Surge
Sinopsis de la película
El callado y tímido Joseph (Ben Whishaw) vive de forma modesta en Londres, alternando entre su solitario apartamento y el aeropuerto en el que trabaja como miembro de seguridad. Su cumpleaños pasa sin que ninguno de sus compañeros lo sepa, y tan solo se celebra en casa de sus irritables padres. Algo parece estar cambiando bajo la pacífica apariencia de Joseph. Tras una serie de extraños incidentes, decide dejar atrás sus buenos modales para protagonizar una increíble y frenética aventura por las calles de la ciudad.
Detalles de la película
- Titulo Original: Surge
- Año: 2020
- Duración: 101
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Opinión de la crítica
Película
6.1
85 valoraciones en total
Pais
Directores
Actores
- Abdul Hakim Joy
- Andrew G. Ogleby
- Ben Whishaw
- Bradley Taylor
- Clare Joseph
- Ellie Haddington
- Haqi Ali
- Henny Hardy
- Ian Gelder
- Jack Pierce
- Jasmine Jobson
- Jim Quirke
- Laraine Dix
- Laurence Spellman
- Matt Weyland
- Modupe Adeyeye
- Muna Otaru
- Nathan Clough
- Paul Blackwell
- Ranjit Singh Shubh
- Ray Calleja
- Ryan McKen
- Yohanna Ephrem
- Zakiyyah Deen
La quise ver en la edición pasada del festival Atlántida, tren que pasó debido a sus extrañas condiciones de visionado y desde entonces esperé a que volviera a estar disponible porque algo prometía este título que me atraía. Ahora no sabría decir de qué se trata, dado que me he esforzado en saber lo mínimo del argumento.
Supongo que debe ser cosa de Ben Whishaw, un actor con la mirada de hielo fino, gélida y quebradiza, muy capaz de expresar de forma sutil y transparente emociones poco evidentes. Después de ver Surge , creo que posiblemente estemos frente a su mayor reto, pues se trata de escenificar el día más vertiginoso y oscuro de un hombre que se esfuerza por tenerlo todo bajo control, contenerse y guardar las apariencias, sin embargo la soledad continuada, un pasado que denota infelicidad, la erosión continuada provocada por una rutina de sutil tensión, y otras pequeñas miserias ocasionan que, al verse acumuladas desde hace tiempo, baste una chispa para que estalle el polvorín.
Joseph recorre en un estado febril un Londres tan cosmopolita como deshumanizado. Es una cinta para observar con detenimiento y casi palpar esos estados mentales que rondan las ciudades, dónde cada cual parece saturado a su propia forma y no pocas veces te preguntas, ¿cuándo voy a explotar? Joseph explota como una bomba, dominado por una fase maníaca prueba acciones disparatadas, tiene éxito y, arrastrado por el torbellino del delirio, a lo largo de ese día, prueba a repetir esa disparatada fórmula de gratificación.
Ben Whishaw, por su parte, sostiene esa narración con una actuación portentosa y arriesgada, representando los tics y modulando la expresión de ese estado maníaco a plena luz del día y en plena calle, rodeado de unos viandantes que seguramente ignoran que ahí se está rodando una ficción. Un salto sin red necesario para alcanzar cierta verdad a través de la representación, pues ésa es la misma situación en al que se encuentran las personas aquejadas de trastornos similares. Surge tiene entonces algo de happening, es un notorio reto que Whishaw acepta y lo lleva con plena transparencia, humanizando con honestidad ciertos estados de alteración mental.
Estamos frente a una de esas películas que creo que casi nadie podrá predecir lo que viene en los siguientes diez minutos, pues los giros y bandazos son continuos, se adaptan al estado mental tumultuoso de Joseph y aún así al final resultan verosímiles dados los indicios ofrecidos previamente. En absoluto se trata de una obra frívola, muy al contrario, a su forma representa la existencia de un personaje sumergido en un trastorno y que remarca la imperiosa necesidad del cuidado de la salud mental. Toda esta situación, que afecta a muchas personas, ¿tendrá arreglo algún día? ¿Es evitable? ¿Qué sería necesario reformular? ¿estamos adecuadamente avisados para detectar este tipo de problemas? Me parece que son algunas de las preguntas que plantea el director. Lo único que quizá se echa en falta es un arranque un poco más vigoroso, pues sin duda le cuesta arrancar. Eso sí, cuando arranca, abróchense los cinturones: se aproximan curvas peligrosas.
Llevo todo el mes de agosto esperando que llegaran las 22h del día 27 para ver esta película, sin hacerme ilusiones y por supuesto teniendo clarísimo que me iba a decepcionar… y efectivamente así ha sido, pero explico por qué:
El planteamiento es perfecto: un tipo callado, solitario y raruno con cierto ramalazo violento reprimido un día se desmelena y empieza a liarla parda y a enfrentarse a su cotidianidad: gente pesada e incidentes en el control del aeropuerto, rencillas con los compañeros de curro, padres mayores y cargantes, vecinos ruidosos que te amargan la existencia, y vicisitudes varias en el curso de los días… algo perfectamente realista en el mundo actual.
Ahora bien, el problema estriba, para mi gusto, en el guion, y en la manera en que se plantea el periplo criminal del protagonista desde que rompe su parsimonia y se convierte en un auténtico desequilibrado… Ben Whishaw es un puto monstruo, un actor descomunal, y aquí está desatado… su capacidad para hacer de loco, de pirado pero bonachón, víctima de las circunstancias y del mundo que le rodea, es insólita… además tiene toda la película para él, y la devora… es un tipo absolutamente hipnótico… sin embargo hay situaciones en la película que me resultan algo forzadas, injustificadas y poco verosímiles, la forma en que están elegidas algunas liadas de Joseph no me acaba de convencer… y aparte, creo que se pasa demasiado rápido al despelote, y yo hubiera preferido saber algo más del protagonista, de sus cuitas personales, quiero ver algo más de aguante antes de explotar, conocer más a Joseph e identificarme más con él.
En resumen, creo que la película daba para muchísimo más, y que haber trabajado un poco más el guion y haber elegido mejor las situaciones y encuentros de Joseph habrían aprovechado muchísimo mejor las posibilidades que ofrecía esta historia, con un personaje tan apasionante y que daba tanto juego como el protagonista… pero vamos, todos estos apuntes son totalmente subjetivos, de acuerdo con lo que yo esperaba de esta película conociendo el argumento, que es muy jugoso… si no se compara con lo que podría haber sido y se ve sin tener ni idea de qué va, la película está genial y merece muchísimo la pena verla, aunque sólo sea para deleitarse con esta mala bestia llamada Ben Whishaw, que tras esta película se consagra ya como uno de mis actores favoritos, al que espero que le lluevan trabajos a partir de ahora.
Me parece que globalmente esta película no se ha entendido. La misma sinopsis de Filmaffinity está equivocada.
Este filme no es ni más ni menos que la descripción de un caso clínico.
No se trata de un personaje que llega al límite de una vida rutinaria y que empieza a sentirse libre. Partiendo de esta premisa es normal que decepcione, ya que no va sobre esto.
El director opta por no ser exhaustivo, lo cual en este caso me parece un acierto. Él señala lo que ocurre, sin dar demasiadas pistas, las justas y necesarias (pero sí las hay, y muy importantes). Joseph trabaja en un aeropuerto y la película comienza cuando su comportamiento empieza a ser extraño. Se nota que está al límite , muy tenso, por algo que desconocemos. Al día siguiente, todo se desbarata, pero no es porque él lo decida .
Quien conozca un poco el tema, sabrá que lo que le ocurre a Joseph es que es un enfermo de trastorno bipolar. Y que está a punto de vivir un brote maníaco, quién sabe por qué: porque ha dejado de tomar la medicación o porque esta ha dejado de ser efectiva y no ha habido un seguimiento por parte de su psiquiatra (puede ser cualquiera de los dos motivos). Los brotes maníacos hacen que la persona que los sufre se sienta eufórica, capaz de cualquier cosa, rebosante de energía, encadenan ideas y pensamientos sin fin, están acelerados, tienen un comportamiento errático y se convierten en un riesgo, principalmente para sí mismos.
El actor que encarna al personaje hace una interpretación excelente, quizá la mejor que yo haya visto en el cine de este tipo de enfermedad mental. Viendo cómo actúa, sus tics, sus gestos, su forma de moverse, sus decisiones, es evidente que lo que ocurre es simplemente que no está en sus cabales.
Poco antes del brote, en el aeropuerto, se encuentra con una persona extraña que parece reconocerlo. Aquí tenéis la pista más importante de la película.
Una gran película sobre una persona torturada en pleno brote maníaco.
El cine está cobrando interés por las enfermedades mentales, enfocadas con pretensión de realismo, puestas en relación con la sociedad moderna, con los males que atenazan nuestro siglo –soledad, incomunicación, falta de empatía…–.
En Surge nos enseñan la rutina de un trabajador del aeropuerto, pronto observamos que algo no encaja, percibimos que la persona se halla constantemente en tensión, nos alarma el que alguien extraño afirme conocerlo, detectamos el ambiente enrarecido que preside la relación con sus padres.
Parte de la película consiste en largos planos secuencia que siguen a un portentoso Ben Whishaw por las calles de Londres, entrando en establecimientos, gesticulando de manera nerviosa, montando en el transporte público, llamando la atención. Al caos urbano se incorpora un personaje caótico, en pleno ataque de euforia.
Algo se quiebra dentro de él, una energía oscura se libera y le empuja hacia delante, hacia una caída sin frenos. Esta obra de Aneil Karia nos incomoda e hipnotiza, como la radiografía de una descomposición.
Más allá de adentrarnos en su estado mental. Es un film contemplativo rodeado de silencios y funciona igualmente con sus estallidos caóticos. Desde el primer momento ya nos va poniendo en antecedentes de que algo no va bien, interiorizando toda su ira intentando ocultarla hasta que todo se desata. Las relaciones personales que mantiene, con su familia y en el trabajo son deficientes e inestables, idéntico a su personalidad. Con una interpretación magistral llena de sutileza corporal con un encanto insidioso te atrapa de manera magnética. Un viaje caótico a ninguna parte al subconsciente más arrollador.