La Lola nos lleva al huerto
Sinopsis de la película
Lola es una joven que está embarazada pero no sabe quién es el padre. Le dice a Ataúlfo que el hijo es suyo pero también se lo dice a Paco, amigo de Ataúlfo. Esto provoca que los dos se enemisten. Pero, como en el fondo ambos la quieren, vuelven y deciden cuidarla a la espera de que nazca el niño. Como ninguno de los dos quiere casarse y se inventan excusas, Lola les abandona y entra en una secta religiosa donde un sinvergüenza le ha prometido reconocer al niño. Esto hace reaccionar a los dos amigos que se infiltran en la secta para rescatar a la chica.
Detalles de la película
- Titulo Original: La Lola nos lleva al huerto aka
- Año: 1984
- Duración: 90
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Opinión de la crítica
3.8
90 valoraciones en total
Esta película recibe una puntuación de 2 si y sólo si debido a la estelar actuación del siempre galardonado intérprete: Antono Ozores. Con su cuchi cuchi cuchi consigue cautivar la sensibilidad del espectador que arrebatan la actuación de dos maltratadores hijos de perrier como lo son el señor andrés pajares y fernando esteserler.
Última de las películas del dúo Pajares-Esteso, y se quedó en un pírrico final. La fórmula funcionó mejor con ellos por separado, en donde estaba claro que era un despipote todo. Aquí vemos a los dos humoristas siendo engañados por una joven que se ha quedado embarazada. Está claro desde el principio que ambos han sido engañados, y que al menos uno de ellos no es el padre de la criatura.
Las escenas de Emilio Fornet son las mejores de la película que es bastante prescindible en el resto de la misma.
La Lola nos lleva al huerto es una nueva comedia protagonizada por la pareja formada por Fernando Esteso y Andrés Pajares, dos intérpretes que en aquella década dejaron un excelente rendimiento en taquilla. Siempre dirigidos en este género por Mariano Ozores, La Lola nos lleva al huerto comparte muchos de los defectos de otras comedias de este tándem, si bien, carece de las virtudes humorísticas que si tienen otras películas que, si bien no son de artes y ensayo, no dejan de tener su gracia y escenas bastante memorables y dignas de carcajada (por ejemplo, Los bingueros o Yo hice a Roque III ).
Con algún momento salvable y propiciado por algún divertido personaje secundario como es el caso del siempre fiable Antonio Ozores, el metraje es una sucesión de gags que incluye alguna escena con los dos protagonistas infiltrados en una extraña secta que recuerda poderosamente al cómic mortadeliano apócrifo de La secta del zumbado .
Susana Blázquez encarna a la hermosa amante de estos dos hombres que gozan de las danzas regionales y huyen con pavor ante la posibilidad de tener que hacerse cargo de la criatura.
No en vano, se trató del epílogo de esta fecunda asociación.
Hubiera merecido mejor broche.
Cuando uno se entera que va a ser padre lo primero que siente son sudores fríos y un pinchazo que le recorre la espalda, aunque inmediatamente después se tranquiliza y es invadido por una gran alegría…¿pero cómo no dejar de sentir los sudores y el pinchazo si te enteras de que tu hijo puede ser de otro?
En 1.979 el veterano Mariano Ozores tuvo la suerte de unirse a dos estrellas del momento como Andrés Pajares y Fernando Esteso para firmar uno de esos pequeños clásicos del humor (habrá quienes sigan negándolo, pero mejor no escucharles…), con el cual arrasaron en la taquilla española y se acabaría convirtiendo en la película más lucrativa del año, de nombre Los Bingueros , y fue la primera de una serie de obras que le darían el éxito definitivo a su director popularizando además el destape , derivado del landismo y cuya cúspide fueron los 80.
Mucho, pero mucho, había llovido desde aquella primera colaboración entre los tres genios. La década siguió y Ozores rodaría con ambos o con los dos por separado, pero siempre, y pese a la irregularidad de los títulos, recibiendo buenas respuestas por parte del público. Su último proyecto conjunto, Agítese antes de Usarla , en efecto las recibió, pero al cineasta le pareció que ya era hora de ir suvizando el tono humorístico de su cine, de probar algo diferente y menos disparatado acorde a los nuevos gustos de los espectadores. Su última película rodada aquel 1.983 sería, también, la última donde el triunvirato se encontraba en pantalla…
De ahí nace la idea de La Lola nos lleva al Huerto , que ya desde el principio nos presenta una farsa en toda regla, dos son los protagonistas, Ataulfo y Paco, muy diferentes entre sí: mientras el primero es un hombre devoto, ordenado y serio el segundo es jovial, pasota e informal. El film se hace ciertamente extraño cuando una chica de físico idéntico y mismo nombre, Lola (o Dolores), aunque gustos distintos, anuncia a los dos individuos que va a ser madre, todo podría hacernos pensar que se trata de dos gemelas que quizás no se conozcan (las hipótesis dan para mucho…), pero Ozores prefiere retorcer el argumento a su gusto.
No hay dos hermanas, claro, se trata de la misma, una joven que se ha creado una doble identidad y mantiene relaciones al mismo tiempo con Ataulfo y Paco, a todas luces una terrible femme fatale aunque sin la elegancia de la figura clásica del noir . Pero como bien demuestra el cineasta nada es lo que parece en esta comedia de enredo de retazos melodramáticos, los posibles padres, compañeros del mismo club regional (cuya canción que bailan incluye como aviso la historia de una chica que puede quedar preñada…) se han aprovechado de la chica con mentiras increíbles para evitar el matrimonio.
El embarazo es la puntilla que le faltaba a este confuso triángulo amoroso. Si en anteriores obras de Ozores la mujer ha sido objeto de sumisión y resignación por la actitud del marido y para su beneficio o sufridora de tragedias por su hipocresía y despreciables artimañas (cosa que aquí criticará con dureza), ahora éste da un vuelco a la situación haciendo de la mujer instigadora de tensiones y conflictos y devolviendo todos los males a aquellos dos tipejos que la usaron y engañaron, una joven de precioso y angelical rostro cuya inocencia sólo forma parte de su juego de identidades.
Es decir, que según este extraño guión no somos capaces de averiguar quién de los tres es más sinvergüenza. Descubierto el pastel (que todo hay que decirlo, se descubre demasiado pronto) es entonces cuando la incoherencia campa a sus anchas por el argumento, sobre todo teniendo en cuenta que éste alberga (o, por lo menos, debiera hacerlo) más drama que comedia, pero donde ni un género ni otro parece encontrar un punto de equilibrio. A la ridícula cacería en la que se embarcan los protagonistas para rescatar a la muchacha de una secta de chiflados vendrán los problemas de los dos cuando se vuelvan a cruzar más tarde para seguir ayudándola con el embarazo.
Y lo cierto es que, más que humor, este tercer acto y todos los acontecimientos que se van sucediendo en él, termina provocando una sensación de vergüenza ajena y patetismo a unos niveles imposibles de describir (y ello lo corroboran secuencias como la de la clase de parto asistido o cuando descubrimos que tanto Ataulfo como Paco se han buscado otras novias y las dejan tiradas en cuanto tienen noticias de Lola, o cuando deciden continuar con su estúpida farsa buscando un padre y una esposa falsos). Por estas y otras cosas es imposible que simpaticemos con los protagonistas (ni con ellos ni con ella, ¿eh?).
Pajares de hombre pío y serio (que no hay quien se lo crea) y Esteso de pasota tozudo intentan dar vida a unos personajes agradables de primeras, pero cuanto más tiempo pasamos con ellos más desagradables y repelentes nos parecen, en unas apariciones bastante breves Antonio Ozores y Juanito Navarro derrochan más carisma que los anteriores y logran meterse al espectador en el bolsillo. Antonio Gamero en un papel ridículo, Emilio Fornet impagable como siempre y Rafael Hernández y Pilar Bardem completan el reparto donde destaca la preciosa debutante Susana Bequer (Blázquez en el film), quien no hizo nada importante después.
Como muchos han afirmado, éste no fue el broche de oro mágico que se esperó para una genial enealogía iniciada hacía ya casi cinco años con algunos de los títulos más divertidos que dio el cine patrio en la década. Ozores no eligió bien los cauces de su historia ni el tono adecuado para contarla…
El destino querría que en la última escena de la última película conjunta de Pajares y Esteso apareciesen en los pasillos de un hospital rechazando seguir a una provocativa joven que pasaba frente a ellos, contraviniendo así los propios principios sobre los que se habían apoyado sus obras. No sólo es el final de una colaboración, sino del mismo cine del destape …