Todo el mundo odia a Johan
Sinopsis de la película
Johan es un excéntrico e inadaptado habitante de una pequeña aldea noruega. Huérfano desde niño y aficionado a los explosivos, Johan intenta conquistar el corazón de su vecina Solvor, a quien voló por los aires accidentalmente de pequeños.
Detalles de la película
- Titulo Original: Alle hater Johanaka
- Año: 2022
- Duración: 93
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Opinión de la crítica
Película
6.6
98 valoraciones en total
A Hallvar Witzø le conocimos hace ya muchos años por su primer cortometraje llamado Tuba Atlantic, con el que consiguió una nominación a los Oscar y cierta notoriedad en los círculos del cine más indie por su estilo tan particular en el que mezclaba una fotografía muy preciosista de los terrenos helados, junto con una mezcolanza tan arriesgada como efectiva entre dos géneros tan opuestos como la comedia negra, con toques surrealistas, y el drama más descarnado. Todo ello tratando un tema tan trascendental como los últimos días de la vida de un anciano que está en fase terminal.
En esta ocasión, Hallvar se pasa del corto a un largometraje (Huelga decir que hizo otro cortometraje más, que fue a Cannes, pero no se estrenó en España), y nos trae esta Todo el mundo odia a Johan donde nos cuenta la muy particular historia de nuestro protagonista a lo largo de toda su vida.
Con la particularidad de que no lo hace de forma lineal, sino que va utilizando elipsis muy pronunciadas ya que su intención es contarnos los momentos concretos que fueron más importantes para él. Es por esto que la narración va acompañada, en ocasiones, de una voz en off del propio Johan realizando algunas explicaciones o comentarios adicionales e, incluso, llegando a romper la cuarta pared.
A partir de este esquema, la cinta vuelve al mismo estilo mezclando dos tonos opuestos y una muy potente fotografía, que como os comentaba ya estaba presente en los inicios del director y asienta los cimientos de lo que va a ser toda la peli arrancando con esos padres de Johan que, luchando en la segunda guerra mundial, acabaron convirtiéndose en adictos a las explosiones y a la violencia pasando dicha tradición familiar a su hijo, siendo este muy pequeño. Tradición que le llevará a ser semi causante de un desgraciado accidente que marcará su vida adulta.
Tengo la sensación de que lo que más le importa al director de esta cinta es hablarnos del legado de los padres a sus hijos. Y de como ese legado puede acabar condicionando toda la vida adulta de una persona. Hasta el punto de que, por culpa de ese legado, podemos cometer errores muy pronto que ya luego son muy complicados de reparar. Más aún cuando no nos han dado ninguna esas herramientas con las que ir avanzando por la vida.
En mi opinión, ahí está toda la enjundia de la película y el verdadero motivo por el que creo que es tan buena. Creo que es muy difícil tratar de forma tan orgánica con esas dos tonalidades dentro de una misma película sin que una de las dos quede muy por debajo de la otra. Y aquí consiguen estar muy bien equilibradas en todo momento. Respetando los momentos verdaderamente dramáticos cuando hace falta y riendo de alguna locura surrealista cuando es necesario distensionar el ambiente.
Debo decir, eso sí, que es posible que esta película divida mucho al público. Y creo que es más que posible que ocurra porque ese juego que se produce entre el humor y el drama como forma de acercarnos al dolor desde una perspectiva más ligera es algo que puede resultar tremendamente chocante. Hay escenas realmente duras que consiguen sacarte una sonrisa por algún gag, pero al mismo tiempo te provocan esa incomodidad de pensar no debería estar riéndome de algo así.
Además de que tiene, debo reconocerlo, alguna bajada de ritmo hacía la mitad de la película que puede sacar de la película a esos espectadores que no hayan acabado de entrar en esta fórmula tan particular.
En definitiva, creo que esta es una película para los amantes del humor surrealista y muy negro. Y, especialmente, a todos aquellos que sean especialmente fans del humor incorrecto donde se mezclan situaciones claramente dramáticas, con claro tono de drama, con gags cómicos muy potentes que interrumpen ese dramatismo de forma brutal. Si sois ese tipo de espectador, creo que esta película os puede encajar especialmente bien. Recomendable.
Twitter: @QuiqueMartin27, colaborador de Mundoplustv
Todo el mundo odia a Johan es una cinta cuanto menos ordinaria. Se alza como una comedia que mezcla lo absurdo y lo surrealista para confeccionar la historia de Johan, un extravagante hombre aficionado a las explosiones y repudiado por sus vecinos, a lo largo de toda una vida. Es así como se compone un largometraje episódico que no sigue un hilo muy concreto, sino que repite la fórmula de tragedia tras tragedia, eso sí, siempre con un toque humorístico.
La trama está enmarcada por una historia de amor que nunca termina de solidificarse entre Johan y Solvor, vecina de la cual siempre ha estado enamorado, pero que a la que hizo volar por los aires cuando eran pequeños dejándola en una silla de ruedas y con una deformación en el rostro. Sin embargo, Solvor se vuelve increíblemente desagradable y el espectador termina por no simpatizar con ella, a pesar de la desgracia que vive. Por el contrario, es fácil sentirse más involucrado en la trama amorosa con Pey, por quien uno termina mostrando un mayor apoyo e ilusión.
Cabe destacar la ambientación de la película, que nos transporta a un pequeño pueblo rural noruego de ensueño. La fotografía acompaña esta sensación idílica con imágenes de grandes paisajes naturales y la contrapone, también, a la singularidad propia del relato. Del mismo modo lo hace la música, acorde con la trama y siempre con ese toque nórdico. La puesta en escena, en ocasiones, recuerda al cine de Wes Anderson, pero con muchos más excesos e instantes violentos.
Hallvar Witzø consigue construir un personaje esperanzador, que no se rinde ante las vicisitudes de la vida y que, a diferencia de los habitantes de Titran, nunca llegas a odiar. Es cierto que el film funciona mejor en sus momentos fortuitos, políticamente incorrectos y violentos que en los emocionales, en los que se torna algo más lento, aburrido y perezoso.
No obstante, Todo el mundo odia a Johan se erige como una apuesta osada, a ratos conmovedora y brillante. Con la gran interpretación de Pål Sverre Hagen, celebra las diferencias y anima a mostrarnos tal y como somos.
http://www.contraste.info
Al turrón – 93 minutos de tragicomedia protagonizada por un tipo sometido a una explosiva mala suerte, con estupenda fotografía, mejores maquillajes (ya querrían algunos largos o series nade in USA actuales estar tan logrados, leñe) y algunos puntos de seca comicidad que adornan una trama en general triste que a menudo pueden recordar al Taika Waitity más serio y atinado.
Un film curioso y bastante bien redondeado. Llama la atención que sea una ópera prima, la verdad – el ritmo y el tono del largo están bien equilibrados. Recomendable.
Todo el mundo odia a Johan’ son 93 minutos de entretenimiento en el que probablemente sepas lo que va a pasar en todo momento y aún así te sorprendas por sus giros en la trama y por lo ‘increíble’ de su historia. Esta es una de esas cintas que te dejan con un buen sabor de boca y te mantienen alegre durante todo su metraje pese a la gran cantidad de momentos tristes que rodean a su protagonista.
Johan es un excéntrico e inadaptado habitante de una pequeña aldea noruega. Huérfano desde niño y aficionado a los explosivos, Johan intenta conquistar el corazón de su vecina Solvor, a quien voló por los aires accidentalmente de pequeños.
Gracias a unos paisajes de esos que te dejan boquiabierto y te hacen averiguar al salir del cine dónde ha sido rodada la película, te sientes cómoda y como en casa, pese a lo aislado de los lugares en los que ocurre la historia. Para nada este es el ambiente urbano e incluso rural al que estamos acostumbrados. El mar se siente frío y los faros se ven como colosos en islas repletas de vida pero que se sienten ajenas y solitarias para los humanos.
Personajes para el recuerdo. Tanto entre sus protagonistas como entre sus secundarios. En parte nos recuerda a ‘La gran seducción’, por esos lugareños especiales que forman parte del lugar tanto o más que su flora y fauna.
Vemos a través de sus acciones y comportamientos como lo extravagante o raro no tiene cabida junto a ellos. Siempre nos extraña ver que es en los lugares más pequeños donde más señalan las diferencias y donde el ostracismo tiene sus mayores consecuencias. Habla, y lo hace con escenas muy duras, pero con un punto de estoicismo que casi borda lo anti sentimental, de la pérdida de seres queridos, de sentirse aislado y fuera de lugar, así como de las enormes ganas de tener una familia y sencillamente vivir.
Cuando no diferencias entre la barrera de la seriedad y el absurdo, solo dos cosas pueden ocurrir. Qué termines con una genialidad en tus manos o que literalmente te explote en la cara. Sin lugar a dudas, son muchas las cosas que explotan en ‘Todo el mundo odia a Johan’, pero son solo las adecuadas y necesarias. Gracias a su guion dinámico y surrealista, solo en su justa medida, nos enamoramos de su protagonista, a quien es imposible no comparar con el de Tom Hanks en ‘Forrest Gump’.
Sus personalidades afables, sus amables gestos y la tranquilidad de sus personas nos vienen acentúan ese recuerdo. Personajes que buscan vivir una vida sencilla pidiéndole, a ésta, solo alguien con quien compartirla.
Si algo merece la pena resaltar es el cuidado que se ha puesto en las vestimentas, maquillaje y las localizaciones. A pesar de retratar el paso de una gran cantidad de años, ni nos lo parece ni lo extrañamos. Es cierto que los protagonistas crecen y maduran, pero lo hacen con una naturalidad pasmosa por ello alabamos el detalle extremo que se ha puesto en las caracterizaciones de los protagonistas, a los que no le falta detalle.
El debut de Hallvar Witzø cuenta en los papeles protagonistas con Pål Sverre Hagen (‘Kon-Tiki’, ‘Redención’…) e Ingrid Bolsø Berdal (‘Westworld’, ‘Olvídate de Nick’…). La película se acerca, bien por su historia, bien por su tono, a títulos recientes del cine nórdico como ‘Corazón gigante’, ‘La mujer de la montaña’, ‘Rams’ o ‘Un hombre llamado Ove’. ¿Te atreves a acercarte a las salas de cine a pasar un buen rato? Nosotros no podemos hacer otra cosa que recomendarla.
Crítica para http://www.MagaZinema.es
*La familia Grande
Es la Segunda Guerra Mundial y la familia Grande se dedica a detonar puentes para impedir la entrada de alemanes a la región noruega de Titran.
El paso del tiempo hace estragos en Johan que, a pesar de las desgracias, intenta mantener vivo el árbol genealógico de la familia Grande.
La vida de Johan no es fácil, su familia no tiene buena reputación, son envidiados por tener las mejores tierras. Y es que esta familia fue la primera en habitar la isla.
El amor y la obcecación por la perdurabilidad de su apellido es la fortaleza que Johan necesita para sobrevivir.
*Johan y el tiempo
Johan pierde a sus padres cuando solo es un niño, eso le marca de por vida, no solo lamenta y le trastorna esa pérdida, sino la manera en que los pierde.
Además, Johan va envejeciendo y madurando, el paso del tiempo condiciona notablemente su manera de pensar y de sentir. En realidad, Johan es como un Frankenstein que se marchita con los años, con apariencia ruda e intimidante, pero con una mirada tierna y frágil, alguien que solo busca hacer el bien para sentirse feliz. Querer y ser querido, es todo lo que desea. En Todo el mundo odia a Johan terminarás por amar a Johan.
*Las explosiones
La construcción de puentes nos ha permitido conectar ciudades y regiones aisladas para mantener la comunicación y facilitar el comercio entre otras muchas cosas. Su demolición, sobre todo en tiempos de guerra, impedía la invasión de otros países o territorios por tierra.
Todo el mundo odia a Johan comienza presentando a una familia: Los Grande, que se dedican a explosionar puentes, un oficio que se convierte en costumbre y que termina por mostrar las emociones del personaje de Johan que, en lugar de destruir lo que intenta es construir de una manera metafórica.
Las explosiones también las encontramos como ejemplo de simbología erótica en una de las secuencias donde Johan y Solvor están descubriendo su sexualidad. Sin embargo, no solo se muestran en los personajes y en cómo estas van a condicionar sus vidas, sino también en las imágenes tan impactantes como los paisajes que nos muestra. Una explosión de belleza que te encandila durante todo el filme.
*Conclusión
Una historia que habla sobre las costumbres, el paso del tiempo, el amor, la fortaleza interior y explosiona en paisajes impresionantes. Con una música que mezcla tonos cómicos y melancólicos. Su humor negro, sobre todo destacable al principio de la historia, recuerda a la película El abuelo que saltó por la ventana y se largó.
Un filme que, sin duda, hay que ver en la gran pantalla.
Escrito por Vanessa Mateos Arques