Silencio roto
Sinopsis de la película
Invierno de 1944. Lucía (Lucía Jiménez), una joven de 21 años, regresa a un pequeño pueblo de montaña. Allí encuentra a Manuel (Juan Diego Botto), un joven herrero que colabora con los maquis: guerrilleros que, ocultos en la sierra, no se resignan al triunfo del franquismo. Lucía empieza a sentirse atraída por Manuel, sobre todo por el valor que muestra al jugarse la vida para defender sus ideas. Cuando, por fin, Manuel se echa al monte, Lucía descubre la inhóspita realidad de la vida en la montaña: por las vacías calles del pueblo sólo deambulan el silencio y el miedo. A pesar de ello, su pasión por Manuel la anima a permanecer allí.
Detalles de la película
- Titulo Original: Silencio roto
- Año: 2001
- Duración: 110
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Opinión de la crítica
6.8
54 valoraciones en total
Con un guión ejemplar del propio Armendáriz, el director de Secretos del corazón (aquí también productor) nos ofrece un retrato apasionante de la resistencia antifranquista, focalizando su relato en el papel que les tocó desempeñar a las mujeres tomando como escenario un pequeño pueblo navarro.
La historia nos la han contado muchas veces desde la perspectiva de los vencedores y casi siempre desde la mirada de los hombres. Creo que no se ha hablado suficientemente de las mujeres que dentro de aquel mundo, fueron dobles perdedoras y víctimas indefensas (…) El hecho de plantear la película desde la perspectiva de las mujeres me ayudaba también a contar la historia de una derrota que puede ser entendida como una victoria moral (Montxo Armendariz, en Dirigido por, nº 300).
Pese a ser la crónica de una derrota, el filme transmite al final una ilusión por seguir batallando, por poder tener un mundo más justo en el futuro.
Los actores saben estar a la altura y no defraudan en ningún momento.
Recomendable.
Obra maestra de uno de los mejores directores españoles de nuestro tiempo.
Maquis, chivatos, amores imposibles, familias enfrentadas y aceite de ricino se mezclan con un ritmo adecuado y un guión perfecto, para contar, con absoluta maestría y de una manera valiente, el día a día de un pueblo al pie de las montañas, un pueblo, como tantos otros, gris por culpa de la represión, la irracionalidad y el terror. Un pueblo que guarda silencio y que muchos estan empeñados en romper.
Algunas escenas consiguieron ponerme los pelos de punta.
Interesante dilema moral que puede plantearsele al espectador sobre el eterno debate, sobre si el fin justifica o no lo medios.
Imprescindible para entender el contexto histórico por el que España pasada en la década de los 40.
El titular corresponde al último de los tres volúmenes de la trilogía de José María Gironella sobre la guerra civil española. La película de Montxo Armendáriz relata la relación de un pueblo montañes bastante rojo con los números de la benemérita. El enfoque viene dado por los ojos de las distintas mujeres que allí habitan y los acontecimientos son fruto de la resitencia maqui contra la España franquista.
Juan Diego Botto me parece el mejor actor español muy por encima de la vaca sagrada llamada Bardem. El ritmo empleado por Armendáriz es pausado pero vivaz y se puede afirmar que Silencio roto es una de las mejores obras del navarro. La secuencia del chivato es espléndida.
No, no es otra peli más de la posguerra. En todo caso, un sentido homenaje a todos aquellos hombres y mujeres -guerrilleros, enlaces y colaboradores- que durante más de 20 años lucharon por restablecer el gobierno elegido legal y democráticamente por el pueblo español: la República. Me estoy refiriendo, obviamente, a ese movimiento de resistencia antifranquista conocido como el maquis.
Pero si algo me ha gustado especialmente de Silencio roto -más allá de esa sobriedad y exquisita sensibilidad a la que nos tiene acostumbrados Armendáriz- es la honestidad y la ecuanimidad con la que el navarro aborda el tema. Dejando bien claro, como afirma Don Hilario (Álvaro de Luna), que Las personas fallamos. Lo que importa son las ideas que se defienden. Dejando bien claro que injusticias, torturas, vejaciones y tiros en la cabeza los hay en todos los bandos. Sin distinción. Dejando bien claro que lo que deben prevalecer son las ideas. Sobre todo si en ese contingente de ideas se encuentran conceptos tan fundamentales como la libertad, la igualdad o la democracia. Por ejemplo.
Siete estrellitas, pues, para una peli tan contundente y comprometida como adulta, responsable y necesaria. De las pocas, en este puñetero país, que uno se atrevería a recomendar sin reticencias. Palabra.
Otra fiable, sólida, sencilla y sobria película de uno de los valores más seguros del cine español: el cineasta vasco Montxo Armendáriz. Aquí cuenta la historia de un grupo de maquis después de la guerra civil española, que resisten firme y utópicamente en los bosques, y de la imposible e impredecible historia de amor entre uno de ellos (Botto) y una joven que regresa al pueblo.
Armendáriz es un cineasta humanista y reivindicativo, pero nada revanchista ni aprovechado y Silencio roto es un buen ejemplo de todo ello, pues es una película que habla de la memoria, del valor de la lucha y de la libertad, de la vida y de la esperanza, del significado de la utopía expresada en los simbólicos y vigentes, en cierto modo, maquis. Y Armendáriz lo cuenta y lo construye entre susurros, entre silencios rotos por el odio, por el acecho del hombre por el hombre. Con un pulso firme, pero ecuánime.