Swallow
Sinopsis de la película
Hunter es un ama de casa que acaba de descubrir que está embarazada. Sin embargo, por alguna razón que desconoce se siente tentada a consumir objetos peligrosos para su salud, una obsesión que no pasa desapercibida ante los ojos de su marido y del resto de su familia. Pronto descubrirá el motivo que la empuja a querer herirse a sí misma…
Detalles de la película
- Titulo Original: Swallow
- Año: 2019
- Duración: 94
Opciones de descarga disponibles
Si lo deseas puedes obtener una copia de esta película en formato 4K y HD. A continuación te añadimos un listado de posibilidades de descarga activas:
Opinión de la crítica
Película
6.2
83 valoraciones en total
*El silencio de los corderos
Esta extraordinaria película comienza con un plano de la protagonista, desde atrás, mirando al horizonte desde su lujosa casa de muñecas. Ella está desenfocada y, poco después, entra en foco. La vemos entre tonos azules y rosas. El tratamiento del color es básico en Swallow. Ese momento, ese simple plano, resume gran parte de lo que habla la película.
Poco después veremos una escena en la que tres corderos se agolpan asustados en el rincón de una granja. Las manos del granjero agarran al cordero más débil, al que queda rezagado. Después veremos como lo desollan y descuartizan, como son cocinados unos bistecs y como son servidos para la cena. En la mesa, gente rica saborea la carne.
Entre esos individuos está Hunter (cazadora en inglés), nuestra protagonista. En ese momento, ella aún es un cordero, pero pronto encontrará una forma propia de expresar sus necesidades básicas como ser humano. Se convertirá en una cazadora de emociones y sentimientos reprimidos.
*La esposa (im)perfecta
Hunter es la esposa perfecta. Preciosa, elegante, ama de casa, prudente, complaciente… Una chica florero ideal para su marido, director general de una importante empresa. Pero ella no es feliz en casa. Está sola, jugando con el móvil, limpiando y cocinando, buscando ser la chica que su marido espera que sea. Pero siente que nunca es suficiente. En su vida nunca ha sido suficiente para nadie, ni para su madre, ni para sus hermanas, ni para su marido, ni para los amigos y la familia de su marido.
Swallow significa golondrina en inglés, pero también es el verbo tragar. Es por eso que empieza su afición por tragarse cosas. Un acto compulsivo que le otorga poder sobre sí misma, sobre su cuerpo y sobre sus deseos íntimos. Su primer arrebato será masticar un cubito de hielo en un restaurante de lujo ante la atónita mirada de toda su familia política. No es algo anecdótico, se produce justo después de saber que se encuentra embarazada y de ser ninguneada por su suegro.
*La culpabilización de la víctima
El sentir la sensación fría del hielo en su boca le hace querer más. Se vuelve una extraña adicción. Lo siguiente será una canica. Es su secreto. Se siente orgullosa de sí misma. Sin embargo, poco a poco, su trastorno polifágico le hará tragarse todo tipo de objetos, algunos peligrosos para su propia salud y la del bebé que espera, como pueden ser una chincheta o una pila. Para ella, cada objeto es un nuevo trofeo que conservará con esmero en el tocador de su dormitorio.
Cuando su marido se enteré de lo que hace, no lo entenderá. Nadie lo hará. La chica arrastra sus propios problemas psicológicos de un pasado trágico del que no se ha sabido desprender. Swallow nos habla de un tema tan importante como la culpabilización de la víctima como castigo social. Cuanto más le exigen que pare, más seguirá con su afición a tragarse cosas. Lo único que busca es comprensión, cariño, un abrazo sincero.
*Los estados de ánimo a través de los colores
Swallow es el maravilloso retrato psicológico de una mujer herida. Carlo Mirabella-Davis realiza una ópera prima soberbia, impactante y polémica. Es un drama absorbente y conmovedor que por momentos se tiñe de thriller y te mantiene en tensión por el sufrimiento físico y emocional que sufre la chica. Además, está rodada con una exquisitez sublime.
La fotografía de Katelin Arizmendi es de una belleza arrebatadora. Emplea colores primarios para definir los estados de ánimo. Tanto la luz como los encuadres son armónicos y elegantes. La banda sonora de Nathan Halpern le otorga el misterio hitchcockiano que requieren algunas secuencias, mientras que otras se aderezan con canciones pop de The The, Molly Drake o Alana Yorke, bien escogidas.
El director ha comentado en diversas ocasiones que para escribir su guion se inspiró en la vida de su abuela. Una mujer que en los años 50 se obsesionó con tragarse pastillas de jabón y que terminó siendo ingresada en un psiquiátrico, donde le practicaron terapia de electrochoque y una lobotomía. Ese homenaje le da cierto toque retro a la propuesta, pese a lo moderno de su tratamiento escénico.
*Un clímax tan arriesgado como emotivo
Mención aparte merece la protagonista, Haley Bennett. Aunque la actriz ya había aparecido en algunas películas importantes como La excepción de la regla (Warren Beatty, 2016) o La chica del tren (Tate Taylor, 2016), es en Swallow donde se doctora cum laude, con una interpretación maravillosa y llena de matices. Perfecta.
La película afronta una parte final arriesgada y controvertida, pero Mirabella-Davis sale majestuosamente del entuerto. El clímax es una secuencia complicadísima donde se podría haber caído en el telefilm barato o el melodrama más tontuno, pero no. El director nos regala una secuencia emotiva y tensa con la colaboración de Bennett y el actor Denis O’Hare, que es para quitarse el sombrero. Luego ya solo le queda ese sencillo plano final de reivindicación feminista que cierra el ciclo vital de Hunter.
Conclusión
Swallow es un drama psicológico con elementos de thriller que plantea una reflexión interesante sobre las expectativas de género. Escrita y dirigida por Carlo Mirabella-Davis, es una ópera prima sorprendente, audaz, impactante y conmovedora. Tampoco elude la controversia.
Escrito por Daniel Farriol
Sorprendente opera prima que transporta a un pequeño mundo de casitas de muñecas y protagonista cuyo cuerpo parece pertenecer a todos los personajes menos a ella misma.
Estéticamente conseguida, aunque en mi opinión la paleta de colores-videoclip algo trillada en estos últimos años, transmite un mensaje claro de lo que ocurre en aquella casa (la ropa de Hunter inspiración de los años 50, tonos pastel al principio, negro al final, actual en la última escena).
En cuanto al argumento, en la primera parte los acontecimientos van sucediendo de una forma incómoda y desgraciadamente familiar. Mujer objeto a la que dictan cómo se tiene que comportar, qué debe hacer sobre su cuerpo y lo que debe sentir. Encuentra una extraña vía de escape y el espectador desea encontrar una explicación lógica que intuye y al final no resulta ser. Mantiene la tensión y los primeros planos subrayan la actuación impecable de Bennett (Sigue en spoiler).
Lo mejor: Haley Bennett, sublime y muy creíble. Los momentos en los que se siente ignorada y es silenciada en los primeros minutos de la película deberían grabarse a fuego de cualquier sociedad del siglo XXI. Incómodos y muy reales.
Lo peor: Cae en algunos tópicos caricaturescos, la sumisión de ella está sobre explicada .
Drama psicológico que se nos ofrece envuelto en bonitos celofanes pero no puede ocultar su naturaleza indie. Una joven casada con el hijo de un millonario, y que parece resignada a ser una mujer objeto durante toda la película, rellena su vacío existencial tragando objetos que, progresivamente, son más peligrosos e insanos para su cuerpo.
Parecería absurdo todo, pero se que existen programas de televisión en los USA que abordan extrañas parafilias alimentarias. Lo que no ocurra en ese país… En fin, no voy a especular sobre las razones que llevan a alguien a hacerse daño a sí misma porque no soy psicólogo, pero aquí venimos a juzgar una historia, a valorar unos personajes e interpretaciones y a evaluar otros aspectos como música y puesta en escena. Lo primero se nos queda algo cojo, cuesta entablar relación entre el trauma sufrido por la madre de Hunter con el trastorno de esta, porque no se nos cuenta nada. La escena con el padre biológico, no se, ¿qué esperaba que le dijera? Me resulta algo absurda. No hay manera de enlazar ambos escenarios, el del pasado y el del presente.
Sobre los personajes, poco que añadir. La protagonista principal está sublime, y la familia ricachona se ve adecuadamente retratada como esos seres deleznables que, por tener dinero lo dan todo por sentado, y sufren de problemones como corbatas mal planchadas. De hecho, uno se pregunta como ha llegado Hunter a parar ahí. Pero nada sabemos de eso tampoco. Sabemos demasiado poco para explicarnos lo que sí conocemos. El enfermero sirio, pues un pegote que parece una forma de confrontar el vicio burgués de Hunter con la realidad cruda de los que verdaderamente sufren. Pero no deja de ser un pegote.
Nota aparte merece el diseño de producción, combinando muy bien los colores en esa casa con decoración vintage que es solo una jaula para la pobre esposa. Que está ahí por su propia voluntad, aunque llevada por su necesidad patológica de verse querida y aceptada. Se sobreentiende que ser resultado de una violación no ha hecho de su vida un camino de rosas, pero ya son muchos sobreentendidos. Hay que afinar más la historia para la próxima.
Hay una norma, no estricta, que impera en todas aquellas operas primas diseñadas/realizadas para competir en festivales especializados, como es la de intentar sacar de una situación cotidiana una idea polémica y transgresora, capaz de levantar ampollas allí por donde es proyectada. Unas con más tino que otras, ofrecen un producto perfectamente manufacturado que pone patas arriba convencionalismos y moralinas baratas. Si uno se detiene a pensar, le viene a la cabeza obras como Crudo de Julia Ducournau, donde el incipiente canibalismo era una metáfora sobre el despertar sexual de la protagonista, Grace de Paul Solet, donde se analizaba el componente vampírico de la maternidad de forma explícita o Revenge de Coralie Fargeat, donde proponía una sexualizada dicotomía moral en el típico producto de rape & revenge .
Todas ellas comparten una factura formal impecable, una buena dirección de actores y suficientes componentes perturbadores como para trascender más allá de la proyección. Pues bien, el film que nos ocupa, contiene todos estos aspectos resultando todos ellos excelentes, es decir, el director maneja con soltura el espacio, retratando a través de él el estado de ánimo que experimenta el personaje principal (excelente Bennett), empequeñeciéndolo en un entorno que lo oprime a pesar de ser extenso y abierto. Esa cárcel de lujo, como es la casa, esa aparente felicidad que trasmite la pareja perfecta, ese denso bosque que se extiende más allá de la mansión, no son sino barreras que ocultan el verdadero estado de las cosas.
Es ese estado el que llevará a la protagonista a desarrollar un trastorno al que se verá arrojada, a una obsesión compulsiva que hará tambalear el perfecto mundo (o no) en el que vive. Por eso, es la evolución psicológica del personaje principal lo que está perfectamente desarrollado y trabajado en el film, ganándole terreno al elemento transgresor.
¿Y dónde reside la polémica? Pues en esa específica perturbación alimenticia a la que hace referencia el título del film. Tratada con cierta distancia y humor negro, sobretodo en su primera parte, es ahí donde reside la entidad de la película. Pero, como suele pasar con las ideas transgresoras, éstas, en manos inexpertas, suelen derivarse, mutar y finalmente dirigirse hacia otros lugares.
Lo que inicialmente era un film rompedor, al menos en cuanto a concepto, deviene, en su último tramo, un dramático film sobre identidades, diluyendo toda la mala uva expuesta en su primer acto, haciendo cómplice al espectador de ese peculiar hábito que sufre la protagonista, a lo largo de divertidas secuencias.
Es una lástima que esas ideas primigenias, transgresoras y críticas con la sociedad en la que vivimos, que revientan estandartes y muestran todo su artificio oculto, se desarrollen de manera tramposa, para finalmente caer bajo ese manto de corrección que en un principio se critica. Y de ejemplos hay miles.
Lo mejor, Haley Bennett.
Lo peor, ¿Por qué les cuesta tanto a los directores mantener la incorrección durante todo el metraje? ¿Y para qué criticar si al final se acaba cayendo en lo mismo de siempre?
Una perspectiva muy buena de una mujer florero con un gran conflicto emocional en un entorno idílico, pero con una historia de gran frustración y sofoco. Un interesante guion de Carlo Mirabella Davis quien también se ha encargado de dirigir.
Bajo la presión de un marido muy controlador y unos suegros adinerados, Hunter intenta mantener un cierto nivel de perfección y sumisión ante ellos. Cuando descubre que está embarazada comienza a tener una crisis personal y el ambiente opresivo hace que desarrolle un raro trastorno alimentario en el que comienza a tragar pequeños objetos aleatorios, que van convirtiéndose cada vez en más peligrosos para su salud y la del bebé.
Swallow (Golondrina) es un drama psicológico en el que Haley Bennett con mucho carisma y timidez está deslumbrante y enseguida consigue que su personaje encuentra nuestro cariño, al ver a una mujer tan frágil y triste que no encuentra la forma de expresar su desesperación.
Primero es una canica, luego le seguirán pilas, chinchetas y todo tipo de objetos que encuentra por casa, algo que hace que a su marido le salten las alarmas e intentando encontrar una explicación a sus actos.
Una buena fotografía colorista y algunos efectos desconcertantes ayudan a contar esta extraña y perturbadora película.
Destino Arrakis.com