Soldados. Una historia de Ferentari
Sinopsis de la película
Adi, de 40 años, un joven antropólogo a quien su novia ha abandonado recientemente, se muda a Ferentari (el barrio más pobre de Bucarest), con la intención de escribir un estudio sobre el manele (la música popular de la comunidad romaní). Mientras investiga sobre el tema, conoce a Alberto, un ex convicto romaní que promete ayudarle. Pronto ambos inician un romance en el que Adi alienta a Alberto con improbables planes para salir de la pobreza y Alberto le corresponde con palabras de amor bien elaboradas. Cuando el dinero se acaba, ambos se ven atrapados en un apartamento en el que se aman y se utilizan el uno al otro, en un juego de necesidad y poder que no tiene ganadores.
Detalles de la película
- Titulo Original: Soldatii. Poveste din Ferentari
- Año: 2017
- Duración: 119
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Opinión de la crítica
5.7
47 valoraciones en total
La cinta se presentó en la 65 edición del Festival de Cine de San Sebastián. Se trata de una coproducción entre Rumania, Serbia y Bélgica, que transcurre en Ferentari, uno de los barrios más pobres de Bucarest.
La directora Ivana Mladenovic enmarca su narración para centrar su cámara en una historia de personajes, que retrata una historia de amor homosexual, que se aleja de tópicos , entre un exconvicto de raza gitana Alberto y Adi, un antropòlogo, que está realizando un estudio sobre el mándele, la música pop romaní.
Si hay algo que atrapa desde el principio es la singularidadde esta peculiar pareja, emocionalmente y socialmente contrapuestos. Sorprende la emocionalidad abierta de Alberto, una personalidad compleja, llena de aristas, que ha aprendido en prisión a ser soldado del amor, como manera de supervivencia. Maestro en el arte de adular, bajo sus dotes de seducción, algo rudas, se esconde una profunda necesidad de ternura, de sentirse acogido, protegido, como cualquier ser humano. Emociona acercarse y dejarse envolver por sus abrazos, sin pensar que su periplo y escenario vital deja poco margen a la esperanza.
Sutil retrato de personajes, con dotes autenticidad, aunque sin gran valor técnico.
A las 09:30 vimos en el Victoria Eugenia otra película rumana de la Sección oficial: el drama romántico Soldados, historia de Ferentari, dirigida por Ivana Mladenovic. Adi es un hombre de mediana edad que, para poder estudiar el manele (música popular romaní) en profundidad, sobre el cual va a orbitar su tesis, se muda al barrio humilde de Ferentari, en Bucarest. En sus pesquisas conoce al gitano ex-convicto Alberto, que le presentará a músicas y quien, habiendo sido sodomizado entre rejas, ha desarrollado filia homosexual. Pronto establecerán un físico y hermoso romance, que se verá destinado a una triste conclusión por la ausencia de trabajo y dinero y el carácter broncoso de un enamorado Alberto. Una atípica e inesperada historia de amor, ajena a los perfiles comunes del cine homosexual.
Mira que es difícil de ver ésta historia de Ferentari, quizás el barrio menos recomendable de Europa y que se encuentra en pleno centro de Bucarest. El feísmo, según nuestros standars, lo invade todo y es por eso mismo que a mi me gusta ésta historia imposible, porque tiene riesgo desde que empieza hasta que se acaba. En pocas salas de cine he sentido a la gente tan inquieta, tan incómoda, como con ésta película que a mi me procuró no pocos momentos de sonoras carcajadas y también de total empatía con esa pareja indescriptible e inexplicable. La directora Ivana Mladenovic, demuestra tenerlos bien puestos para rodar ésta película en un país como Rumanía, dentro del barrio mas excluido de Europa y en terreno gitano romaní, puro y duro.
Una pena que ni siquiera haya recogido el premio LGTBI Sebastiane que hubiese sido un reconocimiento, para mi merecidisimo y le hubiese ayudado, sin duda, a presentarse ante su público, en Rumanía, donde estoy convencido va a causar un auténtico revuelo.
Valiente película rumana dirigida por una mujer, lo que en este caso sí le da más valor a la cinta. Un valor, en mi opinión, más social y humano que estrictamente cinematográfico. Quiero decir que el fondo importa y gana a la forma, puesto que técnicamente no es muy allá y no tiene muchos valores positivos. No hay nada, en este sentido, que destaque, ni para bien ni para mal.
Pero en cuanto al fondo sí que tiene valor puesto que sin sortilegios ni falsedades nos narra una historia donde se tocan aspectos siempre interesantes como la necesidad de ser aceptados y/o amados se tenga el extracto social que se tenga, se venga de donde se venga, se tenga la educación que se tenga. El respeto, la solidaridad, se deben imponer en una sociedad donde estos valores están en desuso.
De esto y de otras cosas se habla en esta interesante aunque no convincente película, algo sórdida en cuanto al argumento, aunque sin escenas que resulten ofensivas para nadie, que resulta larga para lo que cuenta, pero que no debe caer en saco roto.
En España, si es que se estrena, que lo dudo un poco, no creo que tenga ningún éxito. Ya veremos en su país, Rumanía, donde quizás escueza un tanto.
Veremos si la Mención Especial dentro del Premio Sebastiane que le ha concedido el Jurado del Festival Internacional de Cine de Donostia-San Sebastián le ayuda para ello.
https://filmsencajatonta.blogspot.com.es