Igualita a mí
Sinopsis de la película
Fredy es un soltero empedernido que vive básicamente de noche. Es el arquetipo del playboy: no tiene un trabajo fijo y es un eterno seductor de veinteañeras. La noche en que Fredy conoce a Aylín cree que está ante un un nuevo romance pasajero. Su sorpresa no tiene límites cuando se entera de que la chica es su hija y que, además, va a ser abuelo. A partir de entonces su vida empieza a cambiar.
Detalles de la película
- Titulo Original: Igualita a mí
- Año: 2010
- Duración: 108
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Opinión de la crítica
Película
5.5
54 valoraciones en total
Hace varios años que Adrián Suar viene realizando comedias, algunas con mayor o menor suceso, digamos que es una especialista en la materia, por ende quienes concurren a ver una película de Suar ya tienen idea de lo expone, por ello pretender que vamos a ver a Bergman es una de una estupidez absoluta.
Ahora bien, teniendo en cuenta que estamos hablando de productos made in Suar, hay productos buenos y malos y en este caso es un producto más que aceptable.
Porque es un producto más que aceptable, las actuaciones son correctas, la producción es cuidada, pero fundamentalmente el guion cierra, las comedias normalmente empiezan bien y luego van decayendo y uno normalmente tiene ganas de irse pasada la mitad de la película, en este caso el guion es logrado y mantiene el nivel a lo largo del filme, lógicamente no es una película que pasara a la historia pero cumple adecuadamente su objetivo de entretener durante poco menos de 2 horas.
En síntesis es una comedia de Suar que cumple su objetivo básico de entretener, lo cual no es poca cosa en estos tiempos.
La historia de un pendeviejo , Adrian Suar hace de una especie de yuppie cuarentón, que como todo soltero, tiene muchas mañas, y le gusta muchísimo la caravana. Su vida cambiara de un día para el otro.
Una historia pequeña, la de un hombre mezquino y solitario, que la vida le da una chance para hacer un giro y abrirse a un camino más solidario y familiar.
A Suar lo amas o lo odias, en mi caso me hace reír un montón, con sus gestos.
Es una buena comedia, familiar y pochoclera .
Le subo el puntaje porque me hizo reír a carcajadas y también me identifique demasiado con el personaje.
Actuaciones: Además de Suar se destacan Claudia Fontan y Florencia Bertotti.
Recomendada para ver en pareja o con amigos.
Suar hace cine comercial. Siempre se dedico a eso. Sus filmes siempre estan entre los tres o cuatro mas vistos del año. Desde sus inicios con Poliladron en adelante (en donde hasta metia promociones de productos que iban a la par) trato de hacer productos vendibles y con una calidad aceptable. Pedirle entonces que haga peliculas que te cambien la vida, me parece un ridiculo. Y tambien me parece tonto querer renegar del cine comercial. Como de comer alguna golosina, o algun postre dulce, o alguna bebida azucarada. No hay que exagerar, pero no viene mal de vez en cuando. Eso que vemos tanto en Hollywood o tambien en algunas cintas del cine europeo. Y mas, cuando de duplas hablamos.
El guion cuenta la historia de un tipo amante de la noche, un pirata que de la noche a la mañana se entera que tiene una hija de alrededor de veinte años, y que a su vez esta embarazada. Es decir, de ser alguien libre, pasa a ser abuelo. Muy fuerte si estas por esos años.
La pelicula entonces, con la impronta de la factoria de Suar, nos muestra una comedia entretenida, fundamentada por sobre todas las cosas, en la quimica Suar-Bertotti, que sin Laurel y Hardy o Abbot y Costello, funciona bastante bien. Ambos se manejan acertadamente en este tipo de lides. Y entonces, la golosina, tiene buen gusto, mas que nada por la labor de ellos, y por un elenco que acompaña de forma aceptable.
La cinta no te va a conmover como esas que aparecen una o dos por año. Y como dije, si esperabas algo asi, es porque no tenes idea del cine argentino. Busca entretener y lo hace. Busca hacerte pasar un buen rato, y lo hace. Y con eso aprueba tranquila. Y entra dentro de las que se meten en el haber (o sea positivas) dentro del cine de este realizador.
Dudo, y mucho, que Suar sea un gran actor. Hasta me atrevería a afirmar que tiene tantos registros como una canción de dos acordes. Pero es listo, y sabe vender. Sabe lo que la gente reclama en silencio, no se detiene en hacer papeles comprometidos , para ello está el INCAA y su fábrica personalizada de stars. Por eso mismo, a la hora de lanzarse con sus papeles de ocasión él intuye, con claro acierto, que sus entregas llenarán la taquilla. Hay Suar, y argumentos para sus histrionismos repetidos, por tiempo indefinido.
Igualita a mí es una obra llevadera sobre un jóven de cuarenta años, valga la paradoja, que de pronto se ve padre, abuelo, adulto y con el tiempo contado para recuperar el tiempo perdido. Pero el personaje de Adrián dista de ser simpático, te podés caer de la risa con sus arrebatos verborrágicos siempre sospechosamente correctos políticamente, pero si te distancias un poco…es un garca , un chanta, un argentino con todas las de la ley que se encarga de sabotear gente con el pretexto de ser un pendejo irresponsable e inconciente.
El humor de la peli puede trascender las fronteras del país porque se sustenta sobre situaciones que atañen al ser humano por entero. Como así también el mensaje moraloide, rayano en lo boludo, que se deja ver sobre el tramo final…en realidad de pronto se me ocurrió ver a Adam Sandler tomando un micrófono y redimiéndose de sus errores, o cualquier peli norteamericana con esos finales que ya no se los traga nadie, pero que por alguna razón nos tranquilizan, y salimos del cine como si no hubiéramos entrado.
Puedo seguir dilapidándola, y en algún punto me arrepiento de no elogiar sus ocurrentes enredos, sus chistes resultones, su costumbrismo altamente funcional. Pero también siento que el producto esperado, vendible y sanamente conservador no termina por beneficiarme del todo.
A Adrian Suar sí, eso es innegable.
Mezcla de yuppie y charlatán simpáticamente irresponsable, Freddy (Adrián Suar) pasa una parte considerable de su tiempo ocupándose de seducir jovencitas a quienes dobla en edad. Oculta sus canas con los oficios de una peluquera genialmente interpretada por Claudia Fontán, con la que comparte confesiones de su vida sentimental, utilizando un lenguaje más propio de la informática que del corazón. También trabaja en negocios inmobiliarios poco claros pero que le permiten mantener su departamento de rigurosa soltería y desayunar con champán.
Pero sus noches de seducción y sus días de trabajo non sanctos serán alterados cuando aparece en su vida una muchacha que le revela la posibilidad de ser el fruto de una relación fugaz del pasado. Floricienta Bertotti aporta para el personaje de la hija desconocida toda la espontaneidad de una jovencita atolondrada, de carácter tan angelical como firme en sus convicciones. Las averiguaciones y consecuencias de esta inesperada paternidad enfrentarán al adolescente tardío con la conciencia del tiempo y la negación a envejecer.
El realizador Diego Kaplan, formado en el cine independiente y posteriormente absorbido por la televisión y la publicidad, consigue de entrada mantener un buen ritmo y una puesta en escena que elude facilismos, haciendo que las fórmulas y efectos de la comedia funcionen, con un elenco protagónico y secundario que acierta en el tono (la escena cuando ella conoce a los posibles abuelos que ignoran su existencia es de antología).
Sin pretensiones, más bien orgullosamente convencional, la película aspira a contar una historia sencilla e identificable con un gran sector del público: un relato de afectos familiares en tiempos donde la fragmentación familiar es moneda corriente.
El film es puro entretenimiento, simpático, gracioso, accesible y sostenido con recursos legítimos. Desde lo técnico, asombra una notable calidad de imagen y sonido. De esta forma, Igualita a mí logra un equilibrio ideal entre cine comercial y masivo con genuina calidad.