Sueños rotos
Sinopsis de la película
Para celebrar el fin de sus estudios secundarios, Alice (Claire Danes) y Darlene, su mejor amiga, (Kate Beckinsale), deciden hacer un exótico viaje. A sus padres les han dicho que se van a Hawaii, pero, en realidad, se van a Bangkok. Bajo el mágico y dorado sol de Tailandia, las dos amigas se divierten a lo grande. Pero tan idílica situación se complica cuando conocen a Nick (Daniel Lapaine), un guapo y seductor chico australiano del que se encaprichan las dos. Cuando Nick le pide a Darlene que pase la noche con él, la extrovertida Alice se siente celosa y resentida contra su amiga.
Detalles de la película
- Titulo Original: Brokedown Palace
- Año: 1999
- Duración: 100
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Opinión de la crítica
6
52 valoraciones en total
La película logra acaparar nuestra atención sin aburrir. Al principio parece una peli de adolescentes más, pero luego es evidente que surge un conflicto más grave que la aleja del montón. Tiene cierto aire a dramón de sobremesa. Pero tiene una excelente banda sonora y unas actrices estupendas, Kate Beckinsale y sobretodo Claire Danes.
El final logra emocionar, y si no fuera porque es costumbre de mostrar a los americanos como unos santos inocentes y a los tailendeses como viles villanos le pondría un 7. Pero este es un pero bastante grande. Rompe la intensidad de algunas escenas, y aunque te identifiques con las dos protagonistas y su desesperación, es un poco irritante el punto de vista que toman de otros países que no son el suyo. De todas formas, entretiene y el final emociona.
Sueños rotos sería una película muy aceptable si no tuviera precedentes como El expreso de medianoche o El laberinto rojo y similares. Protagonizada por dos jóvenes actrices de lo mejor del panorama actual (Claire Danes y Kate Beckinsale), es una cinta bastante realista sobre hechos que han ocurrido verídicamente a turistas en países extranjeros, convirtiendo sus vacaciones en un auténtico infierno por culpa.
La película se quedaría, vistas sus predecesoras, como meramente interesante. Sin embargo, sube puntos gracias a su desenlace y por mostrar la dureza y corrupción en las prisiones tailandesas. Además, se agradece que vaya muy directa a lo que más importa en el argumento.
Nota: 6,6
Alice (Claire Danes) y su mejor amiga, Darlene (Kate Beckinsale), se han montado un viajecito a Bangkok, Tailandia para celebrar la terminación de sus estudios. Lo que empieza como un viaje divertido y exótico, en el que esperan, cómo no, ligar un poco, se transforma en una pesadilla.
Resultado: Alice y Darlene van a dar a la cárcel, dos jovencitas de buena familia quienes padecerán de las inclemencias del dolor y la agonía en las prisiones orientales.
A la manera de Midnight Express (1978), basada en el caso real de un norteamericano que fue erróneamente apresado en Turquía por tráfico de drogas y Red Corner (1997), en donde Richard Gere es acusado en China de asesinar a una mujer.
La película tuvo un presupuesto $25 millones y genero por venta de taquillas la cantidad de $10,1 millones en Estados Unidos solamente.
Que un par de pijas blanquitas se dejen engañar por un tipo al que hace escasas horas conocen y que huele a Kilómetros, pues me lo creo… porque ya se sabe, tanta pijería esconde mucha tontería.
En cambio que, tras ser encarceladas, sus papis adinerados no las hayan rescatado en escasas horas, resulta más indigerible, aunque pueda pasar.
Que, tras ello, una de las dos pijitas firme una confesión escrita en tailandés sin entender ni papa, también pasa, y si la firma en tiempo récord, el descojone es todavía mayor.
Pero que, encima las encarcelen en una prisión con tanta pinta de tal como un retiro para la tercera edad y, una vez dentro, empiecen a hablar sobre libertad y memeces semejanes como si estuviesen escribiendo un best-seller o filosofando… no me lo trago ni harto vino.
Y si, para colmo, las presas con que interactuan, tienen la misma cara de pijas y son igual de guapitas, pues es para mandarles a freir berzas.
Quizá hubiese merecido la pena verla hasta el final, por lo buenas que estaban todas ellas, pero observar como tras cada momento sonaba musiquita sentimentaloide sin venir a cuento o como el director metía estúpidas bazas en el guión (lo del padre culpando a la amiga es descomunal..), además de resultar irritante, me parece de puro vómito.
Sueños rotos dicen… no te cuento lo que les rompía yo…
Jo, tía, qué fuerte. El otro día vi una peli chulísima en casa de Cuca. Iba de dos amigas que se van de viaje de fin de curso a Tailandia y… ¿Qué? No, no sé dónde está. Creo que es una isla que está en Asia. Bueno, el caso es que conocen a un chico que las invita a un viaje, pero luego resulta que las engaña y les mete droga en las mochilas. Luego las pillan en el aeropuerto y las meten en la cárcel. Estuvo súper bien, te lo juro.
La anterior es una más que probable conversación telefónica entre dos de las niñatas pijas de madurez intelectual media-baja a las que va dirigida la película. Porque sólo ellas serán capaces de dejarse enganchar por una larga presentación en la que las dos repelentes amigas no hacen más que ir de compras y colarse en piscinas entre grititos y carcajadas tontorronas. Porque sólo ellas encontrarán adecuado el empleo de canciones de Nelly Furtado y Sarah Brightman en una película carcelaria. Porque sólo ellas pueden creerse que dos personas en su situación estén más preocupadas de si la una traicionó a la otra que de salir de allí. Porque sólo ellas encontrarán estimulante que se omitan maltratos físicos y psicológicos en favor de las irracionalmente temidas cucarachas. ¡Por Dios, pero si la amenaza más peligrosa a la que tienen que enfrentarse es a las cabezas de pescado que una presidiaria mala –y guapísima– les mete en las esterillas! La única paliza que se muestra viene motivada por un comportamiento irrespetuoso con las normas establecidas en la prisión, y en cuanto a lo del bicho en el oído, sólo os diré que algo muy parecido le pasó a un conocido mío estando en plena urbanización pija de Madrid.
Para mi gusto, sólo se salvan una muy buena interpretación de Claire Danes y la parte final, aunque tampoco es que se acerque a los mejores giros inesperados del cine que atesoro en mi memoria.
Puede que sea yo, que no sé ver qué tiene esta película que la haga mejor que el Expreso de medianoche . O también puede ser que críticos como A. M. Torres decidan escribir comparaciones idiotas que no se creen ni ellos cuando tienen el día malo y se levantan con ganas de tocarme las pelotas.