The Trotsky
Sinopsis de la película
En un colegio de Montreal, un joven estudiante llamado Léon Bronstein (Jay Baruchel) quiere emular al líder soviético de la revolución rusa. Después de ser despedido de la fábrica de su padre por emprender el chico una huelga de hambre, Léon es castigado por su padre a educarse en un escuela pública. Pero el joven no se amedrenta y, convencido de ser la reencarnación de Trotsky, intenta reproducir en la escuela la revolución socialista. Lo malo es que tropieza, por una parte, con la apatía de sus compañeros, dominados por el hedonismo y la falta de compromiso, y, por otra, con el gelido y estricto director del centro (Colm Feore).
Detalles de la película
- Titulo Original: The Trotsky
- Año: 2009
- Duración: 120
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Opinión de la crítica
5.9
50 valoraciones en total
…conocerá y se casará con una mujer mayor que él, se encontrará con Lenin, fundará una unión sindical, participará en dos revoluciones, será dos veces deportado a Siberia, será condenado a exilio, será asesinado por un comunista español.
Esto no es principios del siglo XX ni estamos en la Rusia de los zares, pero la idea es la misma: necesitamos una revolución. Y qué mejor instigador que un brillante adolescente que cree ser la reencarnación de Trotsky y con el que comparte nombre de pila: Leon Bronstein. Siguiendo paso por paso la vida del revolucionario ruso, Leon encuentra que sus verdaderos enemigos son la apatía, la abulia existencial y el absoluto desinterés de sus coetáneos por cambiar una situación que no les agrada pero contra la que pasan de luchar ¿Les suena?
De plena actualidad por sus planteamientos e ideas, The Trotsky utiliza los códigos del liviano -en apariencia- género de la comedia adolescente y los subvierte tal y como lo hiciera Brick , introduciendo una especie de parodia seria , muy divertida y no obstante llamando a una auténtica reflexión sobre el estado anímico del mundo que habitamos. Nos recuerda el mucho tiempo que ha transcurrido desde la última revolución y en lo que nos estamos convirtiendo y también nos dice que de alguna manera, hace falta un Leon -incendiario y brillante Jay Baruchel- que considere que se pueden cambiar las cosas mediante el sencillo método de creer en ellas.
Diferente, estimulante y en cierto modo…preocupante.
Me ha dejado gratamente sorprendido, me ha parecido una película con un guión y puesta en escena más que brillante. El mensaje de la disyuntiva entre aburrimiento y apatía como causa de la inacción para conseguir los cambios ha sido muy acertado y apropiado para la gente de hoy, de todas las edades.
Los miedos al riesgo de emprender esos cambios son analizados de formas muy adecuada.
La mezcla y evolución de los sentimientos de los disintos personajes es ejecutada de forma magistral por la dirección del film.
La música también está perfecta
Realmente recomendable.
Estoy totalmente en contra de las dictaduras independientemente del color que tengan, pero el hecho de desarrollar la trama en un país con una calidad democrática tan contrastada como Canadá, hace que este mensaje y moraleja tenga aplicación en todos los ámbitos de nuestra existencia
Nota: La he visto en Versión Original Subtitulada. Merece la pena
En línea con títulos como Noviembre, este filme nos cuenta la historia de un joven obsesionado con Trotsky (se llama León Bronstein, qué casualidad) y que pretende crear un sindicato de estudiantes en su centro. Todo ello como excusa para tratar la apatía juvenil que asola Canadá y el mundo desarrollado.
Pros: Destaca el fino humor de que hace gala la película y la personalidad propia que desprenden varios personajes, evitando caer en el recurso fácil de muchos secundarios planos para ensalzar al peculiar protagonista.
Contras: el argumento riza el rizo de una forma que la propia película no es capaz de seguir, resintiéndose con cada pirueta en la segunda mitad del metraje. Relacionado con esto, cabe destacar la bisoñez de algunos de los actores, que no dan la talla en ciertos momentos. Por último está el siempre espinoso asunto de hablar de la concienciación juvenil sin caer en tópicos y salidas estilo disney. La película trata de lidiar con ello pero, a mi parecer, fracasa.
Pese a todo lo anterior, es una propuesta valiente que merece el mayor de los respetos, asegura un par de buenas risas y que incluso hará reflexionar a algún joven más de cinco minutos que, tal y como van las cosas, no son pocos.
Para León, Jay Baruchel, no hay reto imposible, ninguna batalla es insignificante. Las cosas no cambian a menos que alguien luche por cambiarlas. Esa es la estupenda moraleja del film. La apatía, la indiferencia son los gérmenes contra los que pretende luchar este film desde la comedia, la historia, la intelectualidad, el amor y la lucha. Hoy más que nunca pienso que debemos ser leones, no por ello troskystas como nuestro amigo, pero si luchar por lo que se considera abusivo e incorrecto, venga de donde venga, ejerza quien la ejerza, porque la fuerza es la masa y a veces lo olvidamos. Quién sabe si mañana la criptonita de la indiferencia robará las renovadas fuerzas de lucha que inspira este film. Pero siempre estará ahí, para volver a inspirar, solo como esas grandes obras con que derrepente te topas y que te deslumbran por su originalidad, pasión y contenido.
Un joven estudiante llamado Léon Bronstein cree ser la reencarnación de Leon Trotsky, pretendiendo emular su vida, comenzando por reivindicar la creación de un sindicato estudiantil en el instituto público al que su padre le ha enviado como castigo.
Si bien a primera vista me parecía The Trotsky una idea original, introduciéndose nada menos que en el mundo estudiantil con tintes políticos (aunque no más allá de una problemática concreta de un centro), con forme avanzaba la cinta, la historia se desplazaba de manera vertiginosa hacia el cajón de los tópicos y de las historias de adolescentes que nada entienden sobre los adolescentes. La película, a mi parecer, está marcada por dos aspectos negativos:
El ritmo que arrastra la cinta me resultó demasiado forzado, los sucesos se suceden de manera irrealista totalmente, arrastrándose hasta llegar a puntos exagerados que se acercan a películas americanas de sábado por la tarde. Aunque quede en abstracto, luego en el spoiler daré detalles concretos.
El contenido en sí mismo refleja una falta total de comprensión de la realidad estudiantil y juvenil, además de que las ideas revolucionarias de este chico son bastante extrañas. Aunque yo no sea canadiense, sé reconocer el topicazo en cuanto lo veo, y realmente en algunos fragmentos me he visto en un capítulo de Lizzie McGuire. Señalar también que el hecho de que sea de humor me crea una confusión tremenda, pasando de momentos en los que se ríen de nuestro protagonista (aunque no todo lo que deberían, a veces daauténtica vergüenza ajena) a momentos en los que parece ser un verdadero líder .
Está claro que es una película, y que transmite una idea, y esta idea es más fácil transmitirla mediante estereotipos y sin cuidar lo ritmos, pero a mí no llega eso, esa no es mi realidad, la realidad estudiantil. No me sirve un mensaje positivo si no tiene una base real…