Texas
Sinopsis de la película
1866. Recién terminada la guerra civil (1861-1865), dos antiguos combatientes vagan por Texas en busca de dinero, comida o trabajo. Pero lo único que encuentran son problemas. Primero se convierten en profesionales del boxeo, luego presencian el asalto a una diligencia, consiguen arrebatar el dinero a los ladrones y horas después están frente a un grupo de hombres que quieren ahorcarlos.
Detalles de la película
- Titulo Original: Texas
- Año: 1941
- Duración: 93
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Opinión de la crítica
Película
5.9
23 valoraciones en total
Me he llevado una grata sorpresa con este ágil y divertido western que empieza siendo más comedia que otra cosa (simpatiquísimo el combate de boxeo) y que después va a ahondando más en el drama conforme va tomando cuerpo la historia, cosa que se agradece bastante.
A destacar, unos jovencisimos William Holden y Glen Ford y sobre todo un Edgar Buchanan que da vida a un peculiar dentista, precedente del mismisimo Corleone de Coppola, que borda su papel.
Texas es un western entretenido y aceptable, ambientado en los tumultuosos tiempos inmediatamente posteriores a la Guerra de Secesión norteamericana, y que cuenta con una notable veta cómica, explotada sobre todo en su parte inicial. Esta mezcla de western y comedia sigue la línea de un film del Oeste dirigido previamente por el mismo director, George Marshall, Arizona (Destry Rides Again, 1939), con James Stewart y Marlene Dietrich.
William Holden y Glenn Ford, aquí en los comienzos de sus respectivas carreras, hacen muy buena pareja, y Claire Trevor parece más mayor de lo que era. Con todo, en este largometraje el mejor personaje es sin duda el de Edgar Buchanan, interpretando a un dentista metido en negocios sucios.
Estamos en el convulso Texas al poco de concluir la guerra civil, 1860. Abunda el ganado y hay una gran demanda de carne desde el Este, pero hay que llevar las reses hasta Abilene (Kansas) para su embarque en el ferrocarril y los cuatreros acechan. Separadores de ganado se llaman eufemísticamente a sí mismos, porque no dejan de separarlo de sus legítimos dueños.
A salto de mata viven por entonces dos jovencísimos ex soldados confederados, Tom (Holden) y Dan (Ford), que no dejan de meterse en líos. La simpatía que despiertan entre los partidarios de la causa perdida les permite ir tirando. Entre sus protectores se encuentra Windy Miller, artífice del ferrocarril Kansas-Pacific, y Doc, Dr. Thorpe (Buchanan), divertido dentista del que luego hablaremos. Las acciones se suceden a un ritmo vertiginoso y nuestros protagonistas aun no han salido de un lío para meterse en otro: combate de boxeo (escena un tanto larga), asalto de los bandidos a la diligencia, robo a los mismos ladrones, persecuciones … hasta que los dos jóvenes deben separarse y marchar cada uno por su lado.
La obra da en este momento un giro brusco. Si hasta ahora ha dominado un tono más o menos de comedia, sin dejar del todo el aire desenfadado las cosas se tornan más serias. Y es que pronto vamos a ver cómo la aparente generosidad de algunos prohombres, en el fondo esconde a vulgares ladrones y sinvergüenzas. Se forman entonces dos grupos, el de los ganaderos que quieren defenderse de los cuatreros y llevar sus reses a Abilene donde obtienen buenos precios (16 dólares por cabeza), y los presuntos mecenas que paternalmente quieren comprarlo en origen a 2 dólares la res o impedir con sus separadores de ganado su traslado hasta el ferrocarril. En el primer grupo encontraremos al buenazo de Dan y en el segundo al extrovertido y astuto Tom que no duda, incluso, en levantarle a su amigo la novia (Trevor). Luego se reconciliarán en un final bastante convencional.
Cinta de acción continua con grandes cabalgadas en campo abierto, que cuenta con un buen guión y dirección, lo mismo que la ambientación que mueve auténticas manadas de reses. En el debe la superficialidad con que se tratan algunos personajes importantes cuya personalidad queda algo difusa, así como alguna sobreactuación en la parte cómica.
Notable la interpretación de Holden y Ford en los inicios de lo que serán grandes carreras artísticas, pero también destaca la del dentista (Buchanan), mucho más que un secundario. Hombre divertido con solo mirar a los ojos conoce el estado de la dentadura de sus pacientes, dispone de una consulta moderna con su sillón giratorio, espéculos para mirar el fondo de boca y un aparato eléctrico para limar la piezas careadas antes de preparar el empaste en la palma de la mano y colocarlo con sus dedos en la zona correspondiente. Apretar las mandíbulas, enjuagar con whisky, escupir al final y a cobrar un dólar por empaste. Cuando hay que retirar alguno que está mal puesto, por supuesto de la competencia, con un rascador lo elimina sin contemplaciones para colocar uno nuevo. También pone dentaduras postizas de las que tiene varios modelos de muestra. Alguna paciente se queja porque le castañetea y hace mucho ruido al masticar, la respuesta es inmediata: Señora, mastique Vd. más veces .
Además del atractivo de ver a unos jovencísimos Holden y Ford, el tono desenfadado y dinámico de la película hace que merezca la pena darle un vistazo.
Dos futuras estrellas como William Holden y Glenn Ford empezaban a abrirse camino en el mundo de Hollywood, esta vez en un western, de la mano de un viejo conocido en el oficio, George Marshall (no confundir con George Sherman).
La película empieza con un tono cómico habitual del director, que poco a poco va sembrando el drama y mostrando el verdadero lado de los personajes, todo esto sin muchas pretensiones, aunque la película cobra cierto interés a partir de la primera media hora.
El apartado interpretativo seguramente sea lo mejor, con la presencia de una vieja gloria del cine mudo que es George Bancroft, también vemos a un habitual en los westerns como fue Edgar Buchanan, luego está la guapa Claire Trevor que había adquirido bastante popularidad tras protagonizar La diligencia , y los dos ya mencionados (que volverían a trabajar juntos en El hombre de Colorado ), que sin realizar sus mejores trabajos se muestran decentes.
Una película para pasar el rato, sin más.