Siempre hay un camino a la derecha
Sinopsis de la película
Siempre hay un camino a la derecha es el nombre de un programa televisivo de carácter sensacionalista que cuenta con una gran audiencia. El presentador muestra la vida de personas desgraciadas a las que pretende convencer de que su suerte puede cambiar siempre que se lo propongan.
Detalles de la película
- Titulo Original: Siempre hay un camino a la derecha
- Año: 1997
- Duración: 97
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Opinión de la crítica
Película
4
97 valoraciones en total
La sociedad formada por el gran Rafael Azcona y el más que irregular y casi siempre equivocado José Luis García Sánchez quiere ser fructífera pero no se salda más que con comedias mediocres, de dudosa coralidad y gracia, de desperdigado talento y a veces tan desafortunadas que más que caricaturizar, ironizar o como se quiera llamar aquello que es objeto de las mismas casi acaba por conseguir lo contrario. Y es que esta segunda parte de la ya limitadísima Suspiros de España (y Portugal) , en poco se diferenciaría de las entrañables, folclóricas, primitivas y nefastas películas con que cada sábado nos regalaba el grimoso, petulante y autosuficiente Parada en su inefable Cine de barrio . Tratan extremos contrarios, sí, pero lo hacen aportando parecidas señas de identidad: un argumento basicamente insostenible, un humor obvio, chusco y demasiado grueso, unos actores intentando salvar a sus personajes-naufrágo en medio de una coralidad ineficiente, una puesta en escena impersonal, servilista y despreocupada.
Quiere ser una crítica a la telebasura (y no lo consigue por casi ser ella basura cinematográfica indefendible), quiere ser una caricatura de unos pobres palurdos en base a continuas referencias al sexo, a lo escatológico o a lo más obvio (y no lo logra tampoco, casi ofende más que entretiene o divierte), quiere ser, parece, una comedia al corte berlanguiano, no siendo más que un simulacro mediocre de comedia desmadejada e indefendible.
Francamente, el matrimonio Azcona/Sánchez está solicitando el divorcio a gritos, sobre todo por el primero, que está manchando su gran curriculum con películas de semejantes bajos vuelos. Y francamente también, lo único salvable es la exuberancia de Adriana Davidova, que tiene un desnudo en la película delicioso para el voyeur. Y se agradece. Pero que triste.
Una película indigna de la filmografía de Rafael Azcona y de todos los que de un modo u otro intervinieron en ella. Suspiros… tenía su gracia y su interés, pero no había razón alguna para una secuela, y menos aún si la misma se hacía así, abundando en lo peor de ella y sin una brizna de brillantez. Siempre hay un camino a la derecha pretende seguir con el mismo tono de parodia a la sociedad española, con una crítica directa a la tele-basura, pero su propuesta es tan burda y chabacana que la misma carece de interés. Los chistes no tienen gracia. La falta de originalidad no puede suplantarse con chistes artificialmente procaces de caca-culo-pedo-pis (aquí, tetas arañadas y penes arrancados de cuajo, qué risa tía Felisa). García Sánchez y Azcona intentaron dar una vuelta de tuerca a lo que ya estaba suficientemente exprimido, y la cosa ya no daba para más. La película quiere hacer humor del absurdo, pero más bien es una película absurda sin humor alguno. Patética y ridícula. No es que la película haya envejecido mal, es que ya nació vieja. Nada que salvar. Mala de solemnidad.