Tocar el cielo
Sinopsis de la película
Es 31 de diciembre y un grupo de amigos comparte una tradición que hace varios años realizan simultáneamente en Argentina y España. A las doce en punto, hora de Buenos Aires y a las cinco de la mañana, hora de Madrid, cada uno de ellos suelta un globo con un deseo escrito. A pesar de la distancia, ellos comparten los mismos sueños y las mismas frustraciones.
Detalles de la película
- Titulo Original: Tocar el cielo
- Año: 2007
- Duración: 104
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Opinión de la crítica
Película
5.9
61 valoraciones en total
Sin duda una película que busca corazones sensibles. Una muestra más de esa mezcla de comedia y drama con espíritu lacrimógeno que tanto gusta a ciertos directores argentinos.
Su visionado vale la pena, está bien desarrollada y bien interpretada, con una inteligente presentación y dosificación de personajes, todos con su especial peculiaridad. Como es habitual, China Zorrilla grandísima, el resto del elenco supera con creces el aprobado, unos mejores que otros, a destacar Betiana Blum.
El peso del guión y del resultado final se basa en los contrastes. Desde los dos escenarios simultáneos en los que se desarrolla, Madrid y Buenos Aires, lo que genera otro contraste en los protagonistas, actores argentinos y españoles con distintos acentos y formas de interpretar, y la ya comentada combinación de risa (o sonrisa más bien) y llanto. Interés en mostrarnos actitudes sorprendentes de particulares personajes en una situación de verdadero drama.
Pese a su excesiva sensiblería, es este un film que destila talento y deja buen sabor de boca.
Una historia coral directa a conmover al espectador. No se trata de una cinta `lacrimógena´ como algunos malintencionados críticos la han tachado. Es una historia de seres humanos, imperfectos como tal, con sus miserias y sus alegrías. Esta co-producción hispano- argentina transita por las emociones vitales de una pasmosa forma. La delgada línea que separa las emociones verdaderas de las falsas. En esta cinta hay mucha verdad, verdad que transmiten unos personajes brillantemente construidos por un reparto de verdadero lujo.
Creo recordar que es el primer protagónico en cine de Chete Lera. Todo un acierto contar con este verano actor para encarnar a ese neurótico, seductor e iremediablemente humano personaje. Conmovedora la interpretación de Betiana Blum. A lo largo de la cinta podemos disfrutar de un cambio de registro impresionante de la actriz- de la comedia al drama solo hay estrecha línea, la línea que separa la vida de la muerte-. Raúl Arévalo vuelve a derrochar verdad en un personaje que aparenta ser lo que no es a los ojos de su padre. Redondean el reparto la genial China Zorrilla que llena la pantalla en cada intervención y la – casi- siempre convincente Verónica Echegui.
No es perfecta, pero consigue llegar al corazón de algo tan imperfecto como es el ser humano…
Tocar el cielo es de esas películas que pretenden tocar el corazón pero que lo pretenden a la fuerza, con calzador en zapato pequeño. Tan pequeño es el zapato, que no cabe ni la mitad del pie que lo quiere calzar. No cabe guión sólido, ni personajes bien construidos, por ejemplo. El director debería meditar la escasa fuerza, credibilidad y empatía que causan los personajes unidimensionales de la película. Tampoco digo, que un guionista tenga que saber hasta la marca de dentífrico que usa su personaje aunque no lo veamos en pantalla pero hay un camino largo que recorrer entre lo uno y los personajes que escribe Carnevale.
Son Betina Blum y Montse Germán las únicas actrices de la película que realizan unas buenas interpretaciones y consiguen (en cierta mediad) capear este flojo guión. Echegui, Arévalo o Arana simplemente no tienen ni la más remota idea de cómo coger sus tontos personajes y Chete Lera sigue sobreactuando, acostumbrados ya, ni sorprende ni irrita.
Esta película es como los globos que lanzan al aire en la última noche del año: pesan pocos y rápidamente se pierden en la oscuridad de la noche.
En España Pedro (Chete Lera), excéntrico cincuentón, vive con su hijo Fidel (Raúl Arévalo) a quien nunca ha sabido entender. Gloria (Betiana Blum), evocadora argentina, ha ejercido siempre de bote salvavidas y muro de contención entre ambos.
En Argentina Amparo (Montse Germán), gallega de alma bonaerense lucha por adoptar un bebé para lo cual se casa con Santiago (Facundo Arana), seductor impenitente, que a falta de madre biológica, ha sido criado por Gloria, bajo la atenta mirada de su abuela Imperio (China Zorrilla), artista olvidada y madre de Pedro.
Todos ellos consiguen hacer la distancia que los separa más pequeña cada 31 de Diciembre con la tradición de soltar un globo al comenzar el nuevo año con un deseo amarrado a él.
Tocar el cielo es una obra coral de relaciones personales. Un ensayo científico al más puro estilo pauloviano que intenta reproducir cotidianidades, reflejo de sensaciones y experiencias vividas para algunos espectadores, o bien mero intento de asociacionismo estímulo-sentimiento- reacción para otros.
Independientemente del rol que cada uno tome llevado por los sentimientos descritos por Carnevale, es cierto que estamos ante una película sencilla, cercana, quizá algo previsible y agridulce, que no tiene más pretensiones que ser las imágenes que escenifican la fábula que un escritor narrara.
Aún en nuestras retinas el anterior trabajo del director Elsa y Fred (pocos habrán sido los que al ver a China Zorrilla no hayan sentido un exceso acuoso en la retina al recordarla
soñando con ser Anita Ekber) quien repite equipo para su tercera coproducción española (anhelados e imprescindible los acordes de Lito Vitale)
Chirria en el metraje la grandilocuencia histriónica de un Chete Lera más cercano a Jim Carrey que al convulso personaje al que da vida. Asimismo, no es mucho mejor el cambio de registro de Verónica Echegi, quien ha pasado de ser la Juani de Bigas Luna, peineta alzada en mano, a una pavisosa estudiante y meliflua amante de poca monta.
El resto del reparto está a la altura. Desde la española Montse Germán de ejecución impecable, hasta Facundo Arana remolinos rubios incluidos de quien se dice que no se tuvo que esforzar demasiado en reproducir un personaje más cercano a si mismo que a la imaginación del guionista. Cabe aclarar de éste último que es el creador de una de las espinas vertebrales musicales de la cinta, al parecer gracias a la visita de unas acertadas musas en la cuarta lectura consecutiva del guión. Sin olvidarnos por supuesto de una magistral China Zorrilla, de apoyo secundario esta vez, pero llenando la pantalla de puro arte con cada nueva arruga que el espectador adivina en su rostro.
Tocar el cielo es una historia que no pesa pero que irremediablemente pasa. Un canto a la búsqueda interior y el punto de inflexión de unas vidas que, afortunada o desgraciadamente, vemos cada día la mirarnos al espejo.
Aunque el Señor Carnevale sea un admirador muy profundo de las cintas del genio Federico Fellini, y desafortunadamente, aún cuando las buenas intenciones están por demás explicitadas en esta película, se huele un aire de desconcierto y algo de ñoñez argumental, que aun cuando esté llena de música que trata de emular a las cintas de Fellini y Tornatore no llega a desgarrar las fibras sensibles del público.
La historia de tocar el cielo, segunda película de Carnevale que anteriormente nos había sorprendido con la exitosisima Elsa y Fred, es sosa, y llena de momentos agridulces que caen en la mediocridad del estereotipo, de la pretención y sobretodo de ese golpe bajo que pretende sacar las lagrimas del público y lo único que consigue es generar un bostezo en la sala.
Personajes inconexos, historias de melodrama telenovelesco que caen en esos lugares comunes que el cine se canso por tanto tiempo de mostrar.
Facundo Arana un personaje netamente televisivo muestra sus dotes de galancete incorregible, la siempre eterna China Zorrilla robandose los pequeños fragmentos donde aparece y un elenco que sonrie al horizonte falsamente intentando salvar del olvido esos momentos tan obvios e inutiles de la trama floja e inconsistente y con tintes de una lógica informal.
Si bien los aciertos no son muchos, tampoco es una película detestable, del todo, hay momentos muy pocos pero los hay, igualmente al público televisivo seguramente conquistará. pero a quien entre pensando que verá una cinta inteligente, es mejor rentarse una de Fellini y recordar al genio que nunca morirá, por eso es mejor no copiar o al menos, como decia Van sant cuando se copio Psycho, copiar con estilo(sin duda una respuesta sin verguenza)