Sangre de Cuba (Cuba Libre)
Sinopsis de la película
Cuba, 1958. Último año del régimen de Batista. La revolución de Fidel Castro está a punto de triunfar y cuenta con el apoyo del Che. El nieto de Che, el Niño, y su abuela Beta van cada noche al teatro del barrio a ver las mágicas películas de Hollywood. Una noche, de repente, la luz se va, pues los rebeldes han volado la planta eléctrica del pueblo. Pasará un año antes de que vuelva a haber luz. Atrapado entre la lealtad hacia su familia y los tormentos causados por un primer amor, el Niño se enfrentará a un nuevo mundo de pérdida de la inocencia, traición, desilusión y redención.
Detalles de la película
- Titulo Original: Dreaming of Julia (Cuban Blood) (Cuba Libre) aka
- Año: 2003
- Duración: 109
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Opinión de la crítica
4.3
56 valoraciones en total
En la trama se evocan los recuerdos de un niño fanático del cine durante los últimos días de 1958 en la ciudad oriental de Holguín, hasta que abandonó la isla en compañía de su familia.
Es la historia del propio director, Juan Gerard, que desde su regreso a Cuba en 1987, quiso apresar las vivencias de su infancia en un filme. Es crítico de cine y fundó el Festival Internacional de Cine de Puerto Rico. Desde San Juan se hicieron los contactos para filmar Cuba Libre, escrita y producida conjuntamente con su esposa, la abogada Letvia Arza-Goderich.
Ante la negativa de Alfredo Guevara, director del festival de La Habana en aquel entonces, Gerard tuvo que conformarse con realizar su proyecto en Santo Domingo.
Harvey Keitel había aceptado trabajar en el proyecto y fungía como enlace entre el director y los inversionistas alemanes que pusieron los $3 millones para la producción. En el caso de Gael García Bernal, su interés por aparecer junto a Keitel fue decisivo.
Lo más difícil en la realización de Cuba Libre fue conseguir los derechos para incluir el pietaje de los filmes Julie (1956) y Casablanca (1942) que aparecen durante la trama.
Se tuvo que esperar más de un año por la autorización de Time Warner, también Doris Day se demoró en aprobar el uso de su imagen en las escenas de Julia. Algo parecido ocurrió con la canción Perla Marina, los hijos del autor Sindo Garay, comenzaron a pedir desde Cuba una suma de dinero asombrosa.
Cuba Libre concluyó en el año 2003, desde entonces ha competido en más de cincuenta festivales alrededor del mundo, ha obtenido varios premios y se ha exhibido en treinta países.
Gerard nunca fue partidario de ponerle un título tan politizado, de hecho bautizó su película con el nombre de Dreaming of Julia, pero los productores exigieron Cuba Libre, y por culpa de una copia pirata que salió desde México bajo el nombre de Cuban Blood, su obra ha tenido dificultades para la exhibición comercial en Estados Unidos.
Creo no había visto antes nada igual, he visto películas malas pero con un poco de entretenimiento, esto se sale.
La crítica anterior hecha sobre esta película resume las intenciones y los objetivos de la producción de esta película, el presupuesto, quien es el director y los actores que en ella participan así que me ahorro estos comentarios.
La película es caótica, no se centra en ningún tema, el guión es malo, el montaje deja mucho que desear, la música no pega en absoluto con las escenas, la película no ambienta ningún lugar en concreto, es de Cuba de quien se habla y sin embargo no hay nada que pueda ayudar a pensar en donde está situada la película, son tantas las cosas básicas que la película no hay por donde cogerla perdiendo el interés desde prácticamente el principio.
Quizás esté hecha con poco presupuesto y con buenas intenciones pero el resultado es el aburrimiento por encima de todo.
La película está acompañada de caras famosas del cine actual que han dado su cara con toda la buena intención de promocionar y ayudar al director pero eso no ayuda para nada al resultado final, al contrario da más lástima que otra cosa el ver a buenos actores sin saber por donde les da el aire a la hora de actuar.
Escenas de cine barato, diálogos tontos, actuaciones patéticas y con un montaje sin sentido tenemos el resultado de una película prácticamente amateur…si eso se podría decir.
No juzgo más la película pues todo el rato daría vueltas sobre lo mismo, una película con nacionalidad dominicana que habla sobre Cuba y donde ni la una ni la otra tienen presencia real.
Ese es el primer enigma que aparece en la película. ¿Quién es ese Che viejo y con un nieto que se presenta en medio de la revolución cubana como el hombre más poderoso del pueblo? Por desgracia no es el único enigma, ya que te planteas donde está Fidel Castro, qué narices pintan todos y cada uno de los personajes, dónde narices está la revolución, porque sale Gael García Bernal en la portada si solo es un mindundi que no sabe ni la teoría de lo que es ser rebelde y donde narices está Cuba.
Si nos quedamos con estos enigmas en una película normal, todos tendrían resultado. Pero esto no es una película normal, es un bodrio. Y como bodrio que es, todo queda suelto, sin respuesta, sin un mínimo de decencia por el pobre espectador que, en su pequeña inocencia se dejó engañar por una sinopsis prometedora de oro cinematográfico y se ha encontrado con un papel amarillo y arrugado. Incluso me atrevo a decir que ese papel estaba roto y el director lo ha pegado con celo como buenamente (quiero pensar que buenamente) ha podido, para después enseñarnos esas imágenes, diálogos, sonidos e interpretaciones inconexas entre si.
Pero lo que me molesta no es solo eso. Si no que me lo metan todo en uno de los hechos más importantes de la historia contemporánea, con un personaje con el mismo nombre que uno de los más aclamados guerrilleros de la revolución (sin entrar en politiqueos) y que apenas se nombre la historia con un policía tontorrón, un rebelde idiota y un corte de luz, que aseguran provocaron los rebeldes aunque me creo más que se cayera un árbol encima del generador y, con el coeficiente intelectual tan bajo que demuestra el pueblo, nadie hubiese sido capaz de darse cuenta.
Y ya para añadir la guinda amarga de la tarta, os aseguro que el final no tiene desperdicio. Quince minutos desviviéndome para que saliesen los créditos y me pudiese ir a la cama, a ver si me despertaba muy lejos de esa película. Pero no, me martirizaron con quince minutos de despedidas baratas, de lloros con una justificación cutre y todavía no nos hablan de Cuba. Por favor, casi vomito.