Species II (Especie mortal II)
Sinopsis de la película
Cuando el astronauta Patrick Ross regresa del primer viaje tripulado a Marte, una misión de la que sus tripulantes volvieron a la Tierra convertidos en héroes, descubre que allí fue infectado con el ADN de una especie alienígena.
Detalles de la película
- Titulo Original: Species II aka
- Año: 1998
- Duración: 93
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Opinión de la crítica
Película
3.3
28 valoraciones en total
Species fue una película concebida para obtener éxito comercial entre el público juvenil, poniéndolos cachondos con la explosiva Natasha Henstridge, quien sólo se vestía de vez en cuando por exigencias del guión. La película debió de recaudar, como mínimo, lo esperado, ya que tres años después se estrenó la segunda parte, con argumento similar: un extraterrestre quiere dominar a la raza humana a base de sexo duro. La diferencia es que ahora el alien es un hombre, lo que ayuda a que en la película, en lugar de ver un bellezón desnudo, veamos varios.
Así podremos disfrutar con los esculturales cuerpos de Sarah Wynter (24, El sexto día), Raquel Gardner (típica modelo que aparece en capítulos sueltos de series televisivas como Renegado o Acapulco Bay), Tracy Metro (Head Games), Melanie Pearson (Íntimo y personal)… Y, cómo no, el impactante desnudo de turno de Natasha Henstridge, que si bien reduce muchísimo este tipo de escenas, no defrauda en absoluto.
Pero como esto no es una película porno (o eso dicen) había que insertar algún que otro elemento para darle forma. Así que a los ya veteranos Michael Madsen y Marg Helgenberger de la primera parte, se unen actores de cierta importancia como James Cromwell (Space Cowboys, La milla verde) y George Dzundza (Instinto básico, Marea roja), a quienes el guión les depara, simplemente, un par de frases propias de tipos duros y poco más.
Entre los cuerpazos de ellas y los secundarios de renombre, casi me olvido del protagonista, lo que no es de extrañar ya que se trata del patético Justin Lazard (Soldado Universal: el retorno), uno de esos mal llamados actores que tienen mucho más de atletas que de intérpretes. Y no debo de ser el único que lo piensa, ya que desde el año 2000 con Verdad brutal, no se le ha vuelto a ver ni en cine ni en televisión (afortunadamente).
En un principio se había intentado que el guión fuese más completo, con un viaje inicial a Marte y una pequeña subtrama en clave de carrera política, pero todo resultó baldío ya que, al final, el libreto sólo ofrecía sexo, con el hándicap de la reducción de secuencias eróticas protagonizadas por la exhuberante Natasha Henstridge.
Sobre la puesta en escena mejor no hablar (lo de Marte es, como poco, patético) y en cuanto a efectos especiales, la mezcla de maquetas y ordenador no termina de funcionar.
No contentos con este despropósito dirigido por Peter Medak (director de la fascinante Al final de la escalera) la serie Species todavía dio para dos secuelas más. Por fortuna salieron directamente a video club.
Curiosidad televisiva final: Cuatro de los actores de esta cinta aparecen en la mejor serie de televisión de todos los tiempos, 24. Sarah Wynter (novia de Jack Bauer entre la segunda y tercera temporadas), James Cromwell (padre del gran Jack), Mykelti Williamson (director de la UAT de Nueva York en la octava y última temporada) y Michael Madsen (como colaborador de Jack también en la temporada ocho).
Parece mentira que Peter Medak, director de esa obra maestra del cine de terror que es Al final de la escalera , haya dirigido esta intragable bazofia. De pena. Por valer no vale ni para distraer un domingo por la tarde a la hora de la siesta (la primera parte por lo menos lo hacía). Completamente deleznable.
Tres años después de la taquillera Species llegó la oportuna secuela. Repite reparto casi al completo: Michael Madsen, Marg Helgenberger y Natasha Henstridge (solo falta Forest Whitaker). No así equipo artístico y técnico: el televisivo Peter Medak, recordado por Al Final de la Escalera, sustituye al más interesante Roger Donaldson, Matthew F. Leonetti hace lo mismo en la dirección de foto con Andrzej Bartkowiak, y Ed Shearmur se encarga de la banda sonora en lugar de Christopher Young.
Dicen que segundas parte nunca fueron buenas, peor aún si la película a la que continúa tampoco resultaba ser la panacea de un género que no vivía sus mejores momentos.
Tres cosmonautas se encuentran en una misión que les lleva a pisar Marte. Allí, uno de ellos (Justine Lazard), hijo de un senador (James Cromwell), es poseído por un extraterrestre que tiene intención de venir a la Tierra a copular con el mayor número de féminas y procrear para tener un ejército de invasores que agoten nuestros recursos naturales. Los héroes de la primera entrega (la pareja Madsen & Helgenberger) lo impedirán con ayuda de una medio humana/medio alien que responde al nombre de Eva (Henstridge), recluida en una base militar.
Sorprende los pocos recursos económicos de los que hace gala Species 2. Teniendo en cuenta que la primera parte recaudó la excelente cifra de 113 millones de dólares en todo el mundo, esta segunda merecía un esfuerzo monetario superior por parte del estudio productor, Metro-Goldwyn-Mayer, aunque por otro lado era una época en la que la compañía del logo del león se encontraba al borde de la bancarrota.
Tal vez esa carencia de medios son las que hacen que Species 2 cambie el tono serio y hi-tech de la primera parte por uno que la acerca a una serie B desvergonzada y difícil de tomar en serio. Empezando por un guión imposible del desconocido Chris Brancato, repleto de situaciones esperpénticas y poco atinadas más centradas en convertir la saga Species en un espectáculo gore pseudoerótico con multitud de desnudos femeninos, que en una película de terror/ciencia ficción al estilo Alien como el film precedente.
En el mismo camino de desacierto se encuentra la dirección de un Peter Medak en su última incursión en pantalla grande, afectado por el citado guión y los escasos medios, también porque a decir verdad como director de cine deja bastante que desear: basta con mirar escenas como la del escape de Eva, el clímax, o la persecución para corroborarlo. Es cierto que los actores no le ayudan, desde una Henstridge que solo es un cuerpo, una Helgenberger algo perdida, o un Michael Madsen que no se toma en serio el largometraje (en la persecución no se molesta ni en fingir que corre, se pasa el metraje soltando chascarrillos…). Ni siquiera aportan mucho las incorporaciones de dos habituales secundarios como James Cromwell (en una ínfima subtrama que no lleva a ninguna parte) y un mal caracterizado George Dzundza.
Para finalizar, los aspectos positivos, pocos: los efectos especiales, artesanales, mejoran los de la primera parte, con más animatronics y menos CGI, cumplen pese a quedar lejos de estar bien. No lo suficiente para salvar una Species 2 que solo se puede disfrutar si no es tomada muy en serio.
Y a mí que sí que me convenció…
La película de Peter Medak tiene un ritmo mucho mejor que la primera parte. Si bien en ningún momento se llega a alcanzar las buenas sensaciones de los primeros cuarenta minutos de la película original, Species II mantiene toda la película un buen nivel. Aburre un poco ver a Natasha Henstridge todo el rato encerrada en una jaula que rompe con una facilidad pasmosa, y no acabo de entender el papel de Michael Madsen en toda la saga en general, pero a mí me entretuvo bastante.
Esta vez, un parásito alienígena acude en busca de la nueva Eve con el objetivo de procrear y dar a luz a la nueva especie para que básicamente la líe parda. Para ello, el parásito se introduce en el cuerpo de un correcto Justin Lazard y le hace querer meter la colita en todos los agujeros que pueda… Bueno, realmente no hubiera sido necesario tanto para que un varón quiera meter su colita en todas partes.
Así que en esta mezcla de porno con ciencia ficción que acaba siendo una especie de culebrón de familia numerosa de media tarde uno no puede encontrar grandes cosas. Sin embargo, me divirtió, y en ocasiones hasta más que la original. Su duración también ayudó, y es que a la anterior le sobraban fácilmente veinte minutos.
La verdad es que dudo que guste a los amantes del género, pero a mí me resultó una experiencia bastante más positiva que negativa. Eso sí, no me atrevo con sus continuaciones.
Si después de los primeros cinco minutos a alguien le queda una neurona viva puede que la disfrute.
Argumento:
Vienes de hacer un viaje a Marte y no puedes fornicar en diez días porque estás en cuarentena. (¡!)
AVISO A LAS MADRES DE TODO EL MUNDO:
Si sus hijos quieren astronautas, ¡qué no vean esta película!
Que si los discursos, la sensación de que estas viendo un filme erótico de serie Z (las producciones del porno en los ochenta tenían más glamour), que si esas frases memorables: En ese tipo de banquetes cargan mucho las bebidas, así consiguen mejores donaciones, Llevo once meses sin acostarme con nadie aunque la frase definitiva es: Esto no es un jodido episodio de Expediente X. En fin, que ya quisieran ser al menos la suela del zapato de un episodio de la serie de Chris Carter…
Los preñamientos y los partos en cuestión de segundos no tienen sentido (del ridículo). El final patético de la muerte. Vamos, no se la pierdan con reposiciones de episodios de El show de Benny Hill para que el gozo al menos sea mayor.