Serenata española
Sinopsis de la película
Corre el año 1910 y en el teatro se aplaude con entusiasmo la interpretación de la Serenata española de Isaac Albéniz. En uno de los palcos, una pareja, Laura y Brighton, recuerdan al genial compositor, al que conocieron muchos años antes. Siendo un niño ganó el primer premio en el conservatorio de Madrid como intérprete de piano y por temor a una paliza de su padre huyó de casa en busca de la gloria. Tuvo que ir de un país a otro e incluso se enfrentó en un duelo por el amor de una gitanilla. Cuando su vida iba cuesta abajo de cabaret en cabaret, el empresario Brighton, lo animó y apoyó de modo que su talento acabaría triunfando en todo el mundo.
Detalles de la película
- Titulo Original: Serenata española
- Año: 1947
- Duración: 105
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Opinión de la crítica
4.9
95 valoraciones en total
Igual que otras películas americanas anterior a 1947, aquí cuenta la vida de una ilustre músico, aquí lo ponen como si fuera un genio, un super dotado, que quizás lo fuera, pero según la biografía, no creo que fuera tal como lo pintan aquí, pero claro, hay que ensalzar a los artistas de aquí, en época franquista.
Lo interesante, es ver a un Carlos Larrañaga, de niño. Es la primera película que interpreta, y encima al mismo Isaac. Realmente, muy guapo Carlos de niño, ya que de joven también era muy atractivo. También interpreta muy bien.
También tenemos el primer papel de Carmen Sevilla, haciendo de niña también.
Sobre la película, aunque se inicia un poco en la vida, luego se pierde entre amores y tal, y acaba siendo una película más de amores.
No es desde luego un biopic de Albéniz. Lo que hay de él es su música. Pero tanto lo que cuenta de la infancia como de cómo fueron sus estudios en Bruselas es pura invención. Como el bulo de que conoció a Liszt.
No importaría si el guión fuese bueno, pero no lo es, está deslavazado , con diálogos retóricos, a veces manidos y a veces ridículos.
Los intérpretes, con eso, hacen lo que pueden. Julio Peña se empeña, valga el chiste, pero no cuela. Juanita Reina está de relleno.: es absurdo hacer algo inspirado en Albéniz para hacernos oír a Juanita, por otra parte con una voz y una gracia indudables. Y el papel de Manuel Luna es exagerado, lleno de falso gitanismo. Tampoco el papel de Antonio Vico viene a cuento.
No solo no ha aguantado su longeva edad, sino que se ha hundido.
Luis Marquina, autor de otros guiones buenos, aquí falla clamorosamente.
Como en el caso de El huésped de las tinieblas (1948), de Antonio del Amo -una muy fantasiosa biografía de Gustavo Adolfo Bécquer- Orduña opta por una biografía del famoso compositor Isaac Albéniz en la que hacer el personaje biografiado más interesante para los espectadores supone hacer que el mundo interior, artístico y estético del músico biografiado organice y estructure el argumento. Así pues, hay aquí mucho amor a España, y sobre todo a Andalucía, y también mucho asunto amoroso y sentimental, a veces muy retorcido, sobre todo en la relación entre Juanita Reina y Manuel Luna, y también, pero menos, en la relación entre Maruchi Fresno y Julio Peña. Claro que esta manera tan libre, pero a la vez tan cinematográfica, de entender un biopic a la española, se emplea para justificar el film como vehículo de Juanita Reina y sus cualidades como estrella folclórica. A destacar las interpretaciones de los actores secundarios: Félix Fernández, Manuel Luna, Antonio Vico, Jesús Tordesillas, y un pequeñísimo Carlos Larrañaga interpretando a Albéniz de niño.
No es, seguramente, una biografía muy fiel a la realidad, pero sí interesante.
La crítica anterior define perfectamente el contenido y las características de este film biográfico en el que se pueden hallar algunos defectos argumentales y un trazado de personajes un tanto descuidado donde existen reacciones incluso absurdas ante ciertos hechos. Sin embargo Orduña consiguió imprimir a las imágenes una textura agradable y un interés ambiental evidente revelando un gusto exquisito como realizador en una de las obras más interesantes de su desigual filmografía en la que hay films mejores que otros que son menos afortunados en el tono. El arte personalísimo de Juanita Reina y la apabullante elegancia interpretativa de Julio Peña interpretando a Isaac Albéniz dominan todo el conjunto y las escenas donde actuan juntos desprenden un romanticismo maravilloso que conquista al espectador. María Martín se luce en su papel de vampiresa y Antonio Vico, Maruchi Fresno, Jesús Tordesillas y Manuel Luna ofrecen unas brillantes creaciones ya que Orduña los dirige muy bien y hay esa fuerza emotiva que le gustaba dar a sus películas. El reparto está compuesto de ases del cine español de los años 40. Una película de tono clásico con alicientes más que suficientes.