solución buena o mala, todo tiene sus riesgos y Geni deberá arriesgar para ser feliz. Así, dos mundos distintos, el de la burguesía catalana de la familia de Geni y la bohemia Mariana. Y Mar Coll no se posiciona con ninguno, deja ver los vacíos legales en la forma de vida de cada uno. Por ello me parece un guión inteligentemente planteado, sin maniqueismos ni enseñanzas morales, sólo una película sencilla, bien planteada, con buena ejecución tras las cámaras y un trasfondo reflexivo sin posicionamiento.
Mar Coll, que ingresó a los 18 en la ESAC y terminó sus estudios con el cortometraje La última polaroid, a sus 32 años sabe que se espera mucho de ella, sobre todo tras su debut en el largometraje, Tres días con la familia, que le otorgaron un Goya, aparte de triunfar en Málaga y los premios Gaudí.
Con Todos queremos lo mejor para ella sigue demostrando que en España hay buenos directores emergentes con mucho que contar y con buenas maneras de hacerlo. Esperemos que su siguiente proyecto siga esta progresión ascendente en la carrera de la directora catalana.