The Taste of Money
Sinopsis de la película
Cuenta la historia de Young-jak, el secretario personal de la Señora Paik, la presidenta de un conglomerado de empresas, y testigo mudo de la inmoralidad que reina en la poderosa familia. Cuando descubre que el marido de la presidenta mantiene relaciones con la sirvienta filipina de la casa, se lo cuenta a su jefa, que pretende vengarse de su marido seduciéndole a él. Cada vez más involucrado en los problemas de la familia, Young-jak descubre el cuerpo de la sirvienta, brutalmente asesinada.
Detalles de la película
- Titulo Original: Do-nui mat (The Taste of Money)
- Año: 2012
- Duración: 114
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Opinión de la crítica
Película
5.1
59 valoraciones en total
Tras el decente remake de The Housemaid, volvía Im Sang-soo a un cine que no le dio malos resultados en su anterior incursión y que en esta The Taste of Money no termina de saber bien como pulir. De ritmo moroso, sentido estético y milimétrica planificación, sus cuarenta primeros minutos devienen un lastre que parece no llevar al film a ningún lugar, entre conversaciones que si bien nos introducen en su universo pero no aportan nada más allá de establecer relaciones, y un guión que no parece querer dar pistas acerca de la temática central del film, no levanta cabeza el coreano en una introducción más bien floja que no termina de arrancar hasta mostrar sus principales bazas: un humor descocado que aparece en una de sus mejores secuencias y un erotismo pasado de rosca que le confieren el tono acorde con lo que Im Sang-soo pretende contar: una historia de celos, venganza e incluso alguna que otra pincelada de violencia en un thriller que nunca se muestra como tal y prefiere seguir otras sendas que la hacen devanearse entre el humor negro más descarado, un blando romance que más bien parece relleno y unos visos dramáticos que, finalmente, es lo que le termina dando forma.
La casa donde acontece casi todo también se erige con parte de protagonismo al conceder al director espacios y rincones en los que desenvolver la acción pudiendo desarrollar esa simetría tan habitual en sus trabajos, que acompaña con elegancia el lujo y la ostentosidad de la que hace gala todo el ambiente en el que se mueven los personajes, incluso dejando lugar a los excesos de esa familia adinerada coreana sobre la que se intuye cierta sombra crítica acerca de la situación actual del país, pero que nunca desemboca en algo mayor o con la suficiente sustancia como para que el espectador le confiera la importancia que merece.
No parece, sin embargo, el objetivo de Im Sang-soo hablar sobre una situación que queda reflejada de buenas a primeras, y a la que únicamente se dirige para definir los lindes de ese particular mundo en el que terminan desembocando todos los conflictos. En ese sentido, no termina de estar pulido un guión cuyos anclajes quedan a merced de giros demasiado traídos por pinzas, a los que hay que ceñirse para no desacreditar un trabajo que probablemente no debiera acogerse tanto a los recovecos románticos de un relato que funciona de maravilla cuanta más mala leche tiene.
Tampoco termina de funcionar a nivel interpretativo debido a una pobre dirección actoral donde solo se salvan los más veteranos de la función, y que fracasa estrepitosamente con jóvenes talentos que realizan un trabajo mecánico en exceso que probablemente responda a aspectos del relato, pero terminan amplificando ese tono tan impostado que posee el film en general y, en consecuencia, minando las posibilidades de un conjunto que podría haber aspirado a más. Por suerte, ese tono impostado rompe frontalmente con secuencias que otorgan un desaire al trabajo de Im Sang-soo y dan margen a momentos de un humor negrísimo que, con total seguridad, es lo que mejor funciona en una cinta que, pese a terminar estirándose en exceso, deja un último ramalazo de lo más sorprendente a la par que culmina una película suficientemente irregular como para no cautivar como sí lo logró, en parte, su anterior The Housemaid. Se puede decir, pues, que con The Taste of Money, Im Sang-soo continúa desarrollando sus particulares tics con cierta fortuna, pero el poso amargo al final de la proyección expone las carencias de un cine que con una mejor escritura podría dejar en boca de muchos el nombre de un autor que parece no terminar de arrancar.
Crítica para http://www.cinemaldito.com
@CineMaldito
Sinceramente me ha parecido una tomadura de pelo, algo ridículo y no comprendo cómo los organizadores del Festival de Cannes la han incluido en la competencia oficial, una cinta como esta no debería estar nominada a la Palma de Oro. Im Sang-soo regresa a Cannes, donde hace 2 años presentó The Housemad (2010) – que también estuvo nominada al mismo premio, y que es mejor.
Yoon Yeo-jung(a quien pudimos ver en The Housemad) , asume un rol totalmente diferente y como pasó en su anterior trabajo, no defrauda aunque tampoco brilla. El resto del elenco me ha dejado completamente indiferente. Una película que no varía mucho del argumento de su antecesora, tocando temas similares o los mismos, acaba proponiendo un discurso aburrido y asfixiante pero en el mal sentido, acompañado de un ritmo totalmente desquiciante e irregular.
En conclusión la película es mala y por supuesto que no la recomiendo.
Para mas, sigue: cinema2puntocero.blogspot.com
Si con The Housemaid Im Sang-soo demostró saber leer los códigos del melodrama sin trasgredirlo, logrando un remake estimable de la clásica película coreana de los 80, en The Taste of Money la cosa se le va de las manos al caer de lleno en la peor cara del subgénero, convirtiendo la historia en una telenovela ramplona en la que no faltan todos los clichés posibles de este tipo de producciones. La historia sobre los miembros de una misma familia adinerada y asentada en la cima criminal contada desde el punto de vista de su secretario personal, que por supuesto se verá enredado en subtramas amorosas y tejemanejes de índole ilegal, ascendiendo tras cierto hecho realizado en contra de su voluntad. El problema de la historia es que cae en lo peor posible, hasta el punto de que los momentos más potentes (los eróticos) son absolutamente prescindibles, gratuitos, añadidos exclusivamente por llamar la atención, algo que logra porque todo lo demás es mayormente inane.
Indudablemente lo mejor de la película es la factura visual. La dirección es muy potente como ya lo era en la anterior de Sang-soo, gracias sobre todo a la labor de Kim Woo-Hyung en la fotografía. Más allá de eso y concediéndole que es entretenida, llevadera, no haciéndose demasiado larga, termina por ser demasiado simple y su crítica social está lejos de ser rompedora. El tema de la corrupción, blanqueo de dinero y problemas inter-familiares lo hemos visto diez millones de veces, los triángulos amorosos también, por lo que al final queda sólo la intención y algún momento de humor negro bien integrado. La película es así de usar y tirar. Bien hecha pero hasta que Sang-soo no consiga un buen guionista sus labores tras la cámara van a quedar en poca cosa. En resumen: que no es un bodrio pero bastante lejos de ser buena.