Shin Chan (Serie de TV)
Sinopsis de la película
Serie de TV (1992-Actualidad). 1126 episodios. Cuenta las aventuras de Shinnosuke Nohara, alias Shin Chan, un niño de cinco años que se dedica a hacer las más variadas travesuras, a perseguir a las chicas guapas y a ver por la tele, a diario, a su amado Ultrahéroe.
Detalles de la película
- Titulo Original: Kureyon Shin-chan (Crayon Shin Chan) (TV Series)aka
- Año: 1992
- Duración: 30
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Opinión de la crítica
Película
5.7
25 valoraciones en total
Yoshito Usui ha muerto. Precipitado por un barranco de unos 100 metros mientras hacía senderismo, el genial creador de Shin Chan nos ha abandonado para siempre, y creo que debo unas líneas al hombre que tan buenos momentos me ha hecho pasar.
Crayon Shin Chan, como casi todo anime, comenzó en el manga en 1991, para dar el salto a la televisión dos años después. Los casi 700 episodios de la serie, una gran cantidad de películas y un merchandising que debe abarcar lo inabarcable ya hablan por si solos de la importancia de una serie que en Japón es objeto casi de culto nacional: el dato de que Shin Chan fue nombrado ciudadano oficial por el ayuntamiento de la ciudad de Kasukabe, debería servir para hacernos una ligera idea.
Naturalmente, allí en la tierra del Sol Naciente, todo el mundo sabe a que clase de público va dirigida una serie como esta: el juvenil tirando a adulto. Aquí en España, como de costumbre, la serie fue colocada en la parrilla infantil (por-que-es-de-dibujos-cómo-no-va-a-ser-infantil, como bien ha indicado un compañero en su crítica), suscitando las críticas de los endogámicos de siempre.
Y es que Shin Chan, es una ácida crítica, más bien parodia, del estilo de vida japonés, de sus tabús y costumbres, sobre todo en lo que a las clases medias-bajas se refiere. Es puro humor costumbrista, unas veces más disparatado, otras no tanto. Quedarse tan solo con el culo/trompa y demás etcéteras es simplista (si bien es cierto que según qué personas serán receptivas a lo que, en cada caso, den de sí sus encéfalos). A mi siempre me ha parecido una joya para conocer, para descubrir los aspectos más cotidianos de la vida diaria japonesa.
Claro que todo está exageradísimo para dar lugar a la comedia, pero en esencia todo está ahí: que si la fiesta de los cerezos, que si la de año nuevo, la del día del niño con los peces, los agobiantes apretones en el metro, la obsesión por el trabajo y el ascenso, el papel de la mujer en la sociedad japonesa, rituales de diversa índole, las comidas típicas, etc, etc, etc, así podría estar hasta mañana. Y dicho así no parece gran cosa, pero viendo la serie (o leyendo el manga, claro), uno se da cuenta de los cientos de matices, de pequeños detalles que esta contiene, y que la hacen tan especial…y tan adictiva.
Porque luego están los personajes, con un interminable desfile de secundarios sin desperdicio alguno, todos ellos muestra de un Japón más real de lo que a priori pudiera parecer.
Todo esto, salió de la mente de Usui, y no lo va a volver hacer más. Ignoro si la serie continuará (según he leído, los productores aún no saben muy bien que hacer), pero a mi con lo que tengo ya me vale. Siempre que puedo, acudo a mi cita con el pequeño cabezón deslengüado, y lo seguiré haciendo aunque repitan los capítulos mil veces, nunca me canso de ellos (y eso que en España falta muchísimo por emitir aún).
Muchas gracias por todo Sensei, muchos notaremos tu falta. Hasta siempre.
Sin duda el gran éxito comercial de esta serie radica en la tontería de que Shin Chan enseña la pirola y dice troooompa, etc, una chorradita pero que a los peques les hace gracia, la suficiente para querer comprarse los cromos, el álbum, el muñeco, etc, etc, de Shin Chan,
Lo curioso es que si se es capaz de dedicarle cierto tiempo y visionar varios episodios, nos encontramos, con una serie mucho más adulta de lo que su animación parece, pues entre tontería y tontería del Shin Chan este, vemos situaciones del mundo adulto, unas graciosas y otras no tanto, pero manejadas con gran maestría por parte del realizador, lo que me hace suponer un transfondo más complejo que el de enseñar la pirola, y después de investigar, averiguo, que la serie en Japón está dirigida más bien a un público adulto, solo hemos de fijarnos en que Shin Chan es el engranaje de una serIe mejor realizada de lo que su simplona animación parece,
Entonces, la coGemos en España y no sabemos adaptarla, pues se han censurado escenas muy buenas, (cierto que para los niños un poco picantes), y lo de siempre, siempre, siempre, un doblaje al castellano, malo, malo, malo, pero malo malo, he podido contemplar las diferentes versiones, gracias al DVD, y en gallego, también en catalán, se han esmerado muchísimo más, mejor ejecutado en todos los aspectos, (del vasco no puedo opinar porque no entiendo papa), en fin, que si se trae un producto, háganlo bien por favor.
Debería quedar claro desde el principio que Shin Chan no es una serie infantil, sino una producción cómica e irreverente acerca de la sociedad actual en Japón y extendible a todo el mundo. Shin Chan es humor absurdo, mucho más cercano a los Monthy Pyton o Mr. Bean de lo que muchos pueden pensar al ver el envoltorio y los estragos que hacen la distribución de este producto en España, orientada al público infantil para rentabilizar las aspiraciones comerciales de los gestores. En Shin Chan se encargan de que veamos el lado divertido de recrearse en cuestiones tan básicas y cotidianas como hacer la compra, las discusiones de pareja, acudir al veterinario, cortarse el pelo, lavar los platos, conducir el coche, etc. Vamos, las cosas que hacemos todos los días. Basar una historia en algo tan simple como darse un baño en la bañera y que resulte cómico e hilarante me parece asbolutamente genial por parte de unos guiones infravalorados y un producto en general despreciado para el interesantísimo contenido humorístico que ofrece.
Nada es casual ni está dejado a la improvisación en Shin Chan, los dobles sentidos están a la órden del dia en las frases y situaciones de la serie, la crítica social es una constante, a veces muy sutil, e incluso el estilo gráfico algo tosco e infantilizado tiene su razón de ser como un elemento añadido de humor, no en vano su nombre original Crayon Shin Chan se refiere a las ceras con las que dibujan los niños, jugando con la siempre eficaz fórmula de critica ácida por boca del más inocente personaje: Un niño de 5 años.
Una absoluta maravilla de grandes virtudes como concepto que nada tiene que ver con la imágen de dibujos mal hechos y el trompa, trompa que solo quiere hacerse ver. Solo hay que ponerse a verla con los cinco sentidos para comprenderla en su máxima extensión.
Y ahora los reproches: Como toda serie veterana (Shin Chan lleva más de 15 años en antena y se sigue produciendo con éxito en Japón) los episodios más recientes pecan de acomodarse en la fama de los personajes y elaborar historias menos interesante, sufriendo un evidente desgaste similar al de la pérdida de calidad en las últimas temporadas de los Simpson, por ejemplo.
Después de haber tratado tantísimos temas en los más de 600 episodios emitidos, es lógico que las ideas se agoten y las nuevas historias busquen nuevos terrenos, a veces más descabellados y con menor calidad narrativa. Pero es inevitable. Aún asi se encuentran muy buenas historias en los episodios más actuales.
Parece una serie estúpida, mal dibujada, faltosa, aburrida … pero en el fondo es una gran crítica de la sociedad japonesa. Seguramente aquí lo vemos como unos dibujos idiotas porque en el fondo no lo entendemos: no conocemos su cultura, su forma de vivir, sus preocupaciones, su forma de pensar, aunque nos intentan trasmitir que a través de unos anime, cuatro películas de miedo y algunos videojuegos y consolas ya lo sabemos todo sobre ellos.
Allí les enseñan a ser educados, respetar a sus superiores y a los mayores, a trabajar duro. Es decir, todo lo contrario de lo que se ve en Shin Chan . Se puede decir que son los Simpson japoneses.
Y también afecta el público hacia el que aquí lo dirigen. Para mi gusto personal, no son dibujos para críos pequeños, sino para jóvenes y adultos.
DK
Un niño de cinco años con un piquito de oro (nótese la ironía), una madre ama de casa que gusta de ir de rebajas, un padre oficinista que se va por las noches de juerga con los de su empresa, una hermanita pequeña que se pirra por las joyas (pero sólo por las caras. Es un bebé y ya distingue entre las baratijas y las realmente caras y buenas, la tía) y el perro, todos reunidos para no parar de hacer el ganso. Es la familia Nohara dispuesta a vivir esperpénticas situaciones, tronchantes a más no poder.
La serie ha generado controversias a porrillo, sobre todo en éste país muy nuestro donde toda película o serie animada, cómic (sobre todo mangas) o videojuego es clasificado automáticamente para niños. Aún recuerdo perfectamente el ir a la compra y escuchar a las marujas poner verde a la serie con todas sus fuerzas. Me lo pasaba pipa cuando les decía: ¿Pero no saben ustedes que esa serie es para adultos? A todas se es caía la boca al suelo y me respondían cosas tipo pero si es de dibujos. Eso tiene que ser para niños por la fuerza. En fin, esas cosas pasan…
Otro aspecto por el que la serie es criticada es por el estilo de dibujo. Bien, hay que reconocer que no son extraordinarios y al principio choca, pero es el estilo del manga y está bien que se mantenga tal y como es.
Pero sin duda lo mejor de la serie es que, si lo piensas fríamente, ¿a quién no le ha pasado alguna situación rara como ocurre en Shin Chan? ¿Quién en su más tierna infancia no la ha liado gorda como lo hace él? Pensémoslo bien. Por ejemplo, las enormes diferencias de carácter entre los dos abuelos, el cachondeo de cuando a Hiroshi tienen que operarle de almorranas, etcétera, etcétera y un largo etcétera. Toda la serie es una autocrítica a la sociedad japonesa, pero creo que esa crítica también se puede aplicar a la sociedad en general.
Resumiendo, Shin Chan es una de las mejores series anime que he visto, adulta a pesar de su apariencia infantil.