Solo

2 comentarios en «Solo»

1. La música como terapia
   
   Artemio Benki, era un director francés afincado en la República Checa que, además de realizar diversos cortometrajes, fue productor minoritario de algunas películas importantes como Personal Shopper (Olivier Assayas, 2016) o El señor de la guerra (Andrew Niccol, 2005). El documental Solo supuso su debut en solitario en el largometraje y desgraciadamente será su único trabajo, ya que falleció en abril de este 2020.
   
   El documental Solo nos sitúa en El Borda, una institución psiquiátrica situada en Buenos Aires. Uno de los enfermos allí ingresados es Martín Perino, pianista de gran talento al que se le diagnosticó esquizofrenia paranoide. El documental nos mostrará a una persona que lucha por entender y vencer su enfermedad utilizando como terapia a su propia música.
   
   *La enfermedad y la cordura, contrastes dentro y fuera del psiquiátrico
   
   Martín Perino fue un niño prodigio. A los 10 años ya daba conciertos de piano ante grandes audiencias y componía sus primeras obras. Al inicio del documental Solo ya se ha convertido en una persona adulta, tiene 35 años y lleva los últimos 4 años de su vida ingresado en esa institución mental. La búsqueda de la perfección, junto a la presión social y mediática, le provocaron un colapso nervioso que derivó en paranoia. Se sentía perseguido y juzgado por todo el mundo, así que cuando perdió la noción de la realidad, decidió voluntariamente tratarse en una institución para recuperar su vida.
   
   En la primera parte del documental seguimos los pasos de Martín dentro del psiquiátrico. Vemos como se siente cómodo interactuando con otros enfermos y como trabaja en la composición de una obra para piano y danza titulada ‘Enfermaria‘. En ella vuelca todo el torbellino de emociones que va sintiendo durante el proceso de su tratamiento.
   
   En la segunda parte, el documental nos muestra a Martín enfrentándose a su nueva normalidad. A veces, el mundo exterior parece distinto y menos gentil que el de dentro. Se encuentra que su casa está en estado ruinoso y que la mayoría de sus intentos en tocar música de forma improvisada, chocan de bruces con la burocracia y las normas preestablecidas en la sociedad cuerda.
   
   *Tocar el piano como necesidad vital
   
   El documental Solo de Artemio Benki es el retrato de una persona en reconstrucción. Nos muestra en primera persona el proceso de rehabilitación de un enfermo, la capacidad de superación, la necesidad por compartir sus sentimientos más puros. La cámara sigue de cerca a Martín, se detiene en sus gestos, en sus miradas, en sus dedos… ya sea cuando sostiene uno de sus cigarrillos o mientras toca una melodía en el teclado de un piano que a veces se vuelve imaginario en la superficie de una mesa o del propio suelo. Es una cámara que desvela su intimidad desde el pudor y el respeto.
   
   La música fue la kriptonita que le derrotó cuando su ambición era ser el mejor pianista del mundo. Ahora se ha convertido en la tabla de salvación para recuperar el rumbo de su existencia. Las fortalezas y las fragilidades, los miedos y los anhelos, todos provienen de un mismo escenario. La vida.
   
   Conclusión
   
   El documental Solo es un bello y triste relato sobre un hombre en proceso de reconstrucción. Cómo ser uno mismo cuando a veces ni te reconoces. Muestra el proceso de recuperación de un enfermo mental con detalle y consideración. También la dificultad que significa la reinserción en una sociedad que ya tiene escritas sus propias normas establecidas.
   
   La cámara del cineasta Artemio Benki persigue a su personaje con curiosidad y admiración. Martín Perino se deja grabar con honestidad, descubriéndonos a una persona que encuentra en su música una manera de expresarse y reinventarse.
   
   Solo es un documental realista y no siempre complaciente, un viaje donde se escucha a Joaquín Sabina cantando estrofas tan significativas como «Ahora que tengo un alma que no tenía» que Martín tararea a todo pulmón con una gran sonrisa en la cara. Eso es Solo.
   
   Escrito por Daniel Farriol

2. La cámara mira, pasiva pero íntima, el ensimismamiento de Martín Aníbal Perino, uno de los pianistas latinoamericanos más virtuosos de los últimos tiempos, quien ha tenido que superar un brote psicótico sufrido hace cuatro años.
   
   La cámara observa su porfía por volver a la normalidad —si es que se puede hablar de normalidad al referirnos a alguien que antes de los 20 años ya había tocado en el Teatro Colón de Buenos Aires, considerado como uno de los tres mejores teatros líricos del mundo.
   
   La cámara muestra sus reflexiones, sus intentos por auto convencerse de que tiene por delante una segunda oportunidad de reinsertarse en la sociedad.
   
   La cámara siente su dura lucha interior. No sabe si culpar de todo a la presión por alcanzar la perfección que sufrió en su infancia, o si había algún tipo de predisposición genética a la esquizofrenia. No sabe cómo salir del aislamiento, le consumen aún sus miedos, sus adicciones, sus obsesiones. Sólo sabe componer y tocar el piano, y hacer que sus oyentes, incluidos los espectadores de este documental, se estremezcan. —Habréis asistido a muy pocas improvisaciones como las suyas, eso seguro.
   
   Cuántos casos habrá habido a lo largo de la historia de prodigio asociado a locura, depresión, drogadicción… Pareciera que la genialidad estuviera reñida con la felicidad.
   
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   Y vos, en pocas palabras, ¿qué sentiste al escuchar a Martín?
   
   Algunos comentarios de la gente:
   
   «Una dura negociación con la realidad.»
   
   «Algo como un golpe que no duele.»
   
   «Un turbio oasis tras una larga travesía por el desierto.»
   
   «¡Qué barrrbaro!»