Southland Tales
Sinopsis de la película
Los Ángeles, 4 de julio de 2008. Durante tres días, la ciudad ha sufrido la peor ola de calor de toda su historia. Estados Unidos se encuentra al borde de una crisis social, económica y ecológica. Mientras tanto, en Irak la guerra continúa. Boxer Santaros, un héroe de películas de acción aquejado de amnesia, ve cómo su vida se complica debido a su relación con Krysta Now, una estrella del porno que sueña con tener su propio reality show. Al mismo tiempo, David Clark, un oficial de policía ha descubierto las claves para desvelar una gran conspiración.
Detalles de la película
- Titulo Original: Southland Tales
- Año: 2006
- Duración: 145
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Opinión de la crítica
4.9
97 valoraciones en total
Pais
Directores
Actores
- Amy Poehler
- Bai Ling
- Beth Grant
- Cheri Oteri
- Christopher Lambert
- Curtis Armstrong
- Dwayne Johnson
- Holmes Osborne
- Janeane Garofalo
- John Larroquette
- Jon Lovitz
- Justin Timberlake
- Kevin Smith
- Lou Taylor Pucci
- Mandy Moore
- Miranda Richardson
- Nora Dunn
- Sab Shimono
- Sarah Michelle Gellar
- Seann William Scott
- Wallace Shawn
- Will Sasso
Sujetaba firmemente mi copa de Château Chalon del 88 mientras miraba directamente a los brillantes ojos de Manohla Dargis. Contemplaba impertérrita su plato de buey de Kobe aderezado con mostaza y pimienta traída de un lugar exótico de que cuyo nombre no podía acordarme.
No sabía si era apropiado el momento de romper el silencio que se había instaurado en nuestra mesa pero no podría quebrar ese instante mágico de escuchar el ‘Wave of Mutilation’ de los Pixies por los altavoces de tan sofisticado y elegante lugar.
Suelo ser una persona que respeta las decisiones que toma la crítica profesional pero Manohla esta vez me había defraudado. Vamos, la había cagado en el peor y más amplio sentido de la palabra. Lo más horrible de toda esta incomprensible situación es que no era una ‘boutade’ ni tristemente nada que se le pareciera.
¡Lord Dargis había colocado la friolera cantidad de trece películas en la posición diez de su ‘top ten list’ del 2007! El New York Times había tenido que incluir una sección especial ante tal singularidad, pero Manohla se lo merecía… Ella siempre se lo merece. Aunque ese no era mi problema. Southland Tales, una de las trece películas que finalizaban la lista de la Dargis, era como se llamaba realmente mi jodido problema (Tarantino dixit).
¿Cómo decírselo finamente sin herir su sensibilidad?
Vale, dos colgados de Village Voice habían encumbrado el pastiche de Richard Kelly en su ‘top ten list’, aunque no contaban: también habían incluido la ocho veces nominada a los Razzies Os declaro marido y marido.
Mientras daba el último sorbo a mi copa, saboreaba el Château y esperaba el final de la canción pensé en cómo decirle lo muy equivocada que estaba. De que esos silbidos que resoplaron en todo el planeta cuando se proyectó el filme del director de Donnie Darko en Cannes eran un claro símbolo. Una inequívoca señal de que nada funcionaba dentro de ese engendro idiotizado por chutes de fluid karma. Pero la Dargis pasa de pitiditos y de leerse los tres capítulos previos en forma de novela gráfica. Ella puede pasar de todo.
Mientras descendía el vidrio una luz incandescente se proyectaba en sus ojos. Temí, por unos segundos, que Lord Dargis se pudiese convertir en Hulk cuando hiciese mi declaración pero a medida que pensaba en esa insensatez que era Southland Tales, sus revelaciones bíblicas de todo a cien, salvadores, demonios y ángeles dentro del casting más bizarro del nuevo siglo recordé aquella recurrente frase: «Esta es la manera en que el mundo se termina.» Mi relación con Manohla estaba finiquitada en el momento en el que hablase sobre esa esquizofrenia pop en long-play y lo pretendidamente ridícula que era.
La copa descendió y ‘Wave of Mutilation’ se había evaporado de nuestros oídos pero al mirar firmemente a los ojos de Manohla Dargis comprendí lo equivocado que estaba y sólo pude sonreírla. Soy un machote y los machotes no se suicidan.
Ante todo he de aclarar una cosa: Southland Tales es la continuación de 3 novelas gráficas, y estas se han de leer para una correcta comprensión del film. La gente que la vea sin leer las novelas y no entienda un carajo (para posteriormente echar pestes de ella) será porque quiere.
La primera vez que la vi no me atreví a valorarla, pero podría resumir la experiencia diciendo que me pareció un atractivo sinsentido con escenas aisladas deslumbrantes. En el segundo visionado (tras leer las novelas) todo cambia. Conoces a los personajes, sabes de dónde vienen y por qué están ahí, los hilos que les manejan, etc., y disfrutas con toda la película.
Southland Tales empieza justo dónde acaba The Mechanicals (la 3ª y última de las novelas). Richard Kelly tiene poco tiempo y en ocasiones la cosa se ve algo apretada (habrá que ver el montaje original), pero es admirable cómo ha sabido crear un universo propio y una distopía futurista que ha acabado transformándose en una ucronía. Kelly se aleja de lo convencional y deja en ascuas a los tópicos. Llena el film de detalles a tener en cuenta, simbologías que aportan complejidad, invitan a la sugestión y que están implícitamente conectadas con las historias que se cuentan, por lo que no resultan forzadas. Asimismo, se pueden encontrar muchas metáforas, reflexiones políticas (Kelly remodeló el guión tras el 11-S), paradojas espacio-temporales… mucho sobre lo que pensar.
No sé qué es más extravagante, si los actores escogidos para la función o los papeles que estos interpretan. A pesar de que en algunos momentos la caracterización de ciertos personajes puede caer en el ridículo (cosa pretendida), el cast en general cumple y se creen lo que están haciendo a pesar de lo delirante del guión. Destacaría a The Rock, que está cómodo con su papel (su tick de dedos puede llegar a cansar, pero al final tiene una explicación) y a Will Sasso, cuyo papel tiene más jugo del que se ve en la película. Sarah Michelle Gellar está más bien discreta con el papel de actriz porno inteligente. –>
Año 2008, la tercera guerra mundial ha comenzado, existe una alternativa al cada vez menos distribuido petróleo y en medio de todo ello el partido Republicano ansía con todas sus fuerzas seguir en el poder, en el que se haya instalado con un control férreo de la población. Pero en la sombra se encuentra el partido Neo Marxista, quienes tienen varios frentes abiertos contra los Republicanos. La acción se centra en varios personajes, a saber: Boxer Santaros (Dwayne Johnson), antigua estrella del cine de acción y con nexos al partido Republicano que reaparece en medio del desierto con amnesia, Krysta Kapowski, también conocida como Krysta Now (Sarah Michelle Gellar), estrella porno con un imperio que incluye música, perfume, ropa e incluso un programa televisivo, afín a los Neo Marxistas y Taverner (Seann William Scott), quién aunque no lo sepa es una pieza clave en medio del caos…
Donnie Darko, ópera prima de Kelly es una de mis películas preferidas, razón por la que esta Southland Tales se me antojaba de obligada visión, incluso tras su sonoro abucheo en Cannes. Kelly parece explotar varios de los temas que convirtieron a Donnie Darko en una película de culto, pero a diferencia de ella Southland Tales mezcla diversos géneros (comedia, musical o cine de catástrofes) con desiguales resultados, siendo mucho más abstracta y compleja. Y es que uno de los problemas de la película es que exige demasiado al espectador (nada que objetar por mi parte) ofreciendo un torrente de información durante los primeros minutos (los cuales resumen tres novelas graficas realizadas como complemento a la película) y con una continua voz en off que trata de informar, pero que resulta en ocasiones más molesta que explicativa. Afortunadamente conforme avanza la historia y se desenmaraña (nunca del todo) su trama el interés aumenta considerablemente hasta llegar a un clímax que es puro delirio. A ello habría que añadir la prodigiosa dirección, como muestra sirve el impecable plano secuencia en el globo aerostático.
El casting principal resulta un cúmulo de errores, Dwayne Johnson realiza una irritante interpretación gracias a su colección de repelentes tics, Seann William Scott no resulta el actor más indicado para el papel y Sarah Michelle Gellar muestra claros signos de desconcierto (por lo visto a los actores sólo se les dio la parte de guión que hacía referencia a sus personajes), a pesar de los cuales es la mejor parada del trío. De todos modos se agradece su ecléctico reparto, como también se agradece su espléndida banda sonora, su fotografía y sus efectos especiales, los cuales a pesar de algunos defectos están al servicio de la historia y no al revés. ¿Después de todo lo dicho recomendaría la película?, ciertamente no, por la sencilla razón de que una película de estas características tiene como público potencial aquel que disfruta hilvanado a posteriori las paranoias expuestas. Si es tu caso estás de enhorabuena, si no recomiendo huir de ella como de la peste.
Extremadamente bizarra, pretendidamente ridícula y ostentosamente estúpida.
Kelly lo sabe, y se enorgullece de ello, así que nos ofrece un espectáculo que bordea lo absurdo, lo inefable y lo esperpéntico para inmiscuirnos en una historia con tantos cabos y tanto que contar, que al final el metraje se queda corto.
Lo peor que le puede suceder a un cineasta, sin embargo, es que su obra resulte anodina o falta de garra, y lo mejor de Southland tales es que si aceptas verdaderamente a que te enfrentas, conectarás con ella y estarás pegado a la pantalla sin apenas darte cuenta del tiempo pasado, puesto que la historia es tan larga y los minutos tan cortos, que Kelly tiene que apurar una voz en off que ofrezca un repaso general de tanto en tanto e ir empalmando historietas con la mayor rapidez posible para no quedarse fuera.
Puede que su segundo largometraje sea fruto del ego, puede que para muchos resulte una tontería como una catedral, pero lo cierto es que cuando alguien echa la carne en el asador de esta manera, lo único que se puede hacer es o bien apagar prontito porque lo que observas te importa un pimiento, o bien prestar algo de atención y pasar un ameno rato tratando de comprender a donde quiere ir a parar Kelly con todo esto.
Eso sí, mentiría si dijese que he entendido algo pero también mentiría si dijese que no me ha gustado, pues por floja, catastrófica, extraña o estúpida que pueda ser Southland tales tiene un algo. Un algo que está en su historia, en la extravagancia de la que hacen gala sus personajes, en la carencia de sentido del ridículo en multitud de momentos y, sobretodo, en una banda sonora que, aunque se pueda tachar todo lo demás de fallido, no deja de ser soberbia.
Y Dwayne Johnson hace el ridículo, y William Scott vaga por la pantalla sin que sepamos porque, y no he logrado comprender totalmente el rol de Michelle Gellar, y no sé ni cual es el cameo que realiza Kevin Smith, puesto que al final la información es tanta y tan dispersa, que uno decide perderse en la cinta y disfrutar de algunos de sus geniales momentos de estrambótico musical o de algunas de las peripecias de sus protagonistas.
No se acercará, ni por puro asomo a la absoluta brillantez de Donnie Darko y, en cambio, me ha gustado. Así que habrá que darle otra oportunidad.
Tengo por costumbre darle una oportunidad a todas aquellas películas dirigidas por realizadores cuyas obras previas me hayan resultado interesantes. Supongo que eso no es ninguna rareza por mi parte, me consta que a muchos cinéfagos les pasa lo mismo.
En estas que Richard Kelly, cuya ópera prima fue la interesante Donnie Darko (2001), presentó en el Fesival de Cannes del año pasado su última película: Southland Tales (2006). Y se me ocurrió verla.
Si lo llego a saber renuncio a mis principios y me paso el estreno de esta película por el forro de los cojones. Os aconsejo que no perdáis ni un segundo de vuestras vidas viendo semejante paja mental con pretensiones de profundidad. De traca.
Esta cosa no llegó a estrenarse en nuestras pantallas, tal vez porque nuestras distribuidoras se asustaron ante el cúmulo de malas críticas recibidas tras su presentación, y he de reconocer que por una vez estoy de acuerdo con ellas. No es para menos, este engendro de diarreico argumento no se puede soportar, consiguiendo que nos replanteemos el supuesto buen hacer del director en su película anterior. De hecho, por si acaso, el menda va a pasar de revisionarla, no sea cosa que constate que el cuelgue de Kelly viene de lejos.
Joder y es que da rabia, porque mira que la peli tenía mala pinta, pero aún así me arremangué e hice el esfuerzo de tragarme las dos horas largas de infumable metraje. Estaba advertido, la peli no es mala, sino muy mala, me decían. Sin ir más lejos Carlos Boyero, aún en El Mundo, decía en su columna lo siguiente: Es imposible describir la empanada mental del tal Kelly, su facilidad para empalmar tonterías con pretensiones alegóricas y simbolistas . Y a mi que me dio igual.
Pero es que encima la película está protagonizada por un tío que se llama The Rock, otrora estrella de la lucha libre, y entre los secundarios aparecen la médium de Poltergeist, Buffy la Cazavampiros, el tío que se hace pajas metiéndose dos dedos en el culo en El Viaje de pirados, Christopher Lambert (el anti-actor), el alguacil mayor de Juzgado de Guardia, Justin Timberlake con chotilla y cicatriz… tata tararara tata tara… ¿alguién da más?… Pues sí… no se vayan todavía que aún hay más: la película se anuncia como comedia de ciencia-ficción, mezclado con elementos de thriller político y cine de catástrofes. Toma Jeroma pastillas de goma. A ver como lo veis.