Sesión continua
Sinopsis de la película
José Manuel, un director de cine separado de su mujer y que apenas tiene relación con sus dos hijos, prepara una película: Me deprimo despacio . Colabora en el guión su amigo Federico, al que acaba de abandonar su esposa.
Detalles de la película
- Titulo Original: Sesión continua
- Año: 1984
- Duración: 96
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Opinión de la crítica
Película
6
23 valoraciones en total
Sin ningún género de dudas esta es, junto con Volver a empezar, la mejor película de José Luis Garci. Es toda una portentosa reflexión sobre la vida y el cine, sobre como se prefiere refugiarse en el calor de la ficción del cine a estar a la intemperie de la realidad. Los dos protagonistas, magistralmente interpretados por los desaparecidos Jesús Puente y Adolfo Marsillac, son un guionista y un director de cine que se refugian en las películas porque lo demás les da miedo. Ambos son testigos de ese contraste entre la fábrica de los sueños que es el cine, y de los sueños que se desvanecen, que es la vida.
El director es un tipo solitario, no por elección sino por imposición, alguien al que le gustaría casarse y tener una vida estable, pero su pareja es alguien independiente, alguien que aparece y desaparece de su vida con frecuencia. Tanto le asquea la soledad que se inventa conversaciones con su difunto padre.
El guionista es alguien que ha dedicado toda su vida al cine, a la literatura y al teatro. Ahora se encuentra con que el amor de su vida, su esposa, quiere ingresar en un monasterio, después de toda una vida juntos… Pili, ¿sabes lo que es un flash back?
Por supuesto hay que destacar la magistral dirección de Jose Luis Garci. Y destacar la magistral banda sonora que compuso Jesús Gluck. Es una película dedicada a los maestros del cine, Ford, Wilder, Hitchcock, Allen… Y para todos aquellos que también se refugian en el cine de la intemperie de la realidad… Pues un flash back Pili es que tu y yo nos queramos un poco más, como antes…
Estimado Domiciano,
Esto es cine hablando de cine, que además es lo que más le gusta a Garci. Y entonces, claro, Garci va y se luce. Porque si hay alguien a quien le gusta el cine de los demás, y no sólo el suyo, ése es Garci. Sobre todo si la película es de las de antes. Y mucho mejor, si es de las de mucho antes.
Llena de frases para apuntar y de momentos para pensar. De lo mejor que puede verse. Eso sí, como siempre con este director, de noche, sin interrupciones y muy comodamente sentado.
333/03(02/10/09) Garci nos ofrece aquí un compendio de su cine, nos habla de lo que a él más le gusta, es decir, el Cine, Cine dentro del Cine, es un homenaje nada sibilino, ya en su comienzo realiza un encadenado de fotografías de los mejores directores de la historia, para a continuación contarnos la historia de dos amigos vinculados al medio, uno es José Manuel Varela (Adolfo Marsillach), un integro director de cine, solitario que habla en su casa con su padre muerto y que encuentra en La Mala (María Casanova) a su amor platónico, y el otro es Federico Alcántara (Jesús Puente), un guionista que vive un matrimonio vacío con Pili (Encarna Paso), los dos se apoyan uno en otro, mientras asistimos a diálogos brillantes, llenos de un lirismo poético delicioso, unos personajes que únicamente se encuentran cómodos en el mundo del Cine, los abstrae de la realidad. La cinta está plagada escenas maravillosas, con diálogos que homenajean al séptimo arte, remarcadas por el gran trabajo actoral, y es que Garci siempre sabe sacar lo mejor de los intérpretes, difícil destacar a uno, no quiero dejar de mencionar al descomunal José Bódalo, un coloso con el que el cine español no ha hecho justicia. Apuntar que me recuerda en cierta manera a la película de Aristarain Un lugar en ninguna parte. Recomendable a los seguidores de Garci y a los que gusten las buenas historias. Fuerza y honor!!!
De toda la filmografía de Garci, la última que me quedaba por ver era esta Sesión Continua. No hace mucho, también vi por vez primera Asignatura Aprobada. Ambas películas poco tienen que ver entre sí, pero si destacan por algo es por su carácter extraño en una filmografía compuesta de dos etapas claramente diferenciadas, cuyo punto de inflexión fue la obra maestra Canción de Cuna.
Sesión Continua no es la mejor película de Garci, pero sí el mejor guión. Normalmente, al realizador madrileño se le ha acusado de sentimentaloide e incluso cursi. Sin embargo, la fuerza vitriólica que inunda el mundo del cine, se ve reflejado en esta película, pero desde una perspectiva de amor. Esta película conforma la mejor película de cine dentro del cine después de Cautivos del Mal, pero todo gracias al portentoso libreto de Garci y Valcárcel.
A ello se le añade la concurrencia de dos actores en estado de gracia. Los monólogos que soporta Marsillach no son fáciles para ningún actor, pues rozan el surrealismo, pero éste los dota de realismo y credibilidad. Por su parte, Jesús Puente compone un gran personaje, alicaido y descreido, que solo cree en el celuloide, no obstante, no llega a superarse respecto de Asigntara Aprobada, donde realizaba un auténtico tour de force del que salía vencedor.
Sin embargo, hay algo que chirría toda la película, pues en todo el metraje está presente: el personaje de María Casanova, que no tiene pies ni cabeza, así como tampoco función alguna. Aunque ello no empaña la que es una de las mejores películas de Garci.
No creo que existan muchos admiradores del cine de Garci que superen mi devoción hacia su cine y su amor por el cine clásico, sus tertulias cinematográficas y sus programas que siempre he seguido descubriendo multitud de detalles, conceptos y soluciones que me habían pasado desapercibidos. Lo cual no significa que algunas veces no se pueda equivocar cegado por su pasión cinéfila, y algunas de sus películas no resulten brillantes. Eso es lo que ocurre con esta comedia dramática, excesivamente teatral y plomiza, en mi opinión, plagada de citas fílmicas y algo pedantes para el no iniciado. De ahí que el film de Garci, Sesión contínua, fuera un fracaso en taquilla, porque el público en general no tiene porqué ser un erudito cinematográfico y conocer o asumir los continuos guiños cinéfilos que Garci nos va lanzando continuamente, aunque seguro que es con la mejor intención.
No es menos cierto que Garci, hacía poco que había sido premiado con el Oscar, se había dado un baño de multitudes en Hollywood, rindiendo pleitesía a la industria americana y en cierto modo con esta película pretendía homenajear con esta modesta y mínima obra de cine dentro del cine, a todos esos maestros y leyendas del cine que aparecen al comienzo del film, muchos de los cuales había tenido el honor de conocer durante su visita a Los Ángeles, y a los que está dedicado la película. Por cierto, dejando claro que él la financió con su dinero, según parece llegó a deber unos 25 millones de pesetas de la época, sin costarle ni duro al contribuyente, no como otros presuntuosos que acostumbran a hacer experimentos con las subvenciones de nuestros impuestos.
Una película muy humana, nostálgica y melancólica, como casi siempre en el universo de Garci, que narra los avatares de Jesús Puente y Adolfo Marsillach encarnando estupendamente a un guionista y un director que preparan una película: Me deprimo despacio, a cuyo productor, el siempre magistral José Bódalo, intentan convencer de filmarla en blanco y negro dado el tema que trata. No deja de ser, el eterno dilema de buscar la fórmula del éxito. Los diálogos y situaciones intentan ser jocosas y brillantes pero no siempre lo consiguen, adoleciendo como ya dije antes de una excesiva acumulación de eslóganes cinéfilos. Unos personajes que prefieren refugiarse en el placer de la ficción a tener que enfrentarse a la dura y cruel realidad en sus respectivas vidas. Una dependencia de un tiempo pasado que no volverá. Un homenaje a la mitología del cine.