Tengo veinte años
Sinopsis de la película
Sergei es un joven que regresa a su barrio en Moscú tras pasar dos años en el servicio militar. Una película que habla sobre los problemas de la juventud de la Unión Soviética, su lugar en la vida y las relaciones entre generaciones. Contiene elementos propios de las nuevas olas del cine post II Guerra Mundial como el rodaje con actores no profesionales, en localizaciones no preparadas y con escenas documentales, en este caso sobre el poeta Yevgeny Yevtushenko y otros poetas rusos de Moscú de aquellos años. También contiene una escena de una fiesta con un joven Andrey Tarkovsky.
Detalles de la película
- Titulo Original: Mne dvadtsat let (Zastava Iliycha) (I Am Twenty)
- Año: 1964
- Duración: 189
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Opinión de la crítica
7.6
44 valoraciones en total
El cine soviético posterior a la Segunda Guerra Mundial es, con contadas excepciones, prácticamente desconocido en Occidente. Esto es una lástima, pues estamos hablando de un cine rico, verdaderamente bueno (aunque en la URSS, como en todas partes, también se hacían bodrios, como esas comedias de Leonid Gaidai), que nos dio una cantidad nada desdeñable de películas destacables (Cuando pasan las cigüeñas, Nueve días de un año, El Don apacible, Soy Cuba, El destino de un hombre, Liberación, adaptaciones de clásicos de la literatura rusa –Crimen y castigo de 1970 y Una pieza inacabada para piano mecánico de 1977–, e incluso de Shakespeare –Hamlet de 1964 y El rey Lear de 1971–), cintas que recomiendo encarecidamente a todo cinéfilo que se precie para tener una visión global del panorama cinematográfico de la extinta Unión Soviética.
Y ahora, respecto a la película que nos ocupa, decir que es un apasionado y apasionante retrato de la juventud soviética de los años cincuenta y sesenta, un film emotivo y lírico con un exquisito trabajo de cámara, que supuso la cima de la carrera del director Marlen Khutsiev, quien ocho años antes había realizado una buena cinta costumbrista, `Primavera en la calle Zarechnaya´.
`Tengo veinte años´ dura casi tres horas, no haciéndose aburrida ni monótona, si bien algunas escenas se alargan un poco innecesariamente, en mi opinión, y la voz en off puede resultar un pelín cargante. Se nota la influencia de la Nouvelle Vague, y la mayoría de actores que aparecen debutaron con esta película. Como curiosidad, uno de los mejores momentos del filme (* spoiler), lo coprotagoniza un joven Andrei Tarkovski, que aquí interpreta a un capullo.
Cine desconocido que no defrauda.