Sus ojos se cerraron
Sinopsis de la película
Buenos Aires, años 30. Juanita, una joven y bella española admiradora de Carlos Gardel conoce a un oscuro cantante de tangos que se le parece considerablemente. Seducida por el artista, abandona a su novio e intenta convertir al joven en un doble de su ídolo.
Detalles de la película
- Titulo Original: Sus ojos se cerraron y el mundo sigue andando aka
- Año: 1997
- Duración: 95
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Opinión de la crítica
Película
6.7
26 valoraciones en total
La película presenta a un Carlitos muy distinto del que conocemos en las fotografías y en los testimonios de quienes lo conocieron: en la película nunca sonríe ni es jocoso ni es cercano a la gente. Y, luego, aparecen todas las canciones que le hicieron famoso entre 1934 y 1935 cantadas en 1933 (salvo Tomo y obligo y Recuerdo malevo , por ejemplo, la escena del concierto de la alta sociedad de Renzo, en el que Rubias de New York era apenas un esbozo musical en los borradores de Le Pera y Gardel aún no le había compuesto la música. En cambio, podrían haber optado por el fox-trot Melenita de oro , eso sí, muy desconocido), Y, también, los detalles de dirigirse a sus cercanos (Carlitos raramente llamaría a su antiguo compañero Razzano por su apellido, sino Pepe, y eso sin saber aún si verdaderamente se distanciaron tras su separación artística). Lo que me hace creer que el guionista o director o quien sea responsable ha realizado esta película sin conocer al verdadero personaje, al verdadero Carlos y eso nos duele a los gardelianos, sobre todo si le colocan en su voz a su protagonista: Si no se siente el tango, no se canta . Pues, lo mismo, si no se siente el mito, mejor no interpretarlo.
Y eso que Grandinetti lo hace bastante bien, sobre todo a medida que avanza la película, mejor que Aitana, pero no están sobresalientes… Y me atrevo a afirmar, porque no sienten sus personajes. A ratos interesante, a ratos decepcionante, con un cierre muy por encima del resto de la película, creo que esta película habría podido dar más de sí, no sólo en lo interpretativo, sino en la fotografía (sin interés), en la tensión (sólo al final la hay con acierto) y en lo realista (había que haberse documentado respecto a los temas de Gardel y sus detalles).
Su buen cierre y Grandinetti hacen que valga la pena la película.
La primera vez que vi esta película, hace más de una década, movido por la admiración que me suscitaban sus dos intérpretes principales (Aitana por razones -físicas y artísticas- obvias, Darío por El lado oscuro del corazón ), salí del cine profundamente conmovido, y convencido de que no había quien le quitara ese año el Goya a mejor actor a Grandinetti. Ni siquiera fue nominado, lo que, en su día, me pareció una injusticia mayúscula.
Vista diez años después, mi valoración de la película ha variado bastante, pero no así la de las soberbias interpretaciones del elenco protagonista, sobresaliendo especialmente el magnífico trabajo del citado actor argentino: la emoción que desborda en la escena final, trémulo ante el reconocimiento de su admiradora, es, sencillamente, sobrecogedora.
La película, sin embargo, adolece de un desarrollo demasiado lento, pese a sus innegables virtudes -no sólo en el terreno interpretativo: contamos, por ejemplo, con un gran guión-, lo que hace que el resultado final, siendo interesante, no alcance la brillantez deseada.
La película de Chávarri es un melodrama con canciones, en este caso, tangos y algún foxtrot perteneciente a la época que recrea, los años treinta en un Buenos Aires en el que Carlos Gardel era un mito. Un film que apuesta por el romanticismo melodramático, con un excelente diseño de producción gracias a la coproducción entre España y Argentina, avalada por las dos entregas anteriores del propio Jaime Chávarri con Las cosas de querer y su segunda parte que obtuvieron gran éxito en la tierra porteña. El film se presenta al espectador como una especie de recorrido sentimental a través del paisaje sonoro del tango, como generador de una pasión enfermiza.
La anécdota argumental en torno a la que se articula el desfile de canciones de Gardel, es la excusa para contar una historia de amor, la de un pobre hombre, Renzo Franchi (Darío Grandinetti), al que su parecido, físico y vocal, con el cantante argentino le sirve para conquistar a Juanita (Aitana Sánchez-Gijón), española emigrada y novia de su mejor amigo, Gustavo (Juan Echanove), también emigrante, y que junto al anterior, mas Anibal (Ulises Dumont), un hombre entrañable y tierno, forman un grupo itinerante que tocan en tascas y tabernuchas de mala muerte.
Juanita tratará de cumplir sus sueños mitómanos a través de Renzo, proyectando sobre él sus fantasías y anhelos, siempre relacionados con el auténtico Gardel. Para ello le obliga a cantar como él, embarcándose todos en una patética gira. Como muy bien decía el propio cineasta, lo más importante del film es Juanita, su relación con la realidad y los sueños, el corazón de la historia está en jugar a fabular alrededor de la idea, o fantasía de que Gardel podía tener un doble que se pudiera confundir con él. En mi opinión, el film esboza un interesante estudio sobre la paranoia de una mujer que sólo es feliz con un hombre sobre el que proyecta la imagen de otro.
La película de Chávarri cumple perfectamente sin defraudar, aunque quizá daba más juego ese argumento que incluye una pirueta rocambolesca que suscita interesantes reflexiones, sobre la impostura, el arte de la imitación, la mitomanía, los sueños imposibles y las esperanzas frustradas. Un film donde brillan con luz propia los actores que transmiten una naturalidad muy aceptable, sobre todos se impone un secundario, un magistral Ulises Dumont por su sencillez y humanidad.
Excelente y maravillosa película que ha pasado desapercibida entre nuestra cinematografía, lo cual me parece una tremenda injusticia. La historia, el guion con sus muy interesantes giros y las interpretaciones son magníficas. Pero tiene algo que la distingue y la hace realmente única, su secuencia final. Un buen broche de oro es algo de lo que adolece la gran mayoría de historias, y eso hace que muchas buenas películas no rematen la jugada y se queden en eso, una buena peli, en cambio ésta por ese grandísimo final, se convierte en única y digna de ser vuelta a ver una y otra vez. Emocionante, conmovedor, puro cine. Casi sin palabras, podemos escuchar lo que piensan los protagonistas solo con sus miradas, sus ojos acuosos y sus nudos en la garganta, todo ello aderezado por un precioso tango. Y lo que están pensando no es cualquier cosa, sino algo… ENORME. En cuanto a finales de pelis… para mí es el número uno, sin duda ninguna. Gracias, Jaime por esta obra maestra.
No había visto este film y me dispuse a verlo por TV guiado por la puntuación obtenida en las críticas, y tengo que decir que merece verse, especialmente por las interpretaciones principales, donde brilla, una vez más Aitana Sánchez- Gijón, tanto como actriz como por su belleza. El actor argentino Darío Grandinetti demuestra grandes dotes interpretativas, pero con relación a este último, veo uno de los principales defectos del film, y que es la deficiente realización de los Play Backs de las canciones del malogrado cantante de tangos Carlos Gardel. Aún así la película transcurre con interés, siendo la parte mejor el final de la historia.
Rodada con sonido directo, lo cual la dignifica, y con una aceptable fotografía y ambientación de la época, puede figurar entre las películas españolas merecedoras del calificativo de buen cine.