Sombras en la noche
Sinopsis de la película
En la pequeña ciudad de Ogden, el detective Harry Graham investiga el asesinato de una mujer que fue asesinada mientras caminaba cerca de la escuela secundaria local, en la que el profesor de música Lois Conway trabaja…
Detalles de la película
- Titulo Original: The Unguarded Moment
- Año: 1956
- Duración: 95
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Opinión de la crítica
Película
6.4
99 valoraciones en total
Esther Williams gozó de una fama extraordinaria durante los años 40 y 50. Todo el mundo conoce la archisabida frase: Mojada era una estrella . Sus fastuosos musicales acuáticos recaudaban millones y millones de dólares, y en nuestro triste país se convirtió en una especie dé ídolo popular (al fin y al cabo, los trajes de baño permitían ver más carne de la que solía tolerarse). Como todo, el filón tiende a agotarse, y tras La amada de Júpiter, un delirante musical kitsch con Howard Keel como Aníbal (no el Caníbal), que se saldó con un rotundo fracaso comercial, Williams probó otros derroteros y salió casi por primera vez sin bañador en este melodrama con toques (pocos) de noir, Sombras en la noche. Después, caería en las garras del Rey de las Camas (Fernando Lamas) y su carrera terminaría en 1963 con la vergonzante La fuente mágica, una producción… ¡española! dirigida por su marido.
En la cinta que nos ocupa, Williams interpreta el papel de una profesora de música que trabaja en el instituto de uno de esos poblachos norteamericanos que ya nos conocemos de memoria. Como es guapa y pizpireta, algunos alumnos se pirran por ella, en especial Leonard (John Saxon, con mucho pelo), que le escribe cartas, digamos explícitas . El padre de Leonard es un monstruo que odia a las mujeres porque su esposa le abandonó (nada de extrañar), y trata de cortar de raíz toda relación de su hijo con chicas. A todo esto, una joven ha aparecido asesinada, y el apuesto jefe de la policía local (George Nader, mediocre compañero de productora de Clint Eastwood, que conocería durante los años 60 un gran éxito en Alemania, con la serie de Jerry Cotton) anda tras el asesino. Hace tiempo que la colección Bang Bang Movies nos da gato por liebre. Es cierto que ha desenterrado cosas muy interesantes, pero no es negro todo lo que reluce, y Sombras en la noche es, ante todo, un melodrama como la copa de un pino, en bonito technicolor. Dirigida por el probo Harry Keller, que hizo un poco de todo y acabó dirigiendo comedias amables tipo Tammy y el doctor, la cinta centra su interés en la enfermiza relación padre-hijo, y algo menos en el romance Williams-Nader. Consignar que el argumento original es obra de Lawrence B. Marcus y la actriz Rosalind Russell, que pensaba protagonizar la película, pero cuando se rodó ya era demasiado mayor para el papel. En suma, una rareza a degustar sin grandes expectativas.
Estamos ante una notable película en la que Harry Keller -tal vez por la enorme repercusión de Rebelde sin causa de Nicholas Ray- va a seguir profundizando en el comportamiento de la juventud norteamericana de la década de los 50. Sigue la línea dura de los jóvenes rebeldes y airados, aunque en esta ocasión el protagonista sea un niñato estúpido y consentido que se merece un par de bofetadas de ida y vuelta.
Pero no todo el mundo (afortunadamente) piensa como yo y como el inspector Harry Graham. La atormentada pero valiente profesora Louis Conway buscará -a través del cariño y de la comprensión- enderezar el comportamiento del insolente muchacho. George Nader está correcto y, John Saxon, en su tercera película, empezaba a mostrar muy buenas maneras. Pero la palma se la lleva una bellísima (en el agua nunca la vi tan bonita) Esther Williams, bordando su personaje de maestra y demostrando su talento más allá de estanques y de piscinas.
Tal vez, el único grave error de la película consista en abandonar de golpe y porrazo su condición de thriller para convertirse en una historia (muy entretenida, eso sí) de reinserción juvenil.