Strawberries in the Supermarket
Sinopsis de la película
Jagoda (Fresa, en español) es una joven cajera de un recién inaugurado supermercado que sueña con encontrar a su príncipe azul. Harta de trabajar, despide con malas palabras a una clienta anciana que ha entrado después del cierre. Al día siguiente, un joven vestido de guerrillero asalta el supermercado.
Detalles de la película
- Titulo Original: Jagoda u supermarketu (Strawberries in the Supermarket)
- Año: 2003
- Duración: 83
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Opinión de la crítica
Película
6.2
43 valoraciones en total
Emir Kusturica nos presenta (y poco más, que todo el mérito, para lo bueno y para lo malo es del director. No vamos a ser tan cabrones como lo fue Tim Burton en Pesadillas antes de Navidad ) está alocada propuesta llena de cierta mala hostia por parte del director. El principio es sin duda prometedor, con ese supermercado donde siempre hay que sonreír, aunque te cobren siempre de más, donde se estafa a los consumidores, que son conscientes de ello y cuya única respuesta es nuevamente volver a sonreír. Un poco de luz capitalista y esperanza consumista en la oscura y fría Serbia salida de la pesadilla comunista-nacionalista.
El problema viene porque el guionista se queda sin ideas después de media hora y no sabe como aguantar la situación que plantea, el secuestro del supermercado por parte de un ex combatiente, y la tensión en el exterior entre los seguidores de la vieja Serbia (entrar a saco y matar a todo Dios) o los que prefieren encontrar métodos más pacíficos. Y todo se desinfla lentamente hasta su final, con el personaje de ella totalmente incoherente en busca del amor del primero que pasa.
Pero así es la República Independiente de tu Supermercado.
Donde el 1X2 está a la orden del día. Y más te vale dar las gracias por ello.
Donde todo lleva barras y estrellas.
Donde todo es nuevo y brilla con el esplendor del primer día.
Donde podrás encontrar cualquier tipo de producto para tu felicidad.
Donde al final hay una chica guapa y que sonríe con la que poder comenzar una nueva vida con los productos comprados.
Y todo por el módico precio de tu alma.
¡Smile!
P.D: Descuento especial para los fanáticos salvapatrias y francotiradores viejunos (Palabra cedida por Muchachada Nui. Validadores, ojito). Presentar ticket del partido comunista en caja. Se les dará a cambio un perrito piloto.
Es una cuestión casi irrealizable juzgar con objetividad la historia reciente de Serbia, principalmente porque nunca se tiene en cuenta la versión puertas adentro y de una manero u otra siempre nos llega la interpretación occidental de los hechos. Antes de ser Yugoslavia ya existía Serbia, durante los conflictos de finales de siglo seguía existiendo y tras las últimas modificaciones de las fronteras sigue existiendo. ¿Y Dusan Milic?, ¿y su Strawberries in the Supermarket ?, es de una morbosidad maravillosa que tras haber sido pateados en el culo por occidente alguien decida hacer una comedia de humor negrísimo con el olorcito presente de una intervención militar que para ellos, que son quienes lo viven, tiene como consecuencia la aparición concreta de un supermercado repleto de banderitas yankees.
Ya lo dice, y probablemente lo clava, el secuestrador: ¡¡que jodan a la democracia!!! (o algo parecido), algo con lo que también está de acuerdo irónicamente el militar que está al mando de las fuerzas que le rodean. Otra cosa será valorar la historia de amor (forzada, ya ves, qué más dará) entre secuestrador y cajera, yo lo que creo es que en una situación tan inverosímil eso es lo de menos. Me parece que tienen una cena maravillosa, ajustada a la dieta de ella, con o sin fresas de postre.
En la calle, oímos la huella de Kusturica en forma de charanga, mientras ese secuestrador resbala y tropieza con todos los productos que va tirando al suelo. Él protesta por una injusticia concreta, por su abuela, pero los que entendemos de perdedores sabemos que es una queja por algo más profundo. Muchos años, demasiados, tirados a la basura para que ahora se tenga que aguantar semejante invasión del capitalismo y los ideales de occidente.
No es un drama, pero podría serlo. Yo la verdad es que me he descojonado con unos personajes tan bien caricaturizados.
Si algo es digno de agradecer en el cine balcánico es que todo ha dejado de ser sacro. Esto sólo lo puede conseguir una guerra fratricida que ha permitido a amplios sectores de la población desengañarse respecto a lo sacro, precisamente. Toda realidad social, política y económica es humor potencial. El cine balcánico ha superado barreras insalvables para la mayor parte del mundo y su riqueza y variedad es indudable, así que lo calidad de sus maestros, tanto directores como actores. Esta película es una muestra de todo ello. Si bien tiene sus defectos. No obstante es osada en el tratamiento del tema. Mucho.
La pregunta que el terrorista se hace a sí mismo se la hacen muchos hoy en día en los Balcanes: ¿Para qué luchamos? , ¿por qué entregué mi juventud? . La guerra ha ido desengañando a muchos, cada vez a más. Un sinsabor tras otro, las pérdidas incalculabes a nivel psíquico y físico… Casi resulta más trágico el hecho de que se haya hecho de algo así una comedia, es casi macabro. Muchos optan por soluciones radicales. Los problemas de los Balcanes no están arreglados, las contradicciones siguen siendo muy grandes, a muchos serbios les cuesta cargar con el papel de verdugos día a día (porque es obvio que se han convertido en cabeza de turco de muchos problemas que sin los intereses de Europa podrían haberse evitado). Y claro, una gran parte de la sociedad serbia se solidariza con éstos desheradados que ahora son rechazados por la línea oficial seguida por el gobierno (la única posible según Occidente). Los Estados Unidos nos pegan una patada en el culo, se ríen en nuestra cara y aún encima vienen a hacer sus necesidades a nuestra casa . Así es, el único futuro es el que marca Occidente. Estas preguntas ya se las hicieron los pensadores rusos del siglo XIX: ¿eslavofilismo o occidentalismo? Los problemas serán duraderos, al menos hasta que la base material empiece a cubrir el desazón superestructural que domina Serbia en todos los aspectos. Las tensiones se ven claramente en la discusión entre el jefe de las brigadas especiales y el inspector. Aún queda Historia para rato, para mayor desgracia de los pobres serbios. Lo único que espero es que todo acabe bien, tal como lo hace la película.
Yo estoy con esos veteranos de guerra que lucharon para nada, porque al fin y al cabo la patria es un burdo invento para movilizarnos en base al interés de unos pocos. Son víctimas, tanto como aquellos a los que mataron. Víctimas del engaño.
¿Y qué decir de Branca Katic? Yo querría ver esa dulce sonrisa al volver cada día del trabajo…