Soul Surfer
Sinopsis de la película
Bethany Hamilton, una joven y famosa surfista australiana, ha vivido desde niña dentro del agua, sin separarse del mar, de su tabla y de su mejor amiga Alana. Un día, un tiburón le arrebata un brazo, pero Bethany es una joven muy fuerte y lo que pudo ser un terrible drama se convirtió en una historia de superación, ya que desde entonces el único objetivo de Bethany fue prepararse cuanto antes para volver a practicar el surf.
Detalles de la película
- Titulo Original: Soul Surfer
- Año: 2011
- Duración: 106
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Opinión de la crítica
Película
5.7
58 valoraciones en total
Debo de ser franca, sí, algunas lagrimillas han recorrido mi rostro. No he podido evitarlo.
Sé que la película no puede calificarse como una obra maestra, que es muy sensiblera… Pero es una película preciosa, de autosuperación, de no rendirse cuando muchos se empeñan en que no puedes porque sufres de una diversidad funcional (quizás os suene más los términos discapacidad o minusvalía, pero en tanto que todas las personas somos diversas tanto en funciones motoras, intelectuales, no emplearé los terminos ni discapacidad ni minusvalía, poque somos tan capaces y válidos como el resto).
He de admitir que las personas que tengan alguna dificultad motora y sensorial, como es mi caso, no van a poder evitar empatizar con el personaje de Bethany. Realmente es así, ya sea por un accidente, enfermedad… cuando pasas de un estado de normalidad 8discutible el término también) a otro en el que no estras en los cánones de la mayoría, la gente suele tender al paternalismo y a pensar que la persona no es capaz de hacer ciertas cosas. Bethany, como muchos otros, demuestras que con tesón y esfuerzo uno puede ir más allá de aquellos límites que la gente se imagina. Evidentemente, tendremos más dificultades, pero eso no nos impide realizar actividades tanto o mejor como otras personas.
Ni en mi mejores sueños podría imaginarme haciéndo lo que hace Bethany, ni con dos brazos.
Cambiando de tercio, el apartado interpretativo chapó, AS Robb hace un papelón, de verdad. Hunt y Quaid, como siempre bien, pero relegados a papeles más secundarios.
Las escenas de acción, es decir, las escenas suferas, perfectas, increíbles.
Os la recomiendo, de verdad, es una película preciosa.
Altamente recomendable si eres docente y quieres hablar de autosuperación, autoestima… en tu clase.
Dejé mi sangre caer, dejé mi vida por aquello en que creía, porque valía la pena, porque me hacía feliz, porque le daba un sentido a todo, a la razón de estar aquí.
Soul Surfer es una película encomiable, que enlaza una historia de superación personal con las vivencias del mundo, una lección sobre la vida en la que en cierta manera nos vemos reflejados y de la que podemos extraer el poderoso mensaje de que, por muy mal que vayan las cosas, jamás debemos rendirnos si lo que perseguimos es el sueño que nos mueve cada día.
Arropada por un elenco magistral, la alegre y jovial AnnaSophia Robb efectúa una interpretación realmente convincente que te atrapa y te subyuga, que te hace sonreír a la par que derramar lágrimas olvidadas. Y por si eso fuera poco, ahí está Carrie Underwood que sorprendentemente lo borda en su papel de guía espiritual (ojalá todos tuviésemos a alguien como ella).
En definitiva, altamente recomendable para aquellos que se plantean tirar la toalla y abocarse al pozo de la depresión.
Lo mejor: la impactante escena del ataque del tiburón.
Lo peor: el a veces frenético ritmo de la cámara, claro, estar inmerso en la ola, marea.
Basada en hechos reales, superación personal, un deporte, una competición que hay que ganar y un impedimento provocado por un trágico giro del destino… Soul Surfer tiene todos los elementos para ser devorada por un tiburón llamado público, ya sea por su condición de obra con vocación de inflado telefilme para la gran pantalla o como panfleto espiritual y religioso de auto-ayuda. Al final de la película aparece numeroso material documental y la pregunta de muchos será por qué no se tomó ese rumbo frente a la almibarada ficción. Resultó curioso que las partituras y piezas de Marco Beltrami para Soul Surfer se impusieran en los Satellite Awards frente a la banda sonora de Drive o incluso War Horse. Es normal que la música que acompaña a esta película tenga que ser ‘anormal’. Anormalmente brillante, claro. Es lo mejor de la propuesta para narrar la vida de Bethany Hamilton que ofrece Sean McNamara, director de Bratz: La película. Hemos pasado de las Bratz a mutilar a una Barbie (la auténtica Bethany era una chica normal…) para construir una historia de superación personal (y popular).
Su premisa, desde el póster hasta la sinopsis, nos advierte que ese bobalicón retrato de una adolescente llena de sueños y a punto de llegar a los 18 años sufre un trágico punto de giro en su vida. Pasamos de Hannah Montana a 127 horas, pero la lucha personal de Bethany no es sobrevivir a ese traumático incidente, donde un tiburón sesga uno de sus brazos, sino en volver a tomar el rumbo sobre sus aspiraciones. Tal vez el prólogo, dulce, sincopado y consiente de ser un almohadón narrativo, sea lo menos interesante. Simple presentación marítima de antagonista, amiga íntima, consejera espiritual y familia apegada a la sirena de la casa.
Una vez establecido el quiebro la propuesta se torna y divide entre una show movie con una competición regional y la superación tanto física como emocional y espiritual de la heroína. Es precisamente en ese punto donde llega lo que considero lo que empaña la propuesta. Soul Surfer se convierte en un manual barato de autoayuda a golpe de redención anímico-religiosa, con viaje de misionera y regreso como diva-sirena. Obviamente la película no puede permitirse cualquier atisbo que sobresalga de su folleto evangelista por su empaque de producto. Todo ese libreto de vivencias, superación personal, diario de errores y aciertos y pretendida autenticidad acaba pareciendo un cruce de panfleto religioso y un telefilme de sobremesa. Creo que la propuesta de Sean McNamara no lo necesitaba y más después de ver sus títulos de crédito finales con el material documental que desacredita, en cierta medida, al producto.
Me esperaba lo que me esperaba, lo que no me gusta son estos retrasos o que no la acaban doblando al castellano este tipo de películas, ya ha pasado con películas como Beastly o Súper. En cuanto a la película he de decir que las películas basadas en hechos reales son casi todas buenas porque son creíbles y tienen una moraleja. En esta ocasión la joven AnnaSophia Robb ha vuelto a susperarse después de hacer unas decentes Un puente hacia Terabithia y La montaña embrujada. Hace una buena interpretación al igual que Dennis Quaid que siempre hace los papeles de padre preocupado(Tu a Londres y yo a California, Míos, tuyos y nuestros, Footloose, etc). La historia es bastante emotiva, comienza un poco rollo familiar con los juegos de familia feliz pero cuando aparece el tiburón todo se hunde. Los efectos visuales en el agua con las cámaras submarinas y ver el reflejo de la muchacha me ha impactado bastante al igual que el efecto de dejarla sin brazo está bastante bien hecho. Es muy emotiva y en algunos casos triste. Hay momentos en que te metes dentro de su papel, de el dolor que siente no poder hacer muchas cosas. Pero esta cinta demuestra el valor y el esfuerzo por llegar a lo más alto. Atentos al final en los créditos porque aparece la verdadera. En fin, una cinta familiar que tiene sus momentos familiares, tristes y emotivos con una buena interpretación de AnnaSophia Robb en una cinta basada en hechos reales bastante aceptable.
Nota: 7.
Sin duda, todos podríamos aprender algo de la protagonista de esta historia basada en hechos reales. Una mujer, Bethany Hamilton, que afrontó un trauma tan grande como que le arrancaran el brazo, con entereza y fuerza moral y que, en reunidas cuentas, afronta la vida con un par de bemoles. No solo eso. Además, fue capaz de recuperarse mentalmente y mantener un nivel muy superior al de surfistas con ambos brazos. Por desgracia, aquí no estamos puntuando la fuerza de voluntad de Bethany ni criticando su esfuerzo. Aquí puntuamos una película y pocas cosas buenas se pueden decir de ella. Paso pues a la crítica propiamente dicha.
Soul Surfer podría pasar por un telefilm de A3 si no fuera por la presencia de los veteranos Dennis Quaid y Helen Hunt. Es tan mediocre que uno llega a olvidar de que está basada en una historia real y ni las interpretaciones ni ningún apartado técnico llega a sobresaltar. Si acaso las competiciones de surf pues, tal parece que el mayor esfuerzo de la película lo ha hecho AnnaSophia Robb con la de horas practicando sobre la tabla que se ha tenido que chupar. Por lo demás, nos queda un film excesivamente melodramático con muchas menciones a Dios nuestro señor tan del gusto norteamericano, cuyo único interés es su mensaje de nunca te rindas .