The God Who Wasnt There
Sinopsis de la película
¿Existió realmente Jesús de Nazaret? A partir de esta pregunta se examina la historia del cristianismo y de la biblia con un enfoque totalmente objetivo a través de diversas entrevistas y numerosos análisis históricos.
Detalles de la película
- Titulo Original: The God Who Wasnt There
- Año: 2005
- Duración: 62
Opciones de descarga disponibles
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Opinión de la crítica
Película
6.2
71 valoraciones en total
Estamos acostumbrados a ver unos EE.UU. cargados de dogmatismos políticos (en su vertiente conservadora), sociales (en su exaltación del individualismo) y, sobre todo, imbuidos en la religión. Dios está en cada uno de los actos oficiales o mediáticos que hacen. Sin embargo también surgen de allí las propuestas más radicalmente críticas, propuestas que han conseguido llegar a millones de personas. Ante la constante nueva ola mediática de conservadurismo político y religioso surgen nuevas fórmulas documentales (Michael Moore, Zeitgeist’s…), o de difusión de las ideas de sus más ilustres y contemporáneos intelectuales (Noam Chomsky, Murray Bookchin, Howard Zinn…). Esta pugna, llamémosle entre la razón o la fe, ha conseguido remover el aletargado mundo del pensamiento ateo provocando que salga por fin a la luz sin tapujos ni concesiones agnosticistas. Primero vinieron los éxitos editoriales de The god delusion de Richard Dawkins (el autor de El gen egoísta ), God, the failed hypothesis de Victor Stenger, o Letter to a christian nation de Sam Harris, y ahora series de TV como The Root of All Evil de Richard Dawkins, o documentales como Religulous de Larry Charles, o este El dios que nunca estuvo allí de Brian Flemming.
El dios que nunca estuvo allí es un documental independiente bastante polémico que cuestiona la existencia de Jesús, mostrando otra cara de la historia del cristianismo y examinando la creencia de buena parte de la población fundamentalista de los EE.UU., la que cree en la interpretación literal de la Biblia: que la Creación ocurrió en 7 días, que hay que ejecutar a l@s homosexuales, que la segunda llegada de Jesus ocurrirá pronto… Narrada de forma bastante pedagógica y entretenida, entrevistando a los autores actuales más incisivos sobre el tema, Brian Flemming consigue interesarnos con su propuesta, remantándolo con una entrevista final, un poco capciosa quizás, pero con una última escena inolvidable. Su particular arreglo de cuentas.
-Primera confesión: soy todo un fan de documentales sobre la vida de Jesús.
-Segunda confesión: en dicha materia siempre espero algo más que la mera apología cristífera o el ataque furibundo contra la religión. Es decir que no estoy del lado ni del creyente intolerante, ni del intolerante ateo. Estoy del lado de la historia, espero una argumentación con datos y espero que queden a un lado consideraciones personales.
-Tercera confesión: como cinéfilo espero que todo documental cumpla con ciertas premisas estéticas.
Pues bien, en el film de Flemming no hay ni un manejo objetivo de los datos, ni un cuidado por la imagen. En esencia, el documental, con un estilo desmañado, carga las tintas de forma demasiado personal contra la religión cristiana y, más específicamente, contra la Institución de los Cruzados Cristianos (sic.!) que prácticamente le estuvieron lavando el cerebro durante toda su juventud. El estilo de la narración no sólo es desordenado, sino que llega a ser molesto, debido a un uso torpísimo de la música de fondo. Ese aire de planfeto, de ataque personal, es lo peor del film.
Y aún así, el film de Flemming tiene cierto valor. Me pareció un acierto revisar la figura de Cristo en línea con una ordenación cronológica del Nuevo Testamento (las diferencias entre las cartas paulinas y los evangelios dan lugar a terribles conclusiones). También considero un acierto poner en relación el surgimiento del mito de la resurrección con el caudal folclórico y mítico. Habrá quien se ofenda con estas cuestiones, no obstante, tanto el argumento cronológico, como el influjo del simbolismo mítico sobre la biografía evangélica resultan incontestables.
A ello podemos añadir dos cuestiones menos objetivas, pero con las que, personalmente, convengo. 1. Existe un deseo de manipulación detrás de la obsesiva y sádica representación de la Pasión de Cristo. Nunca podré comprender como quienes se proclaman como amantes de la figura de Jesús son los mismos que aplauden películas como la de Mel Gibson. 2. El argumento de la ciega fe, la mera prohibición de la duda sobre cuestiones como el Espíritu Santo, constituyen otras tantas manipulaciones ideológicas.
Son dichos valores y dichas cuestiones las que hacen de este documental algo valioso. Al menos, con ello se abre la posibilidad de debatir sobre lo indebatible, una de las pocas áreas culturales a la que aún no ha llegado el respeto por el debate de ideas: la religión.