Candy
Sinopsis de la película
Historia de una apasionada, duradera y autodestructiva relación amorosa. Candy es una joven y bella artista cuya ansia de vida la lleva al extremo de la cordura. Dan, es un poeta perdido enamorado de Candy. Ellos encuentran en la heroína un camino de placer ilimitado. Pero cuando la adicción domina ellos pierden lo que habían encontrado. Candy abre la puerta a una visión de ensueño que tendrá significado para aquellos que se han sentido deslumbrados por la belleza del mundo.
Detalles de la película
- Titulo Original: Candy
- Año: 2006
- Duración: 116
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Opinión de la crítica
Película
6.7
35 valoraciones en total
He sentido escalofríos mientras veía esta película, y teniendo en cuenta que tenía la nariz tapada porque estaba algo resfriado,…imagínense como estaba. Gran guión adaptado que nos demuestra las consecuencias de adiccionarse a las drogas, desde la gloria que sientes al principio hasta la decaída por culpa de ellas. Muy moralista y recomendada para tratar el tema de las drogas.
Destaco la actuación de Abbie Cornish y de Heath Ledger, este último en menor medida. Se han metido muy bien en el papel y no ha sido necesario demostrar escenas muy violentas para enseñar la moraleja del no a las drogas . Además, la música es bonita y tiene algún gag gracioso de por medio la película. En total, le pongo un 8 y mis felicitaciones.
Tristemente la anunciada muerte en situaciones extrañas del actor principal de esta película ha hecho que descubriera esta joyita oculta. Una obra sobre jonkies que venía siendo anunciada por los medios como la posible culpable de su adicción a la heroína… putas estupideces!!. Lo único que importa es que uno de los grandes se ha ido y que su vida personal y las razones de su muerte no deben importar una mierda, lo único que han hecho es crear una espectación mediática estúpida, que busca el morbo barato y la provocación, crucificando y glorificando a partes iguales a este actor australiano. La única verdad y lo único que nadie debería olvidar es que Heath Ledger era un gran actor y esta película y muchas otras de su filmografía lo reafirman a pesar de sus muchos detractores.
Candy es una película que para nada retrata a jonkies pijos como he podido ver en una crítica de esos entendidos snobs que para nada habrán esperimentado en su familia y en sus propias carnes lo que es el mundo de la drogadicción. Es cierto que los protagonistas no son unos cardos, es decir, se trata de dos jóvenes guapos y saludables pero que a medida de la película también se van transformando y es que en Candy no vemos glamour ni a jonkies-chic lo que mejor nos retratan es la desesperación, asco y locura de dos personajes al límite y mediante situaciones reales y totalmente creíbles. El guión no es la séptima maravilla del mundo, estoy deacuerdo, pero es tan poderosa la fórmula que nos plantea Neil Armfield que te olvidas de los detalles ínfimos que podrían haberla convertido en casi perecta. El caso es que le cartel de actores no puede haber sido mejor elegido, la actuación de Abbie Cornish es memorable y la de Heath Ledger también, por no hablar de Geoffrey Rush que siempre está estupendo, pero me recordó un poco a su interpretación en Quills haciendo del Marques de Sade, debe ser que lo de los excesos sexuales me traen otras referencias cinéfilas y Geoffrey es un actor que muchas veces cumple el patrón de excesos.
La fotografía es increible, la dirección con pulso y la banda sonora apropiada, lo cual hace que Candy tenga un más que merecido notable. Un triste lamento por parte de mi persona pensar que nunca más podré disfrutar de ninguna película de ese gran actor que era Heath Ledger.
Candy es una historia de amor que se ve completamente destruida por la adicción de ambos a las drogas. La historia que se cuenta está muy bien, además de ser un tema muy interesante. Los actores, tanto el notable Heath Ledger como Abbie Cornish encajan muy bien con los personajes y consiguen meterte completamente en la historia.
Muchas de las escenas son escalofriantes, y la verdad es que da mucha pena, es una película que te deja bastante hecho polvo, comparable quizás (aunque no la supera) a requiem por un sueño.
Quizás lo que falla un poco en la película es que se hace un poco monotona, pero solamente por la historia vale la pena verla, ya que consigue meterte hasta el fondo en la historia y sobre todo se le quitan a uno las ganas de drogarse.
Avalada por un unánime éxito crítico del país del que nos llega, Australia, ese gigante en películas del que apenas nos llegan representaciones en forma de grandísimos actores (Nicole Kidman, Hugh Jackman, Russel Crowe, Naomi Watts, o el mismo Heath Ledger), nos llega una película aquí apenas publicitada y desde luego apreciable en no pocos aspectos, que prosigue las complicadas vidas de una pareja, ella pintora y él poeta, profundamente enamorados pero unidos por un vínculo mucho más hondo y complejo que el amor: la heroína. Candysortea con acierto los afilados bordes del moralismo y el morbo a las que esta clase de historias suelen estar expuestos (con ejemplos deleznables y otros memorables, como esa maravilla llamada Requiem por un Sueño). Pero el acierto de Candy, además del modo de contar la historia es la forma en que su director encuadra las confusas y difíciles vidas de sus protagonistas. En su apasionada labor tiene tiempo, además de crear una linea argumental realmente perfecta (Cielo, Tierra, Infierno), acompañar a este tríptico con las imagenes que van en completa consonancia con la espiral destructiva de Dan y Candy, los enamorados enfrentados a sus propios fallos y mostrar imágenes de una turbadora belleza, o de una asfixiante angustia, la que envuelve a nuestros antihéroes, dos personajes que en ningún momento juzga ni tampoco justifica, sino simplemente acompaña. Esta gran historia de amor, cuyo enemigo en este caso no es un acaudalado conde o un apuesto antagonista, sino que Candy y Dan son presos de ellos mismos, mantiene durante todo su metraje una tensión in crescendo aderezada por unas interpretaciones realmente fascinates. Heath Ledger compone un dramático personaje prueba definitiva de su sobresaliente talento (ya mostradosobradamente en Brokeback Mountain o Monsters Ball), de una manera nunca sobreactuada, algo harto difícil dadas sus características (yonki, poeta, protector), haciéndonos complices de sus locuras, de su humanidad, de su profundo amor hacia Candy aún cuando tiene que tomar decisiones difíciles. Su don para la comedia, para el drama y para el dolor se muestran de manera excepcional en una interpretación emocional y física. Candy, el personaje que – evidentemente- da nombre a la película está encarnado por la hasta ahora desconocida Abbie Cornish, que aporta a su torturado personaje justo lo que requiere: complejidad, contradicción, dolor, arrepentimiento y una luz que sobresale sobre los demás elementos de la película, elevando su interpretación, como la de su compañero, casi a la perfección, un completo salto al vacío, un acto de valentía, y una sobrecogedora película recomendable para todos aquellos que crean en las histroias reales y a la vez, poéticas.
Esta película podría denominarse como la respuesta australiana a Réquiem por un sueño , que, aunque menos onírica, resulta bastante interesante.
Está dirigida por Neil Armfield y nos cuenta la historia del triángulo amoroso formado por Dan (Heath Ledger, un joven poeta desorientado), Candy (Abbie Cornish, una pintora) y la heroína.
Ambos están enamorados, se adoran y adoran las drogas que les hacen ver el mundo tan hermoso como su propia relación. Candy nos cuenta en tres actos (cielo, tierra e infierno) la relación de esta bohemia pareja, su cenit, su caída… su relación con el entorno, con la familia, con sus proveedores de muerte y fantasía.
Pasa de lo más hermoso y poético a lo más sórdido y psicológicamente duro. Estas escenas se entrelazan dotando al film de un sabor agridulce y haciéndonos profundizar en la psique de unos protagonistas que bordan sus papeles.
Quizás lo único que falla un poco en esta obra es su conclusión, que no termina de rematar la jugada y deja un dudoso mensaje en el aire. Recomendable.
Enoch