Secuestrados
Sinopsis de la película
Jaime, Marta y su hija Isa acaban de mudarse a una selecta urbanización de las afueras. Mientras se preparan para celebrar la primera noche en su nueva casa, tres encapuchados irrumpen violentamente en la vivienda con el objetivo de robar y sin importarles el horror que siembren a su paso.
Detalles de la película
- Titulo Original: Secuestrados
- Año: 2010
- Duración: 85
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Opinión de la crítica
Película
6.1
89 valoraciones en total
Si algo ha logrado Secuestrados , a parte de hacerme pasar un mal rato, ha sido sorprenderme. Al leer la sinopsis sabemos que durante una hora y media vamos a presenciar cómo una família es secuestrada en su propia casa por tres encapuchados. No estamos ante nada nuevo. En films como Los Extraños , la francesa Ils , o Funny Games ya se explotó la idea de este tipo de violaciones y quizá por eso no me esperaba mucho de esta película.
Rodada en unos cuantos planos secuencia que nos hacen más partícipes y haciendo uso en ocasiones de la pantalla dividida, la película empieza con una escena que nos pone en situación desde el primer momento. A partir de aquí, nos encontramos inmersos en un estado de tensión continuo gracias al ambiente que Miguel Ángel Vivas consigue crear. A parte, las buenas interpretaciones del equipo protagonista ayudan a crearlo (Manuela Vellés está fantástica, lo borda), hasta llegar a un último tramo que culmina con una excelente escena final.
Lo dicho, me he llevado una grata sorpresa y es todo un orgullo que el cine español, de vez en cuando, deje caer películas como esta. Fans del género, no os la perdáis.
Y no, no secuestran y apalizan a Jose Luis Moreno sino a una familia bien que se acaba de mudar a un chalet y tienen problemas con el calentador y la línea de teléfono.
Si esto ha sido capaz de impresionar a Sitges, el nivel debía andar por el subsuelo. Y no es que yo sea una espectadora exigente, me sigue dando miedo el Exorcista y Milenio 3, pero es que Secuestrados da ganas de salir de la sala a los 10 minutos de metraje, porque prevés lo que va a suceder y porque para pasar un rato viendo gemir y sufrir a las 3 mismas caras te ahorras el rato.
Alguien ha querido jugar a ser Hanecke, pero se deja 3/4 del talento por el camino. Aquí no hay tensión, no hay empatía con los protagonistas, no hay esa turbación ni ese estilo aséptico que hace sentir al espectador que el que está sucio es él por estar delante de la pantalla. Aquí sólo hay sangre, personajes planos y una Manuela Vellés gimiente que no puede sostener una trama aburrida y previsible, aunque hace lo que puede.
No he sufrido. No me he puesto nerviosa. Ni siquiera me he esforzado en pensar maneras en las que yo intentaría salvarme, porque la película repasa todos esos tópicos.
Por cierto, añado el mal gusto del paralelismo de la cinta con el famoso crimen de Pozuelo en el que también destrozaron a una familia. Vamos, que el argumento encima tiene muy poco de original.
Empiezo a mosquearme con el festival de Sitges. Después de hace una semana más o menos descubriese que un bodrio espantoso como Mutación asesina se llevó el premio a los mejores efectos especiales en dicho festival, teniendo como mayores fx que un alienígena supuestamente roba una cabeza (no todo el cuerpo) de un negro, para ponérsela él (sí, la peli promete, ehh) y el actor pasa a ser el mismo negro que han matado hace unos minutos, y así sucesivamente en tres o cuatro ocasiones en la película, pues, como digo, después de esta experiencia, llego y veo Secuestrados, de Miguel Ángel Vives, director del que sólo tenía como referencia un mediometraje titulado te veré en mis sueños que aunque parte de un tema tan trillado como el género zombi y aquí en FA parece no ser del agrado popular, a mí me pareció destacable y con más personalidad y potencial que la vergonzosa película que tuve que presenciar anoche en su preestreno (24/2/2011) Y digo vergonzosa ya una vez calmado y relajado en casa, una vez descansado y reflexionado todo lo visto, pues según la veía era tal el cúmulo de sensaciones por los que pasé que estuve a punto de la crisis emocional. Según avanzan los minutos, paso de un comienzo prometedor, a una decepción, a enfado, a la comedia y por último a la vergüenza ajena, de la que casi me tapaba para que no me asociasen con lo que estaba viendo, no quería reconocer que la había visto.
Hoy, ya más calmado y con la furia amansada, puedo y debo dar mis impresiones para que quien quiera disponerse a verla sepa a qué se enfrenta.
Un primer plano horizontal, con la cámara tumbada al ras del suelo, de un hombre con una bolsa en la cabeza, me da a entender que aquí puede haber algo interesante, incluso puede que bueno, novedoso, o simplemente entretenido. La cosa continúa, planos secuencias con cámara en mano, y ya vas asociando un estilo REC al proyecto. No es innovador pero no importa, siempre y cuando se haga bien la propuesta y se adecue a lo que se cuenta. Pero de pronto llega la decepción, a manos de un truco tan manido y rastrero como una música para crear tensión o sobresaltos. Y en este caso molesta especialmente por el estilo hiperrealista que venía trayecto la película y que en un minuto con una estúpida música tira por la borda. Y es el principio de una caída en picado.
(Continúa en el spoiler)
Mal dirigida y peor escrita, Secuestrados es una mera copia de films como Los extraños (véase), llevada hasta sus últimas consecuencias. En su favor ha de decirse que le aspecto visual es irreprochable, pero también que el coste por la escasez de escenarios sin duda es mínimo, lo que permite un mayor alarde funcional de los mismos, que falsea la capacidad del director para hacernos tensar los nervios.
El otro punto extremadamente flojo es la interpretación de Manuela Vellés. Siendo una buena actriz, aquí apenas se limita a dar grititos cortos y muy seguidos, como en estado de shock, lo que sin duda es lo que le pidió Miguel Angel Vivas, el director del asunto, que tampoco logra sacar nada de lo poco que aparece el personaje de César, salvo una pésima interpretación del actor que le da vida.
Y seguro que está orgulloso, oigan.
Por último, las inspiraciones de Vivas no se quedan en Los extraños , hay referencias expresas a El Cabo del Miedo (versión Scorsese), pero estos secuestradores del film no son Max Cady, y el personaje de Cayo no es el de Nick Nolte… Con la que no le encuentro parecido (sí en la trama, no en lo que plantea el film realmente) es con Funny Games , a pesar de que todo el mundo la cita cuando habla de este film. Lo que hizo Haneke es reflexionar sobre la violencia de nuestra actual sociedad. Lo que hace Vivas es regocijarse en ella, sin plantear el más mínimo dilema moral.
Es de agradecer que productos de este calibre se realicen en nuestro país. Atrás quedan los prejuicios al género que tanto se han cosechado en España y que tan flaco favor han hecho. Ya era hora que alguien viniera a proporcionar tal nivel de descarga de adrenalina en una historia que no concede al espectador ni un instante de tranquilidad una vez presentados los personajes.
Secuestrados viene a ser la Funny Games de Haneke pero a un ritmo que corta el aliento. Mientras que la cinta del alemán presumía de una elegancia macabra que dejaba sin respiración al espectador, Secuestrados, como buen producto nacional, es más visceral. Opta por inundarnos de gritos y casquería para dejar al respetable con el culo bien pegado a la butaca.
Sorprendentemente, la obra de Vivas ha logrado calar en la crítica de forma considerable, y digo sorprendentemente porque una cinta de género con pocos actores, escasos decorados y un guión sencillo nunca fue tan aplaudida.
Filmada de forma excepcional en un docena de planos secuencia , Secuestrados se nos presenta como un directo ejercicio de violencia. Vivas no pretende hacer juicios de valor. No encontramos en la cinta ninguna metáfora ni análisis social. El cineasta se limita a presentar unos hechos tal y como son, para bien o para mal, y si no son del agrado del espectador, ahí está la puerta. No dibuja héroes sino vende una realidad que aunque duele no se puede obviar.
El espectador acaba hecho polvo tras el visionado del filme. El morbo que conduce a ver la cinta se transforma en desasosiego en los últimos minutos. Estos sustantivos se consiguen gracias a la entrega de los actores. Si bien algunos secundarios están para olvidar, tanto Ana Wagener como la joven Manuela Vellés hacen quitarse el sombrero. Dicen que un papel cómico es más complicado de ejecutar que uno dramático pero hacer pasar miedo, inquietud o angustia es realmente de matrícula de honor, y aquí ambas actrices están soberbias. Vellés, entregadísima, convence con un personaje complicado y una interpretación en la que si no echa el resto puede caer en el ridículo, y afortunadamente sale más que airosa.
Lo que resulta lamentable es que a estas alturas Secuestrados no tenga aún distribuidora en España, mientras que ya ha sido vendida a una treintena de países. Lo repito, lamentable.
El film se me antoja como uno de los mayores aciertos del cine made in Spain del presente año en el que pequeñas cintas con bajos presupuestos y pocos actores convencen más que los nuevos proyectos de los grandes nombres del cine español.
Lo mejor: la entrega de las actrices y el atrevimiento de su director.
Lo peor: el casting de secundarios.