The Crazies
Sinopsis de la película
Una misteriosa toxina en el agua convierte a cualquiera que esté expuesto a ella en un asesino sin escrúpulos. Los residentes de un pequeño pueblo agrícola empiezan a sucumbir a un desenfreno incontrolable de violencia y la escalofriante masacre acaba en una sanguinaria anarquía. En un intento por controlar la epidemia, el ejército envía una fuerza de élite a bloquear los accesos a la ciudad, aislando a los pocos ciudadanos no infectados que quedan y dejándolos a merced de los despiadados asesinos que acechan en la oscuridad.
Detalles de la película
- Titulo Original: The Crazies
- Año: 2010
- Duración: 101
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Opinión de la crítica
Película
5.6
23 valoraciones en total
Sí, es otro remake de una peli de Romero (otro más)
Sí, es otra peli de sustos y apocalípsis.
Sí, el ejército es muy malo (de maldad)
Si, la explicación es bastante trapera.
Sí, ¿y qué?. A mí estas cosas me encantan. Me lo paso chupi.
A Romero también le debió de gustar, ya que aquí es el productor ejecutivo. Quedarse tranquilos los que sufren por la obra del magno autor.
The Crazies tiene alguna secuencia realmente buena, como la del tío del rastrillo que podemos ver en el poster (que también es muy bueno), la del cuarto del bebé y, sobre todo, la del túnel de lavado.
Si te gustan estas cosas, te gustará The Crazies, digo yo.
No hay mucho que escribir sobre esto. Es entretenida, exceptuando los momentos en que los personajes se comportan de modo absolutamente estúpido. De hecho, hay varias veces en que no sabes quién te cae mejor: si los locos infectados o la gente que intenta huir de ellos.
No es exactamente una película de zombies, los infectados se convierten en asesinos babeantes y hemorrágicos a causa de un virus creado por los militares, y sí, tienen mala pinta, no diré que no, pero no son estrictamente zombies, puesto que no la palman y luego reviven como monstruos, sino que simplemente enferman. Lo digo para que conste.
A pesar de que la peli es entretenida y tiene sus toques de tensión, cuenta con varios momentos en que la cosa no cuela, y es ahí donde te percatas de que los Crazies tienes más sentido común y son más coherentes que los no-Crazies (a los que yo llamo Idiots). También hay momentos en que, simplemente, lo que sucede es ridículo.
Para quien quiera saberlo, sangre la hay a montones, aunque en este caso no la suficiente como para olvidar que la peli, sin ser mala del todo, podría haber sido mejor.
Tras el incontestable éxito de Night of the Living Dead en 1968, el espectador consumidor de ciencia-ficción se fijó en George Andrew Romero, quien gracias a su ópera prima, enarboló el listón de dicho género en la segunda mitad del siglo XX. Él reflejó por primera vez esa sensación de nerviosismo que impregnaba al mundo contemporáneo de manos de un grupo de zombies ávidos de carne humana que bien representaban el racismo de la época, el temor a las masas o mismamente el Apocalipsis. Un lustro después, en 1973, George volvió a la carga dentro del marco del cine independiente gracias a The Crazies, otra cinta basada en un contagio epidémico pero sin llegar a la categoría de zombies.
Para qué nos vamos a engañar, el listón estaba bastante bajo, o al menos eso es lo que me ha parecido a mí. La cinta original es un antojo de Romero que no hay por dónde cogerle. Una gafapastada , como digo yo, aburrida y mal hecha desde que empieza hasta que acaba. Es por eso que este remake de primeras supere a la original e incluso me atrevería a decir que no es mala película, muy a pesar mío tras leer la siniestra trayectoria de Breck Eisner, el director. De todos modos hay que matizar que se vende como remake pero dista muchísimo de la original en abundantes aspectos, empezando por el desarrollo de la trama y la evolución de sus personajes.
Gracias a un actor de moda (Timothy Olyphant) y una actriz (Radha Mitchell) que nada como pez en el agua en este tipo de thrillers, The Crazies se nos presenta con ambición y con la premisa clara de entretener. No es una cinta de zombies al uso, de hecho no se preocupa en exceso de darles protagonismo, sino de la supervivencia de tres personas dentro de un territorio hostil lleno de infectados y sobre todo marines de los Estados Unidos dispuestos a acabar con cualquier vestigio de vida que haya en aquel pequeño pueblo de cuatro mil habitantes.
Las escenas de acción se nos presentan de un modo bastante efectivo que, sin recurrir a la sangre en cantidades industriales, son de admirar por el suspense que provoca cada una de las cuenta atrás y de la calidad de sus efectos especiales. Bajo esas pautas se rige básicamente la cinta: supervivencia a gran escala y emoción en casi todas sus escenas. Lo único que le falta a este survival horror son más personajes a los que cargarse y alguna que otra explicación de más sobre el comportamiento del virus.
Otro filme más sobre infectados muy del estilo de Carriers (2009), que supera como ya digo al original, y que es simplemente un buen ejercicio de entretenimiento, nada más. Lo único que os puedo decir es que os ahorréis el visionado del filme de Romero, apto sólo para estómagos curtidos a bases de sesiones cinéfilas de frikismo incontrolado.
En mitad de este inusitado auge de los remakes, Romero parece dispuesto a revisitar su filmografía más clásica. Ya en los 90, dirigiendo el mago de los FX Tom Savini, se lanzó una buena y salvaje revisión de su pionera película La Noche de los Muertos Vivientes. Hace no mucho, Zack Snyder rodaba guión de Romero para una libre reinterpretación del Amanecer de los Muertos. Ahora, Romero recupera su cuarta película, The Crazies, para adecuarla al fluir de los tiempos modernos y regalarnos una nueva obra de terror, más acorde a la sincronía actual, momento temporal de turbulencias y tribulaciones en cierta manera próximo al contexto histórico en que se gestó el original. Es esa proximidad histórica entre dos períodos de crisis (años 60-70, presente) la que habilita este asombroso resurgir del terror, las pandemias víricas y apocalipsis varios.
The Crazies, versión 2010, es una actualización y puesta al día del terror de Romero. Sus prístinas obsesiones, ese poder corrupto y despótico, casi omnímodo en su despliegue y praxis en contraste con los impotentes ciudadanos, la ausencia de seguridad en un mundo violento, egoísta y salvaje, la soledad extrema a que se enfrentan los protagonistas, una sociedad vacía, insustancial e incapaz de enfrentar cooperativamente los problemas hasta el punto de convertirse en su propia ejecutora y verdugo… son tan actuales como parecen indicar la proliferación de títulos apologéticos del final de los tiempos, de crisis económica y del desamparo de los ciudadanos ante gobiernos inoperantes y autócratas. En esta coyuntura de decaimiento anímico, Romero, atento como siempre, produce esta película que condensa su imaginario particular.
Si bien la obra de referencia era fácil de superar dados sus escasos y puntuales méritos, amén del irrisorio presupuesto que casi la rebajara a nivel aficionado, la versión que nos ocupa no lo hace con la solvencia esperada. Arranca bien, con premisa manida pero satisfactoria para el fan del género: un pueblo medio de EE.UU., estilo de vida usamericano, verá como sus amables y ufanos habitantes comienzan a ser menos ufanos y amables para emprenderla a tiros, hachazos, con fuego o con la misma horca de la portada de la cinta, si la ocasión lo merece, con sus aturdidos convecinos. La causa, que se nos revelará a lo largo del metraje, no es otra que la típica contaminación del agua por agentes patógenos experimentales del gobierno.
¿A alguien le suena? A partir de aquí, la tríada protagonista huye tanto de un ejército ineficaz y hostil como de sus enajenados coterráneos que les acosarán en el cercado villorrio. El empaque tópico del producto no termina de desmerecer la totalidad de la obra, con buenos momentos en su desarrollo que la salvan del naufragio aunque, eso sí, sin elevarla mucho más allá de la media.
Considero, se podía haber pedido más a uno de los puntales del terror contemporáneo así como padre putativo, entre otros, del gótico americano. Entretiene sin más.
Un tranquilo pueblo norteamericano ve alterada su pacífica vida cuando algunos de los habitantes empiezan a comportarse inexplicablemente de manera violenta. El sheriff del pueblo y su ayudante tratarán de manejar la situación y salir con vida de ella.
Probablemente no aporte nada nuevo a las clásicas historias de zombies y/o pueblos en cuarentena pero entretiene y está muy bien hecha, que ya es bastante. Por momentos, parecemos estar viendo un Resident Evil, con la Umbrella Corporation tratando de contener la plaga desatada en el pueblo.
La película fluye muy correctamente, manteniendo la tensión durante todo el metraje, e incluyendo momentos de humor sin forzar ni romper el avance de la historia. Los personajes principales están bien dibujados, aunque chirríen un poco en algún momento por querer mantener demasiado la incertidumbre para con el público sobre si estarán afectados o no por la plaga.
Un par de buenas escenas (la del lavado de coches, especialmente disfrutable) y muertes más cercanas al cine de serie b/gore que a un película comercial , salpican un film cuyo final abierto deja una sonrisa en el espectador, amén de la consabida posibilidad de continuaciones. Incluso las escenas en las que se les va un poco la cabeza se perdonan sin problema.
La correcta banda sonora viene enmarcada por dos canciones clásicas tipo años 50 que abren y cierran la película, remarcando aún más el ambiente de pueblo medio .
Una película muy disfrutable y entretenida para un género tan trillado a estas alturas como éste.