The Game
Sinopsis de la película
El multimillonario Nicholas Van Orton (Michael Douglas) tiene todo lo que un hombre puede desear. Pero Conrad (Sean Penn), su díscolo hermano, aún es capaz de encontrar un regalo de cumpleaños que pueda sorprenderle: su ingreso en un club de ocio capaz de diseñar a su medida aventuras y pasatiempos exclusivos.
Detalles de la película
- Titulo Original: The Game
- Año: 1997
- Duración: 123
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Opinión de la crítica
Película
7.2
44 valoraciones en total
Pais
Directores
Actores
- Anna Katarina
- Armin Mueller-Stahl
- Bob Stephenson
- Caroline Barclay
- Carroll Baker
- Charles Martinet
- Deborah Kara Unger
- Elizabeth Dennehy
- Florentine Mocanu
- Gerry Becker
- Harris Savides
- Harrison Young
- James Brooks
- James Rebhorn
- Jarion Monroe
- Joe Frank
- John Aprea
- John Cassini
- Kathyjean Harris
- Kimberly Russell
- Marc Siegler
- Mark Boone Junior
- Michael Douglas
- Peter Donat
- Sean Penn
- Spike Jonze
- Tommy Flanagan
- Victor Talmadge
Y además, hasta se parece a Matías Prats.
Aunque…
Aunque me parece un desatino otorgar una puntuación tan alta a este engendro, he de reconocer que aunque los últimos cinco minutos sean un disparate de proporciones siderales, la peli se encorseta en tu cabeza si la tienes despejada, y te lleva y entretiene riéndose de ti como pocas.
M. Douglas interpreta su papel-tipo de ricachón amargado. Lo secunda un Sean Penn siempre agradable de ver pese a que no varie de registro. La rubia está cañón. ¿Y el guión? Pienso que el argumento fue tejido por alguna camarilla de colegas en los pozos de aislamiento más oscuros de cualquier pabellón psiquiátrico. Es vergonzoso, pero coño… tiene su ritmo oye! y todos los que aparecen en cuadro posibilitan la idea del infiltrado, con lo cual, David Fincher nos regala un thriller absurdo, estúpido, entretenido y molón. Hay que otorgarle ese mérito, para mí, de difícil alcance. Además, nos muestra de manera explícita cómo viven los ricos de NY consiguiendo una notoria ambientación. Y la rubia en la ducha tiene lo suyo.
Cualquiera que lea mis críticas sabrá que me molesta enormemente que se engañe al espectador con los guiones tramposos. Pero existen excepciones, pocas pero las tengo. Una de ellas es The Game.
Para comenzar una aclaración, los fallos que muchos compañeros citan en sus comentarios no son de guión, son de conducta humana que es muy diferente.
El guión en sí, está muy calibrado, incluso más que Seven. Desde luego que no es una película populista en el sentido de que tiene un claro sesgo aristocrático que hace que muchos espectadores la critiquen negativamente con lo de eso es imposible. Estamos hablando de un juego sólo para multimillonarios, no es la bonoloto. Y los ricos, los muy ricos, se divierten con cosas aún más asombrosas. Que el personaje de Michael Douglas tomase una decisión u otra, entra dentro de lo posible pero para eso se le hicieron los estudios psicológicos y como se demuestra en la película, en muchos momentos escapa del control del CRS y tienen que activar un plan B. Sois vosotros los que pensáis que Douglas dispara al pecho, pero es posible que estuviera apuntando más arriba o más abajo, el caso es que él se cree que el disparo ha impactado ahí, donde la empresa quiere.
Lo único malintencionado son algunos primeros planos que van más allá de lo que Van Orton percibe –ejemplo, la mirada de ella cuando él dice su código bancario-, y que están pensados sólo para el espectador, eso sí es reprobable.
Tampoco de trata de elevar a los cielos a esta película, porque no es ninguna joya. Pero ver uno de los mejores trabajos de Michael Douglas en esta historia de intriga con un buen gusto impropio de los tiempos que corren y enormemente entretenida, no es algo que se prodigue en las carteleras.
Además otro mérito importante es que después de Seven, Fincher podía haber ido más allá, y sin embargo viene más acá. Traduzco. Se reduce la dosis de sangre, videoclip y actores jóvenes y rueda una especie de Charada moderna que decepcionará a los adolescentes. Hay que ser valiente.
Al que le guste mucho la película, os recomiendo el libro, de Jeff Rovin, que se lee del tirón y que aporta alguna cosilla nueva como la estancia de Van Orton en México.
La mejor versión de Qué bello es vivir que existe, y encima sin elementos edulcorantes. Poco importa la inverosimilitud de lo que pasa, así que no le busquéis tres pies al gato, que lo importante es el mensaje: la vida sólo se vive una vez y mejor hacerlo haciéndole la vida fácil a los demás.
Creo sinceramente que este filme debería ser de visión obligada para muchos tiburones sin escrúpulos que han dejado su alma aparcada en algún cruce de caminos en pro de conseguir el mejor negocio y el mejor beneficio sin importarles en absoluto que, antes que nada, tratan con personas.
No se pueden negar la buena puesta en escena ni la buena actuación de Michael Duglas, pero el argumento es, finalmente, descabellado, uno de ésos que estropea lo que parecía una entretenida película (ver spoiler).