Tabú
Sinopsis de la película
Las protagonistas son una vieja y temperamental señora, su criada de Cabo Verde y una vecina entregada a causas sociales. Tras la muerte de la primera, las otras dos se enteran de un episodio de su pasado: una historia de amor, crimen y aventuras ambientada en África.
Detalles de la película
- Titulo Original: Tabu
- Año: 2012
- Duración: 118
Opciones de descarga disponibles
Si lo deseas puedes descargarte una copia de esta película en formato 4K y HD. Seguidamente te citamos un listado de posibilidades de descarga directa disponibles:
Opinión de la crítica
Película
7.1
51 valoraciones en total
Tabu toma inspiración en el silent film homónimo de 1931 realizado por F.W. Murnau y Robert J. Flaherty, que de la misma forma, esta rodada enteramente en B/N, con un efecto anacrónico que inyecta vigor y aviva la narrativa, además de ser fiel a la estructura del filme.
El cineasta Miguel Gomes, nos cuenta una simple historia de amor inconclusa, pero la hace sumamente atractiva por el tono poético y metafórico de su propuesta, basándose por los estados de ánimo, la atmósfera – a veces onírica – y la memoria.
Se divide el film en dos partes y cuenta de manera diferente las historias, una composición claramente interesante, que aporta una agradable ilusión de que estábamos viendo una doble función.
La primera parte Paraíso Perdido es la melancólica y cómica historia en el Portugal contemporáneo entre una mujer de mediana edad, Pilar y su vecina Aurora, y la segunda parte Paraíso contrasta la belleza de la juventud, con el calor y el sol cegador de África colonial, una poesía visual narrada por la voz en off de Ventura, un amante.
Una historia de dos mundos geográficamente lejanos pero ligados por los recuerdos de la vejez, la pasión, el arrepentimiento, el deber y decoro. Además goza de la naturalidad de sus personajes (maravillosa Aurora adulta Laura Soveral), y estos a su vez son solo símbolos que vinculan la historia e incluso llegan a contrastar con el sistema social de ambas épocas.
Una película creativa, yo la llamaría muy cinéfila, técnicamente impecable y que desprende ese olor a clásico por su composición y referencias, y no solo por su forma. Maravillosa.
La Frase:
Por más distancias que recorras, por más días que pasen, de tu corazón no conseguirás escapar .
Nota: 8.5
Al salir del cine después de haber visto Tabú, me ha resultado extraño volver a la época actual…tengo la sensación estar viviendo la época de las películas de grandes aventuras y en las que se empezaba a juguetear con el sonido. Tabú es un homenaje al CINE con mayúsculas, pero también es una aportación al mismo en toda regla, demostrando que se puede reinventar un lenguaje ya olvidado convirtiéndolo en fresco e innovador.
La película de Miguel Gomes está dividida en dos partes bien diferenciadas (igual que la película homónima de F.W. Murnau) y con un nexo que actúa de unión entre ellas: el personaje de Pilar (Teresa Madruga), una persona melancólica, con una vida sencilla sin demasiados sobresaltos, racional y con cierta timidez, que le impide tener una vida social plena.
Miguel Gomes nos presenta con Tabú la vida de Aurora, una anciana ludópata ya en sus días bajos, visto desde la perspectiva de Pilar, una fiel amiga suya.
La historia, fotografiada en un expresivo blanco y negro, se presenta dividida en tres tramos: Un prólogo, sobre un explorador, su difunta mujer y un cocodrilo, la primera parte llamada Paraíso perdido, y la segunda parte llamada Paraíso. En su conjunto la película toma como referencia la homónima película de Murnau de 1931, tanto en título como en trama central, pues aquí también se trata de un amor prohibido como se irá viendo según transcurra la trama.
El prólogo introduce de manera acertada la historia, de forma fabulesca, donde un explorador, desolado por la muerte de su esposa, acaba siendo devorado por un cocodrilo, quedando parte de su alma dentro de éste. Una pena que luego se olvide la bella sencillez y concisión de esta parte, ya que el problema principal de la película radica en todo lo contrario: un explayamiento innecesario, tedioso y pretencioso.
Para empezar, en la primera parte se confunde al espectador presentador como protagonista a Pilar, la amiga de Aurora, cuando según avanza la trama y en toda la segunda parte descubriremos que la verdadera protagonista es Aurora. A ésta se la presenta casi humorísticamente, dado a sus divagaciones y paranoias ya propias de alguien con un pie en la tumba. Ludópata, olvidada por su hija (lo único que hace por ella es contratarle una criada, Santa, para cuidarla) y obsesionada con que su criada la tiene manía, Aurora se encomienda a Pilar para que rece por ella a San Antonio y le libre de tales brujerías del demonio.
En un virtuoso plano de 360º se introduce el sueño de Aurora, devenir de lo que será la segunda parte, y de gran importancia para entender su personaje.
Paralelamente vemos las frustraciones amorosas de Pilar, y esbozadamente, los intentos de Santa por aprender a leer/escribir (dato que poco aporta a la trama, todo sea dicho).
Este humor torpemente introducido, se olvida por completo en la segunda parte, centrado en el amor pasado de Aurora y Gian Luca en el Monte Tabú, en África, contado por el mismo Gian Luca, ya anciano.
Esta segunda parte recupera el tono del prólogo, pero adquiere un nuevo lastre, la incesante voz en off de Gian Luca que no deja fluir la belleza de recuperar el cine mudo. En este tramo se opta por silenciar los diálogos, dejando sólo el sonido ambiental, lo cual dota de dramatismo la historia, pero el experimento falla al recargar el oído del espectador contando toda la historia en vez de dejar avanzar la imagen e imaginación del espectador por sí misma.
La versión portuguesa de la canción Be My Little Baby , aporta el toque musical a la película.
En resumidas cuentas, nos quedan unos personajes con los que es difícil empatizar, dado el egoísmo y poco carisma que muestran, una historia tirando a un corte melodramático nada novedoso, donde lo más destacable queda la fotografía y la estructura narrativa, que es la que realmente aporta algo de interés a la trama, presentando el futuro desesperanzador como presente y el presente ideal como recuerdo del ayer, claro que para ver lo jodido de la vida con leves adornos de amor, mejor optar por el Amour de Haneke.
Como curiosidad fílmica y/o para amantes de los circuitos independientes del cine, podría ser interesante este tercer film de Miguel Gomes.
El pobre cocodrilo debe pensar que merecía mayor atención que la pareja de tortolitos… yo también lo pienso.
Tabú nos habla de algunas cosas muy serias con un humor muy particular, pero demanda un espectador dispuesto a entrar en el juego que plantea, que es muy diferente, pese a algunas apariencias, del cine narrativo convencional. Tampoco se limita a jugar la carta de la nostalgia cinéfila, y el objeto de su homenaje lo deja claro: pues Tabú de Murnau no es un clásico para el regodeo sentimental, sino para el presente y el futuro del cine.
La película se divide en dos partes, precedidas por un prólogo distanciador y metafórico, que marca el tono del conjunto (aunque ninguna de las tres secciones se parece entre sí, ni en la forma ni en el contenido de lo narrado).
Sigo en spoiler porque me parece que la sorpresa es esencial en esta película (y temo que la espesura de lo que he conseguido redactar pudiera no ser la mejor introducción para quien no la haya visto, eso sí, que quede claro que recomiendo verla, salvo a alérgicos a lo posmoderno).
La evidente y conocida conexión con el filme homónimo de Murnau y Flaherty no es en absoluto algo arbitrario o caprichoso. Ya en su anterior filme, Gomes exploraba las conexiones formales entre el cine documental y la ficción, cosa que también se hacía en la película de 1931, dónde se filmaba en formato de documental una exótica historia romántica. Por lo tanto, la referencia está más que justificada.
Además, también me pareció detectar cierta referencia a Memorias de África . Aurora no tiene una granja al pie de las colinas Ngong pero sí una hacienda al pie del monte Tabú (aquí imaginariamente situado en África, no en la Polinesia). Gomes utiliza esta referencia para, cuando se comunican las dos partes de la película, realizar un desmentido de los mitos románticos. En el desenlace de ese tipo de películas, suele permanecer la impresión que sus heroínas vivirán atrapadas en un continuo de poesía y dolorosa nostalgia. Los primeros minutos del metraje, dónde vemos a la heroína hecha una anciana ludópata e infantiloide, abandonada por su hija y dominada por su sirvienta, se encargan de poner los pies sobre la tierra en lo referente a ese aspecto.
A banda de eso, no sé si es porque la película requiere más de un visionado, la gracia que le encontré fue escasa. De hecho me da la impresión que Gomes es como un niño de 12 años que repite las cosas que oye de los mayores sin comprenderlas de verdad. Sus dosis humorísticas me resultaron bastante bufas y, para mí, no se homogenizan con su parte más seria, que es cuando se concentra en la aventura amorosa. El acumular frases líricas en off no corrige ese hándicap y la realización ascética y minimalista de Gomes, que se apoya muchísimo en planos generales y enteros, aderezados con sonorizaciones mínimas, como si quisiera evitar implicarse a fondo con lo que narra, tampoco creo que logre que la narración cobre vigor, interés, profundidad o emoción.
Me da la impresión que ese distanciamiento de Gomes se basa en la idea de ver la ficción como una nadería, apenas como una broma infatuada, y que es eso lo que pretende transmitir con esta película. Dado que yo pienso lo contrario, que es algo que, si se hace bien, puede darle sentido a la vida, entonces encuentro muy difícil congeniar con su obra. Por mucho que, como ya he dicho, en el fondo intuya que tiene un sentido y unas ideas muy particulares.