The Booth (Serie de TV)
Sinopsis de la película
Serie Online. 2 temporadas. 10 episodios. Un hombre misterioso se sienta en un reservado de un restaurante. La gente se acerca para hacerle peticiones: un padre con un hijo enfermo, una mujer que quiere ser más bonita, una monja que quiere escuchar a Dios otra vez. Este hombre puede satisfacer todos sus deseos, pero sólo a cambio de un precio: deberán renunciar a sus principios morales, a su conciencia, y ejecutar actos abominables. Pero el hombre no obliga a nadie. Su pregunta es siempre la misma: ¿hasta dónde estarías dispuesto a llegar con tal de conseguir lo que quieres? .
Detalles de la película
- Titulo Original: The Booth at the End (TV Series)
- Año: 2010
- Duración: 22
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Opinión de la crítica
7.3
72 valoraciones en total
The Booth at the end es una serie producida por Hulu y, por ello, accesible originalmente aquí en Estados Unidos solo desde la plataforma virtual. Con tantas críticas que suelen hacerse acerca de la banalización que provoca internet, merece la pena saludar series como ésta con cierta gratitud, hecho que señala hacia esa vía del pensamiento independiente que la red propaga de cuando en cuando.
El lector podrá encontrar en la reseña de otros filmaffini-nautas algunos aspectos apreciables del show y cuál es la línea argumental básica.
En esta reseña me detendré en dos aspectos positivos que creo no han sido suficientemente subrayados.
El primero de estos aspectos es la absoluta prevalencia de lo verbal sobre cualquier forma de acción. El espectador se ve invitado a escuchar a otras personas, a prestar atención a su lenguaje corporal, a leer entre líneas. Booth at the end por tanto depende exclusivamente de lo que se dice y se calla, ya que nunca somos testigos de lo que se hace (pues se halla fuera de foco). Esta propuesta no es ya solo singular, sino parece ir contracorriente. En un tiempo en que el éxito se mide por su asociación a la acción, a movimientos continuos de cámara, en tiempos donde parece que nadie tiene la paciencia para conversar, Kubasik nos propone un ejercicio de atención al lenguaje (tanto verbal como no verbal). Ese merece un aplauso.
El segundo de los aspectos meritorios reside en la variedad de enfoque fílmico. De la misma manera que soneto pone a prueba el virtuosismo del poeta, el confinamiento escénico fuerza a un continuo renovarse de planos y enfoques. Booth at the end debiera agotarse pronto en términos de cámara y sin embargo consigue salvarse una y otra vez de la repetición y la fórmula.
No queremos, sin embargo, engañar al lector con demasiadas palmas. La serie presenta defectos que saltan desde el comienzo y que crecen conforme se ingresa en la segunda temporada. Subrayaré dos aspectos que contrarrestan el entusiasmo. En primer lugar el nivel interpretativo no es consistente a lo largo del show. Se suceden actuaciones eficientes, con otras bastantes irregulares. Ello, en un show que depende en tan alto grado del poder comunicativo verbal y corporal, significa que los defectos abultan notablemente y no hay cómo disimularlos.
La segunda debilidad reside en una incoherencia entre el grado de morbosidad de los planteamientos y su edulcorada resolución habitual. De un lado, se nos habla de bombas, de matanzas, de torturas. El espectador asiste a estos diálogos sobresaltado. Cuando llega el momento de la resolución de los conflictos comprobará que los gravísimos conflictos se disuelven como un azucarillo. Hay algo en ese carácter anticlimático que suena más a torpeza que a hallazgo de estilo.
Esta última crítica nos una crítica ulterior. Booth at the end se basa en una tradición literaria muy significativa: la del deseo que se transforma en pesadilla. Títulos como The bottle imp de Stevenson o The Monkey´s Paw de W.W. Jacobs, entre muchos otros, se articulan entorno a esta idea. En 1992, Stephen King publicó la desoladora Needful things , con la que Booth at the end tiene sospechosamente tantos rasgos en común. En la novela, un desconocido abre una misteriosa tienda, donde es posible hallar los regalos que sus clienten siempre han soñado. Los objetos no tienen precio fijado. Para obtenerlos, sus clientes han de ejercer pequeños actos: todos aparentemente inocentes. Las acciones escalan en intensidad hacia un final climático. King demuestra en su novela la enorme fragilidad de nuestra sociedad: una pequeña chispa de egoísmo es suficiente para demoler sus bases.
La comparativa que traigo a colación no es azarosa. También Booth at the end parece apuntar hacia esa misma crítica. Sin embargo, ni alcanza su clímax, ni se decide a un realismo objetivista o a un retrato demoledor. Se queda en un territorio de nadie donde todo redunda en formas complacientes cercanas al happy ending que no terminan de convencer.
La primera temporada merece un 8. La segunda 6. Dejamos, pues, en un 7 esta propuesta interesante de Kubelik. Confiemos en que si hay tercera temporada no desciendan los episodios en calidad.
No es casualidad que ésta serie sea la mejor valorada de entre las denominadas series online (un 79 aquí en filmaffinity con 131 votos, un 9 en imdb con 310 votos), puesto que hablamos de una serie que nos seduce, se mueve por nuestras entrañas, y nos atrapa. Un magnífico juego psicológico, un thriller innovador y transgresor, con ideas que remueven nuestra conciencia y nos invitan a perdernos durante largo tiempo en interesantes dilemas.
Es realmente encomiable el hecho de que sea una serie filmada en un sólo escenario (un puesto al final de una cafetería), con un escaso presupuesto, cuya promoción y desarrollo se ha fundamentado en la red internauta. Una magnífica propuesta, que en mi humilde opinión se ha ganado el derecho a ser producida para su realización en la pequeña pantalla.
La serie nos plantea un trato aparentemente sencillo: las personas expresan un deseo, y éste les será concedido a cambio de una determinada tarea. A partir de aquí conocemos las reglas del juego, ahora sólo nos queda explorar los complejos y siniestros misterios que alberga la psique humana, sin duda, un soberbio y entramado guión que no dejara descontento a sus espectadores.
Un escenario, y una idea, no hace falta nada más.
Nos están(o estamos) acostumbrando a series cada vez más elaboradas, con decorados de croma y post-producciones de ensueño. Con el dinero invertido a veces superior al propio cine.Con tanto dinero que la idea de la serie acaba en el fondo del saco monetario. Una vez más The Booth at the End nos demuestra que con poco, una serie se puede convertir en una auténtica adicción.Una muestra de que no hace falta recurrir a la inversión previa para estar hablando de una calidad superior al cine, ni mucho menos.
Esta es una serie que sirve para demostrar la importancia de un guión trabajado, de unos buenos diálogos y de cómo sin necesidad de casi presupuesto se pueden hacer cosas interesantes.
En mi opinión, la primera temporada es una temporada de notable. Una temporada muy redonda, donde no se intenta justificar la existencia de el hombre y donde además el rollo sobrenatural está mitigado. En la primera temporada no está claro si el hombre simplemente es un gran farsante/embaucador, si simplemente quiere ayudar a la gente con problemas y va juntando personas con deseos complementarios o antagónicos, o si realmente es un ser sobrenatural. Y creo que eso es bueno. Para cada espectador que vea la primera temporada, el hombre será una de esas cosas, otra cosa distinta o una mezcla. Además, me parece un acierto que el foco se ponga en las personas y en lo que son capaces de hacer (o de no hacer) por conseguir sus deseos, sus sueños o simplemente sus mezquindades.
Por otra parte, creo que en la segunda temporada la serie empeora y pasa de ser algo notable a ser sólo interesante . Primero porque se vuelve repetitiva y segundo porque intentan hacer una serie más grande y les atraganta. Para hacerla grande , buscan justificar la existencia del hombre, sus motivaciones y darle un contexto. Finalmente se entra de lleno en lo sobrenatural/fantástico y con la subtrama de Doris , la serie comienza a flojear. Complicar un guión así creo que es un error. Una historia KISS (Keep It Simple, Stupid) creo es la clave para que este tipo de serie funcione. Posiblemente una única temporada un poco más larga y con unas tramas más trabajadas (sobre todo la trama original de Doris mejor aprovechada) hubiese dado un mejor resultado.
Es más, parece que no hay, ni habrá 3ª temporada. Una pena.
Es increíble ver cómo, en esta última década, ha ido pasando lo inimaginable… el buen cine a acabado emigrando a la pequeña pantalla.
Cuando en los cines no hacen más que acribillarnos con cine barato, saturado de acción o comedia absurda, con excepción de alguna película con pretensiones de ser algo que realmente no llega a ser, en la pequeña pantalla descubro maravillas como Roma , Juego de Tronos , Skins , Los soprano , Misfist , o, en este caso… The Booth at the End , una clase MAGISTRAL de cine.
Un misterioso hombre capaz de cumplir cualquier deseo a cambio de realizar una tarea. Por escenario la mesa de un café. Como desarrollo conversaciones entre tan solo 2 personajes. Una serie online que consta de 62 tomas, reducidas a 10 capítulos de 10 minutos aproximados de duración.
Dicho esto es difícil imaginar lo realmente sorprendente que puede resultar esta serie. Quizás sea el magnifico guión, que pese a poder desconcertar en un principio, va descubriendo sus lazos durante el transcurso de la serie. Quizás sea la sutilidad con la que te obliga a imaginar, viviendo el 80% de la serie en tu imaginación, como si de un libro se tratase. O quizás simplemente se trate del acertado minimalismo que impregna la serie, haciéndose notar tanto en las actuaciones, como en la duración o la ambientación de la serie. Sea como sea, es una magnifica serie totalmente recomendable para aquel que necesite algo ligero a la par que exquisito.
Sin más, una nueva muestra de que las obras televisivas, o en este caso online, pueden superar con creces la gran pantalla.