Descubriendo el amor
Sinopsis de la película
Jay (Scott Speedman), un joven rebelde considerado desde siempre la oveja negra de su millonaria familia, se encuentra con Daisy (Evan Rachel Wood), una joven de espíritu libre, enferma psiquiátrica, que ha vivido siempre aislada del mundo y de la sociedad. Él decide llevarla a la boda de su hermano para probar a su familia que se ha reformado, y entre ambos surge algo especial.
Detalles de la película
- Titulo Original: Barefoot
- Año: 2014
- Duración: 90
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Opinión de la crítica
Película
5
25 valoraciones en total
Me habréis pillado en un momento azucarado, porque a mí esta película no me parece tan mala.
Es un poco boba, como la protagonista Daisy. Aunque, claro, ¿qué le pasa a Daisy? Si fuésemos psiquiatras diríamos que está esquizofrénica y le pondríamos pastillas de toda clase, pero nosotros somos más listos que los doctores que llevan años de experiencia y nos damos cuenta enseguida, con solo aparecer en pantalla, que esta hermosa criatura ha estado alejada de la sociedad y, por lo tanto, no ha tenido un desarrollo social adecuado. Vamos, que no es pa’ tanto. Pero eso somos los espectadores y el guapete de Scott Speedman, que decide utilizarla, así tal cual, como falsa novia delante de sus padres, a quienes a su vez quiere utilizar también para sacarles dinero. Dicho así, este hombre no queda muy bien.
Con todo, el muchacho es majo. También es tonto, de hecho es más tonto que Daisy porque a lo de Daisy se le encuentra explicación pero a lo de Jay no. Que tu familia tenga dinero y sin embargo seas un tirado de la vida lleno de deudas da que pensar. Buscan una justificación a este despropósito pero no cuela en absoluto. Me encantaría ver qué pasa al final y de qué forma encauza su vida, porque algo tendrá que hacer, ¿no? ¿O va a seguir apostando y yendo a bares de striptease?
Una comedia romántica que no resulta desagradable aunque sí peca de inverosímil en el planteamiento y punto de partida. Regular.
Dos actores guapos para una película independiente de amor. Una chica loca o que lo parece y un tipo que quiere huir de una familia rica, pero que lo agobia y que quiere que sea como ellos son. Son éstos los dos personajes principales de un comedieta blanca y de título en inglés muy interesante para un servidor (él que es raro es raro). El guión es blandito, los personajes pocos trabajados y aunque me cae bien Treat Williams desde que hizo de idiota loco en Cosas que hacer en Denver cuando estás muerto (1995) entiendo que es un actor muy limitado. La vi porque me encanta el cine y no hago ascos a casi nada, pero aunque la cinta se ve con agrado y tiene pocas aspiraciones, es muy regular. Además de poco creíble:
– Scott Speedman no es feo para estar sin una tía que quiera estar con él. ¿De verdad ninguna chica del club de streapteses quería salir con él?
– ¿Qué persona (que no sea un gentuza ) querría relacionarse con un/a asesino/a?
Por cosas como esas queda poco verosímil, pero es entretenida y amena. Te la recomiendo, pero no esperes mucho de ella.
Desde el minuto uno sabes lo que va a suceder, puedes imaginar cómo van a discurrir los hechos -ellos son perfectos el uno para el otro, faltaría más!- pero no te importa, te da igual, sabes que es una comedia romántica donde el chico problemático, rebelde encantador -y siempre guapo- se enamora de la chica soñadora y siempre tímida -a la que conoce accidentalmente- y juntos, encuentran la felicidad -final bonito y feliz-. Es lo que buscas y deseas encontrar, y la película, sin duda, te lo da. Te ofrece una historia de amor ligera, fresca y amena, nada empalagosa, sin exceso de romanticismo baboso, con tenues momentos de humor y diversión y con un entretenido desarrollo que seduce tímidamente pero lo suficiente para encantar tu alma y poner una sonrisa en tu esperanzado rostro, compensa un mal día y levanta cualquier mal humor. travesía rápida y sencilla, agradable y sin sobresaltos cuyo único vehículo lleva el lema el amor lo puede todo , puede que en exceso apacible -un poco más de tránsito y circulación alocada le hubiera dado más juego- pero con resultados óptimos y satisfactorios. Sin nada importante que destacar respecto dirección, interpretación, música, fotografía…, simplemente disfruta de este sabroso encuentro, la impotencia de la frustración nunca dejada y la fragilidad de quien no ha experimentado nada, y de su cómoda conducción, suavidad y ternura para una pareja que funciona, pequeña chispa bien utilizada, que emociona y encanta al espectador, eso si, siempre que seas del grupo de los románticos, está claro!, pues no pidas una hamburguesa si eres vegetariano!!! La película va dirigida a un público concreto, a los cuales va a encantar, el resto, es otra historia. Otro gallo cantará para ellos porque éste tiene una voz suave y delicada, tono melódico y ritmo romántico para soñadores de esencia imaginativa y corazón latente, apasionados buscadores de la sublime hermosura del eterno amor hecha palabra, 90 minutos para viajar sin peligro y disfrutar con la inocencia de un niño, con el bienestar del que busca compensar su no completa felicidad, deja al adulto experimentado y, en ocasiones, un poco amargado -conocedor de mucho pero satisfecho de poco-, fuera, en stand by, ya lo recogerás luego pues no irá a ninguna parte sin ti!!!
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Tenemos a una chica con problemas mentales, ingresada en un psiquiátrico y a un joven, hijo de un millonario, estafador de poca monta, con problemas ante la ley. Hasta aquí, una puede pensar que puede ver una historia interesante ante este punto de partida. Nada más lejos de la realidad, la historia naufraga tanto, por inverosímil y hasta por ingenua. El director quiere hacernos creer que esa historia de amor, puede hacerse verdad en la vida real, pero lo narra tan fatalmente, con escenas tan ridículas, que llega a un punto que da pereza seguir viéndola.
Solo la gran actuación de Evan Rachel Wood hace que te quedes hasta el final, ni el guapo Scott Speedman hace la pareja idónea para ella, la diferencia en el nivel actoral se nota mucho.
Otra historia romántica que pretende ser original, con personajes totalmente distintos que nunca logra atrapar al espectador, no transmite la esencia de la peli, que es la posibilidad de que alguien se pueda enamorar de una persona con problemas mentales.
Una oportunidad perdida de haber hecho una historia de amor diferente, que lamentablemente defrauda bastante.
Quién vea mi forma de puntuar y en muchos casos criticar películas románticas que a veces van de ligeros pasatiempos comprobará que en general suelo ser benevolentes con ellas ya que por lo general -no siempre, claro está- suelo sentirme a gusto echándole un vistazo a este tipo de cine en particular. No puedo decir lo mismo de este bodrio infumable, carente de cordura donde lo más inquietante es la capacidad de asombrar al espectador al tratar al mismo como un imbécil.
En primer lugar voy a destacar el tono mágico de ciertos momentos (que no tiene porqué ser un aspecto positivo si la magia se va al traste), la fotografía bastante moderna e interesante y unas actuaciones muy superiores (de aprobado justillo) a la calidad ínfima que arrastra el film.
Vayamos al grano: no puede existir tal confusión entre anormalidad en la conducta de un personaje y trastorno mental. Son dos cosas distintas y ya para empezar se ve que el director no tiene los conceptos muy bien trabajados. Primeramente porque el personaje principal encaja más como humorista sin gracia que como enferma mental. Hace continuas payasadas y se enamora de un personaje con el cuál no tiene química, y al que le salvan los padres de los cuáles no tenemos demasiada información durante buena parte del tiempo, aunque finalmente salen para salvar la papeleta en busca especialmente de agradar al público. Final previsible, el que todos damos por antemano. Sin embargo y gracias, porque es tan malo el film que es un sinsentido mayúsculo, más si cabe por la forma en que el médico en fin, cambia de postura.
Por otro lado, los diálogos algunos inducen al espectador a tirarse de los pelos
– He matado a mi madre, dice la protagonista
Él contesta algo así como bueno…. vale… lo acepto.
Una película sin pies ni cabeza, con carencias a la hora de abordar la sipque de los personajes, y unas pretensiones alarmantes de llegar al espectador con un tono agradable y trastornado, nunca mejor dicho Y eso es lo peor. Me pregunto ¿se leyeron los guionistas el guión antes de salir esta birria a la luz o se creen que el espectador es idiota?. En fin, duda existencial que me ha mantenido en vilo durante unos minutos.