Scabbard Samurai
Sinopsis de la película
Kanjuro Nomi es un samurai sin espada, sólo conserva su funda. Tras abandonar por completo la violencia y embarcarse en un viaje con su hija Tae, ahora está en busca y captura como desertor. Su única opción de salvar la vida es hacerle recuperar la sonrisa al príncipe, triste desde la muerte de su madre. Para ello dispondrá de 30 días, si no lo logra, deberá cometer sepukku .
Detalles de la película
- Titulo Original: Saya Zamurai (Scabbard Samurai)
- Año: 2010
- Duración: 103
Opciones de descarga disponibles
Si lo deseas puedes obtener una copia la película en formato 4K y HD. Seguidamente te añadimos un listado de opciones de descarga activas:
Opinión de la crítica
Película
6.8
98 valoraciones en total
Dicen que toda comedia contiene drama y viceversa. Y cualquiera que haya visto alguna película de Hitoshi Matsumoto puede constatar que el realizador lleva esta afirmación al límite, mezclando ambos géneros de forma genuina y original. Su Big Man Japan presentaba a un superhéroe con problemas maritales y estaba contada en tono de falso documental. Symbol tiraba del planteamiento inicial de Old Boy (el encierro de un hombre en un cuarto) para dar saltos entre Japón y México y dejar de paso una fábula sobre las acciones y las consecuencias. Scabbard Samurai es una película de un samurái sin espada que está perseguido por la ley y que una vez capturado tiene 30 días para hacer reír a un niño. Si no lo consigue, se le obligará a cometer seppuku, un ritual de suicidio que implica abrirse el estómago de lado a lado.
Así la película se inicia como una comedia absurda y poco a poco va adquiriendo cierta solidez hasta que en su tercer acto el drama se amplifica. Es justamente en este momento cuando la película, de ser curiosa, pasa a ser una cosa radicalmente diferente y se gana el respaldo del espectador, que sólo puede mirar a la pantalla y rezar para que a ese pobre personaje le salga algo bien de una vez por todas. Protagonizada por un reparto en estado de gracia (que incluye al mejor niño actor -bueno, niña- que he visto en años), contada con chispa y tremendamente imaginativa, Matsumoto se atreve y al final usa sus armas para dejarnos sin habla mediante una vuelta que no se veía venir y que encima, funciona. Al final, la única verdad absoluta es que Scabbard Samurai merece la pena aunque sea por sus últimos 20 minutos. Una delicia que arrancó aplausos en Sitges en prácticamente cada intento del protagonista por cumplir su misión. Una de las mejores películas asiáticas del año.
Hitoshi Matsumoto es un director (y cómico) cuyas películas no pasan desapercibidas. Odiado y amado a partes iguales. Su anterior título, Symbol, me sorprendió por su originalidad, fluidez y sentido del humor bizarro. Scabbard samurai no se queda atrás en ninguno de estos aspectos. Posiblemente Matsumoto esté algo mal de la cabeza, pero me gusta su cine transgresor.
La película se puede divid¡r en tres partes.
Todo comienza con Nomi Kanjuro (Takaaki Nomi), un samurai que a la muerte de su esposa abandona su katana y huye junto a su hija Tae (magnífica actuacion de la niña Sea Kumada, Orthros no inu). El samurai sin espada es digno de ver. Gafas culo-vaso, ropas que le quedan MUY cortas, dentadura picada… Tae es todo lo contrario.
Se le busca por desertor y varios cazarecompensas van tras él. Entre ellos hay una geisha armada con un shamisen que esconde una afilada hoja (Ryo, Elevator to the gallows), un asesino amanerado que viste de un rojo sangre y armado con dos revólveres y por ultimo una especie de monje shaolin llamado Gori Gori al que deberían apodar Señor dou iu koto da yo (repite esta frase hasta la saciedad).
Esta parte es absurda y bizarra, con un humor negro que puede provocar que más de uno deje de ver la película al poco de empezar pensando que está ante una muestra de cine sin sentido. Error.
La segunda parte de la cinta comienza con la captura del samurai. En el juicio es condenado a muerte por seppuku (lo que en occidente llamamos erróneamente harakiri). Sin embargo, se le concede una última oportunidad. Si consigue hacer reir al príncipe (un niño que no lo hace desde que murió su madre) antes de 30 días, se le perdonará la vida. Cada día a mediodía debe presentarse ante el príncipe e intentar que ría de nuevo.
Para ello contará con la inestimable ayuda de sus dos carceleros (Itsuji Itao y Tokio Emoto, ambos soldados en Oba: the last samurai). Entre todos van ideando actuaciones (gags) a cual más absurdo y loco para provocar la sonrisa del niño.
El humor fácil se entremezcla con gags más elaborados que buscan la provocación y la risa-complicidad del espectador. Normalmente, es habitual encontrarse con películas que incluyen uno o dos personajes cómicos que ponen la gota de humor. En Scabbard samurai sucede justo lo contrario: todos los personajes son cómicos salvo los dos niños, Tae y el príncipe. La hija del samurai pone el punto dramático a la historia, que en realidad es un drama: no hay que olvidar que alguien morirá en 30 días…
Sigue en Spoiler…
Hitoshi Matsumoto se consolida como uno de los directores más creativos del siglo XXI.
Con sólo 3 films en su haber ya ha dado sobradas muestras de su capacidad para divertir y sorprender.
Su obra maestra sigue siendo para mi Symbol, una película que shockeó al público en general, pero nada hará que desestimemos Big Man Japan o la reciente, Scabbard Samurai.
En este caso hablar de Scabbard Samurai nos lleva a analizar el film más emotivo del director japonés, aunque no por eso menos divertido que los anteriores.
Sin embargo el nuevo film es tal vez el menos bizarro y más moderado.
Scabbard se inicia con una secuencia de excelente edición al estilo Sin City, acompañada de una bella música digna de los Estudios Ghibli.
El Samurai sin espada, que aborrece los conflictos y huye de cada pelea, va siempre acompañado de su hija. Aún rechazando cada batalla, su pasado lo condena y luego de una persecusión, la policía logra darle captura.
Ahora tiene 30 días para hacer reír al príncipe que desde la muerte de su madre no logra hacerlo. De no lograrlo deberá cometer sepukku (suicidio)
Cada día el samurai intentará lograr la sonrisa salvadora, bajo la extricta lupa de su hija pequeña, que lo tiene al trote.
Párrafo aparte para la actuación de Sea Kumada, la pequeña actriz que sobresale por encima del resto.
El film comienza lento y cauteloso, y a medida que avanza se va volviendo más cómico, con el sello de Matsumoto. El final, obviamente bien alto, incluye una veta tierna que no hemos visto antes en el director.
Sin descollar como Symbol y tal vez menos cómica que Big Man Japan, Scabbard Samurai sirve igualmente para ratificar el enorme presente de un director que nos logra divertir como pocos, y que apuesta a movimientos jugados y extremos para diferenciarse.
Gracias maestro!
Nota: 7,5
Scabbard Samurai es una comedia dramática que consigue darte un vuelco al estomago. El director Hitoshi Matsumoto muestra una serenidad y perfecto dominio de las emociones, controla a la perfección el tempo y la narrativa. El inicio de la película desconcierta, con una puesta en escena tan efectiva como graciosa, nos preparan para pasar por una presentación de personajes sublime. Una vez estamos en situación comienza el espectáculo. La historia a modo de cuento, se narra a través de pocos personajes, la principal constante es el humor, en algunas ocasiones algo alocado, pero el tono de la película permite esa clase de excesos. Durante el desarrollo de la trama habrán varios contrapuntos dramáticos, poco a poco la emoción florece y nos conduce hacia un clímax de imprevisible emotividad.
Los personajes principales están muy trabajados, su progresiva evolución está representada con perfección. El samurái sin espada Nomi, interpretado por Takaaki Nomi, apenas sin dialogo consigue hacernos pasar de la risa a la congoja. Todo ello con la ayuda de Sea Kumada en el papel de hija, es la pieza clave para que todo el engranaje de emociones funcione. El tono auto paródico es constante, pero durante el segundo acto la parte más cómica está trabajada de forma muy meticulosa, jugando con la repetición y acertados fuera de campo, se consigue que la relación entre encuadres y situaciones cobre un sentido que arranca sonrisas, incluso carcajadas.
Scabbard Samurai se trata de una de esas películas donde la fotografía, la preciosa banda sonora, diseño de producción, montaje, etc… Todos los elementos están bien encajados, compenetrados siempre al servicio de la película, lo único que puedes hacer es dejarte llevar, eso si, siempre siendo participe de la historia. Hitoshi Matsumoto demuestra una gran capacidad de trabajo, la forma de sintetizar el trasfondo de la película con cuidados detalles, a través de un tratamiento de frescura original, consigue que en ningún momento llegue la monotonía. Siempre hay expectativa, consigue que nos involucremos con los personajes con una narrativa visual y sonora que califico de sorprendente. La base de la película es la comedia, pero con el contrapunto dramático desarrollado con precisión, a pesar de lo simple que puede parecer, poco a poco alcanza cuotas muy elevadas y termina siendo una elaborada pieza sentimental. Se consigue hacer florecer las emociones con una delicada sensibilidad y profundo respeto. Dependerá del temperamento de cada persona, pero mucho ojo con la recta final del tercer acto, a mi me saltaron las lagrimas mientras no podía dejar de sonreír, una combinación brutal que como he comentado al principio, consigue un vuelco de estomago que te deja en un estado flotante. Incluso el pequeño detalle tras los créditos finales te arranca una sonrisa tonta cargada de sana melancolía.
Comedia dramática, drama cómico, samuráis sin espada, asesinos patéticos, guardianes enrollados, niños sin sonrisa… Este es el cóctel con el que trabaja Matsumoto para regalarnos una historia original, llena de humor, de sensibilidad, de surrealismo japonés.
Lo mejor de la película es la historia tan original, llena de detalles y de humor. Un humor inocente e infantil, pero efectivo, que logra sacarnos más de una sonrisa y hasta alguna carcajada.
Los dos protagonistas están soberbios, el padre ejerciendo de freak total y la hija que se gana cada plano a medida que transcurre la película.
Lo más discutible, quizás sea ese final tan poco esperado, pero precisamente por eso, me parece una genialidad, una forma de que esa sonrisilla se congele en tu cara y en apenas unos instantes la alegría se convierta en pena.
Lo mejor: la historia tan original, algunos de los gags.
Lo peor: el inicio puede echar para atrás a más de uno.