Sumas y restas
Sinopsis de la película
Medellín, Colombia, en pleno apogeo de los cárteles de la droga. Santiago, ingeniero de clase media, casado y de buena familia, tiene serios problemas financieros. A través de un amigo de la infancia conocerá a Gerardo, dueño de un taller mecánico y traqueto (traficante de cocaína). Fascinado por el ambiente de fiestas decadentes, droga y mujeres fáciles, Santiago se verá atrapado en una vorágine de lucro rápido, narcotraficantes y sicarios. Poco a poco, su situación familiar y profesional se irá deteriorando, hasta verse esclavo de una espiral de violencia sin salida.
Detalles de la película
- Titulo Original: Sumas y restas
- Año: 2004
- Duración: 105
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Opinión de la crítica
6.2
42 valoraciones en total
Víctor Gaviria vuelve a mostrarnos un paisaje marcado por el narcotráfico y la corrupción en el que se desenvuelve muy bien, aunque en esta ocasión lo novedoso es que apunta a un sector más alto de la sociedad de Medellín.
Como siempre, se trata de un film dotado de un gran realismo costumbrista y con unas interpretaciones muy remarcables, aunque a nivel de guión esta vez le falta chispa y resulta un tanto plano. A veces da la impresión de que la película tiene fases algo vacías en donde se limita a repetir o profundizar en escenas anteriores sin mucha convicción.
También empieza a echarse de menos un cambio de registro algo más radical. Gaviria lo que hace lo hace muy bien, pero se encierra demasiado en una temática concreta y eso puede acabar afectando a la frescura de sus propuestas, cosa que empieza a quedar patente en esta película.
En resumen, se trata de una obra muy competente e interesante, pero a algunos nos gustaría ver un cambio de temática en futuros trabajos que se centrase en otros aspectos de la realidad colombiana.
Cinta realista, retrato cercano y reconocible de una sociedad que no termina aún de reponerse de los efectos macrosociales de la época de oro del narcontráfico (década de 1980)…
Seguramente pudo ser una cinta mejor presentada, de mejor factura, sin embargo cumple con un nivel de calidad técnica óptimo y unas actuaciones bastante verosímiles. Cualquiera que sea colombiano y, más: que sea medellinense ve reconocer una y otra vez los referentes típicos de la sociedad urbana de los ochentas que esta cinta muestra. En este sentido, Gaviria logra mostrar con gran rigor un esbozo sociológico de la relación entre clases sociales en torno a las prácticas de venta y comercialización de la droga. Pocos asuntos quedan fuera de contexto y cada detalle es reconocible [Desde las actitudes sociales mostradas, pasando por el conservadurismo de la sociedad medellinense, el papel de las creencias, tradiciones… todo ello es un fiel retrato para nada desdeñable]… El talento de Gaviria queda de nuevo expuesto y haría pensar que su madurez cinematográfica le hará llegar a una obra cumbre que marcará un hito en el cine colombiano… Esta no es su mejor película hasta el momento, pero va por muy buen camino.
PD. En las anteriores críticas aparecía una sorpresa ante tanto !hijo puta¡ dicho en esta película, bueno aclaro que en realidad lo que se dice es ¡hijueputa! , un poco diferente… Y no es una exageración, así se habla aún hoy en Medellín sobre todo en los sectores populares y en ambientes de informalidad, tal cual… De ahí que se comprende la dificultad de que los españoles entiendan esta forma de usar el español así como el resto de expresiones que la película de Gaviria recrea. Un dato: estudios sociolingüísticos en Medellín han identificado una suerte de dialecto que se gestó en la ciudad durante la década de los 80, paralelo al auge del narcotráfico y que permeó a grandes sectores de la sociedad, se le llama Parlache y es un dialecto bastante bien retratado en esta cinta… Es justo ahí donde los extranjeros de habla española se sienten perdidos.
Estaba yo en mi casa tranquilamente haciendo un poco de zaping con los tres o cuatro canales que no me dan mal rollo de los 2000 que hay ahora, cuando caí en el principio del pase que Versión Española estaba ofreciendo de esta película. Y la verdad es que no tenía pensado quedarme hasta las tantas viendo una peli, que hay que levantarse a las 7, pero es que no podía ni moverme del sillón. Qué miedo. Miedo morboso, la verdad, y curiosidad, porque estaba presenciando los entresijos del horror. De un horror más, de la extensa lista de horrores asociados a la genética enrevesada del bicharraco que hoy día domina el planeta.
Enseguida puedes ganar mucho dinero. El poder. Matar a una persona como el que mata una cucaracha. Hoy me das un beso, mañana me enseñas el cañón de tu metralleta. Bonitos objetos, las mujeres. Hay mucho estrés. Ser rico y estar podrido. No hay ley y sí muchas armas. Es dificil proteger a la familia. Ser un pez fuera del agua. Lo más despiadado se pasea por tu barrio.
Cuando se sabe hacer cine, con pocos medios y actores desconocidos, se puede hacer una película como esta, tan intensa y verosimil, que uno a veces cree estar viendo un documental. A pesar del final, un poco abrupto y sobrevenido, me quedé con la sensación de haber visto una película buena y contundente.
Total, que me fui a la cama con mucho alivio de no tener que ser un narcotraficante.
Considero la película muy bien lograda, de lo mejor que se ha realizado en el cine colombiano, el antes desconocido actor Fabio Restrepo (Gerardo) realiza un trabajo formidable ganando varios premios tanto en Colombia como en el exterior, ahora es un reconocido actor de cine y televisión. Considero que sobran escenas y faltan otras. Echo de menos una mejor ambientación de los años ochenta, de no ser por los automóviles (y no todos son de aquellos años) podría pasar por una época actual.
En una crítica anterior se reta a contar el número de veces que en ésta película dicen hijueputa , pues es dicho 225 veces.
Quienes vivimos en Medellin y soportamos las oleadas del narcotráfico, fuimos testigos de toda la ola violenta, vemos retratadas secuencias cotidianas de los mafiosos, aquí llamados traquetos con esas burlas a la sociedad por disponer de grandes cantidades de dinero, de lo cual solo ahora está saliendo Colombia de la noche oscura en que nos colocaron Pablo Escobar, el Mexicano, los funcionarios corruptos que ampararon los bandidos y mafiosos. Excelente la obra de Victor Gaviria, extraordinario el trabajo de Juan Uribe, Alonso Arias y Maria Isabel Gaviria, donde el maestro Gaviria, volvio a plasmar otro clásico en medio de la violencia, que quedará para la historia.