Tiempos de azúcar
Sinopsis de la película
Dos grandes pasiones han marcado la vida de Miguel desde niño: su profesión y el profundo amor por Ángela. Con sólo siete años, empezó a ayudar a su madre en el negocio familiar, una pastelería, al que se entregó en cuerpo y alma hasta hacer del pequeño obrador un negocio próspero y rentable. Con Ángela tuvo menos suerte: nunca se atrevió a confesarle sus sentimientos por temor a coartar sus ansias de libertad y de éxito y su deseo de trasladarse a una gran ciudad llena de oportunidades.
Detalles de la película
- Titulo Original: Tiempos de azúcar
- Año: 2001
- Duración: 116
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Opinión de la crítica
Película
5.8
100 valoraciones en total
Película que habla sobre los sentimientos, sobre la amistad y el amor en todas sus vertientes, y ¿Es que hay algo en la vida más importante que lo que sentimos?, en este mundo nos vamos guiando por nuestros sentimientos y experiencias y en mi opinión esta película trata sobre conceptos muy importantes en la vida de todas las personas. Para mí es una de las mejores películas del cine español más reciente y logra (o al menos en mi caso fue así) que tengas una gran empatía con los personajes protagonistas del film y con la historia en general. Y el argumento y el desarrollo del film consiguen que te metas en la historia desde el primer minuto. Magnífico reparto que borda su actuación, están todos bien: Charo López, Verónica Forqué, Roberto Álvarez, pero sin duda destaca la pareja protagonista formada por María Adánez y Carlos Fuentes.
Todos los personajes están muy bien definidos y existe una gran labor en cuanto a la dirección de actores y el guión está muy bien planteado y la ambientación también está muy cuidada. En esta historia son más importantes las palabras y las frases que no se dicen, es decir los silencios y los secretos que aquello que se llega a decir. He de reconocer que es de las pocas películas en las que tuve un nudo en la garganta durante el visionado del film y me llegó a emocionar verdaderamente y llegué incluso a casi llorar de emoción. En definitiva película entrañable y absolutamente recomendable y necesaria. Posee ternura, sensibilidad y sencillez, valores fundamentales en este mundo. Por todas estas razones la nota que le doy es un 10. Una de mis películas favoritas y a mi juicio película totalmente infravalorada.
Tiempos de azúcar es una película dulce de principio a fin. Las escenas en la pastelería donde trabaja Miguel influyen en ese aire dulce y delicado que tiene la película, además del ambiente pueblerino y los paisajes costeros.
Los protagonistas, Ángela y Miguel, despiertan una simpatía en el espectador, cada uno a su modo, ella con la fuerza y pasión de una joven con ganas de ver el mundo, y él con delicadeza y la madurez que no le ha quedado más remedio que desarrollar.
Hay películas buenas, malas, regulares, salvables y hay películas que sabes que no son peliculones, pero que por alguna razón te gustan o te llegan, es lo que tiene Tiempos de Azúcar, que sin llegar a ser gran cosa, me hizo sentir, me transmitió, consiguió arrancarme el llanto, por eso considero que merece la pena, porque por la razón que sea te hace emocionarte, te hace sentir algo, el mejor baremo para decir si una película te ha gustado o no.
Y es que la tierna y dura vida de Miguel (Carlos Fuentes), la forma en que se entrega a la vida, su valor y su cobardía, harán que te plantees muchas cosas, sea como sea esta película transmite valores esenciales para el ser humano, sin ser nada pretensiosa, busca tocar la fibra sensible y lo consigue. Sus protagonistas ponen de sí todo lo que pueden para sacar adelante unos personajes que tienen que sacar su vena cómica y dramática en este trabajo, actores noveles en aquellos tiempos de azúcar, pero que contaron con el respaldo las veteranas Charo López y Verónica Forqué, junto a los niños que interpretan a los protagonistas en su juventud.
Se baten doce claras a punto de nieve. Cuando ya están bien duritas, se les echan las yemas, y luego se añade medio kilo de azúcar, poco a poco, sin dejar de batir, hasta que se deshaga.
Luego se mezclan cien gramos de harina de almidón con cuatrocientos gramos de almendra molida. Se bate todo bien y se le echa la ralladura de un limón, y luego una hora de horno fuerte.
-No la pierdas nunca. Es una receta muy especial y muy antigua (…). Una vez, una esclava árabe consiguió enamorar a su sultán preparándole esta tarta de almendras.
Si existe alguna receta secreta donde el amor verdadero anida y que, como la fórmula ignota de un alquimista, oculta los ingredientes y sus combinaciones y proporciones exactas para que quien la descubra posea para siempre el mayor de los tesoros…Tal vez permanezca ignorada por tantos corazones, tal vez sea tan difícil de encontrar, esquiva como las hojas impulsadas por el viento…
La receta del amor nunca se ha escrito en papel, nadie ha podido apresarla jamás. Es un misterio que sin embargo el alma reconoce de inmediato al hallarlo. El misterio más grande de la vida. Nadie puede explicarlo ni razonarlo, no puede definirlo porque ni todas las palabras del mundo son suficientes. Pero quien lo ha encontrado, sabe que tiene la forma de su propio corazón, y que es único e irrepetible para cada uno.
Para Miguel y para Ángela, el amor verdadero es una receta que ha pasado de generación en generación, y que nadie más conoce. Es una tarta de almendras que concentra todo el cariño y la pasión de una vida entera compartida. Es la magia de expresar lo que se siente a través de la elocuencia de unas manos tiernas y hacendosas, a través de la dulzura de unos pasteles hechos con devoción y dedicación. Es la agonía lenta de quien se marcha dejando lo mejor de sí mismo en ese pueblo entrañable que llevará perpetuamente pegado a las costillas, y la agonía de quien se queda a esperar para siempre.
Miguel encontró la receta en el mismo instante en que vio nacer a Ángela.
Supo que la había encontrado, y que la guardaría hasta la muerte, y que realizaría cualquier sacrificio para que su amada fuese feliz.
Iborra, sin pudor a sacar el lado más blando y repleto de ternura, se recrea en la poesía de un melodrama dedicado a la parte más sensible de eso que llamamos espíritu.
Regala con sencillez una historia de amor de las que duelen, de las de siempre, con ese sabor que inevitablemente termina por aplastar de pura nostalgia.
La nostalgia, ese veneno dulce que mata suavemente con dedos de azúcar.
Grata sorpresa me llevé al ver esta magnífica película. Quizá no veamos las mejores actuaciones de la historia del cine, ni estemos ante el guión más inteligente, pero el sencillismo y la ternura de esta película hace que sea especial. La dulzura, el amor, la melancolía y el recuerdo se apodera de nuestras sentimientos haciendote sentir un personaje más del film.
La actuación de los dos protagonistas son correctas, aunque tenga cierta predilección por María Adanez. No me convence el personaje de Miguel de pequeño, pero no hace enturbiar en ningún momento la.película. Como siempre Charo López y Veroniqué Forqué nos demuestran por qué son dos de las actrices con más historia de nuestro país.
En difinitiva, grandísimo film en mi modesta opinión. Indispensable e infravalorada.