Sandy Wexler
Sinopsis de la película
Sandy Wexler (Adam Sandler) es un representante de clientes excéntricos del mundo del espectáculo en Los Ángeles durante la década de los noventa. Su inquebrantable devoción se verá puesta a prueba cuando se enamora perdidamente de su nuevo cliente, Courtney Clarke (Jennifer Hudson), una cantante de gran talento a la que descubre en un parque de atracciones.
Detalles de la película
- Titulo Original: Sandy Wexler
- Año: 2017
- Duración: 130
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Opinión de la crítica
Película
4
90 valoraciones en total
Enésimo (por decir un numero) intento de Adam Sandler por parecer gracioso sin conseguirlo ni en un solo minuto de esta comedia sin gracia. Hay una cosa que no entiendo en ese humor apático de Sandler… si hace años que no le funciona ¿por qué lo repite una y otra vez? Sandy Wexler es la repetición de la misma fórmula de siempre (de la productora Happy Madison) pasada aquí por el tamiz de Nexflix que le otorga una factura visual pobre e igual de apática que su humor. Nada en Sandy Wexler funciona, ni, aunque la hubiesen rodado hace 40 años habría resultado graciosa (no tiene ni la virtud de ser un humor pasado de moda). Los personajes son estúpidos, mal definidos y peor interpretados. La historia es un despropósito que apenas cuenta nada y pretende ser un vehículo de Sandler. Y lo consigue: es un excelente vehículo para mostrar el humor repetitivo, aburrido y carente de humor de Sandler. ¿En serio lo va a seguir intentando? Por favor… no.
Sandy Wexler es aburrida, tópica, sosa y el peor ejemplo de lo que Netflix y Sandler pueden ofrecer.
La he terminado de ver y reconociendo sus aciertos y sus fallos, me entretuvo. En lo positivo, la historia de los protagonista, las canciones de Jennifer Hudson, la crítica a la fama y a todo lo que lo rodea y algún punto gracioso en los clientes excéntricos.
En lo negativo, los cameos, su excesiva duración, la forma en la que afronta Sandler al personaje, lo encontré demasiado exagerado. Para pasar el rato sin más, no es de sus peores películas. Un placer.
De nuevo Steven Brill al ataque con Adam Sandler en una merecida comedia. Nadie como los americanos para mezclar comedia con ese punto de sensaciones tiernas dirigidas al corazón, de siempre se les ha dado bien rematar la comedia más gansa posible con la lagrimita fácil. No tienen reparos en mostrar la sensibilidad y el afecto de golpe, llegan a ello de una manera fácil, y probablemente, dicho sea de paso, de una manera artificial, pero les sale bien. No es fácil que la gente muestre sus sentimientos cara al público como lo pueden hacer en privado, pero esta gente demuestra que es posible hacerlo y bien, con bromas y cariño. Así que de entrada tienes una de esas fiestas para mostrar el reconocimiento público de alguien, con mucho jolgorio, de buen rollo, de saludar a viejos conocidos y recordar batallitas, y en esta ocasión toca reconocer la larga trayectoria de Sandy Wexler, un manager muy especial. Y sí, de entrada te acuerdas de otro famoso manager que hubo: Danny Rose, de la película Broadway Danny Rose, 1984, y ese mismo aire festivo, de conmemoración, de homenajes, de diálogos con el punto Woody Allen, que se le va recordando mientras transcurre la película, está presente aquí, y resulta un aire muy adecuado y muy bien hecho también. Sandy Wexler puede estar inspirada en Danny Rose como miles de películas están inspiradas en otras anteriores, pero no son ni versiones ni remakes, son casos, nada más, casos que se dan.
Y en ese homenaje a Sandy Wexler encontramos a Norm, el de Cheers, y a viejos famosos del pressing catch, y de las variedades, al estilo de Woody, como hemos dicho, y a Adam Sandler imitando un poco a Jerry Lewis y, coño, tampoco es para echarse a llorar. Es una comedia irreal si se quiere, no creo que haya personas como Danny Rose o Sandy Wexler en el mundo de los representantes de las estrellas del famoseo: del deporte o de la canción o del espectáculo, se supone que lo que habrá serán tiburones rastreando el negocio, pero de esto va la propuesta, de un personaje opuesto, de coger y decir vamos a introducir a un personaje tierno, imbécil, sonado, en un mundo de sagaces cazatalentos sin escrúpulos, y vamos a mostrar que un personaje así puede ser querido, que gente así no triunfa, de acuerdo, que no existirá, de acuerdo, pero que sería querido y deseable también es cierto. Y ese contraste es lo que estas películas consiguen llevar a cabo con total soltura. Y Sandy Wexler, Adam Sandler, es así, como la película, muy tonta, pero te ríes, está bien hecha. También es muy particular, no todos llegarán a aceptar a este tipo de personas, pero lo que está claro es que esta gente tiene amigos de verdad, a los tiburones cazatalentos, a los listos, se les teme, no se les aprecia, en cambio, los otros se ganan la simpatía de los que les rodean e incluso se les busca para pasar el rato. Nadie quiere tiburones a su lado. Es una propuesta diferente, con buenos golpes, decentemente presentada, bien actuada y muy recomendable (las bajas notas son injustas), y bueno, que es una película, que no engaña, que es del payaso de Adam Sandler, por favor…
Debo de ser el único de la faz de la Tierra que todavía se sigue riendo con los chistes de Adam Sandler, esta vez menos obscenos que en otras ocasiones pero igualmente me sigue arrancando alguna carcajada que otra. Estoy un poco harto de dar explicaciones cada vez que hablo de una cinta de Sandler. Soy consciente de que no es un gran actor, posiblemente esté entre los peores, pero sigo diciendo que tiene buenas películas y tiene potencial para seguir haciéndolas, mismamente sus cintas con Drew Barrymore funcionan por la química que comparten. Creo que Sandler debería dejar de escribir los guiones y tomarse más en serio su carrera, porque cada cinta que hace y sobretodo con Netflix siento que es una reunión de amiguetes que se lo pasan bien y siguen consiguiendo billetes porque más allá del mundo cinéfilo a la gente le gusta, porque sino no sería de las películas más vistas de Netflix o en taquilla cuando aparece. Dejando de lado la filmo de Sandler que tiene de todo básicamente, he de decir que Sandy Wexler posiblemente sea su película más autoparódica y homenaje de su filmografía, una comedia estúpida consciente de lo que es, al igual que le ha pasado a otras cintas de acción que ya se sienten comedias como Furious 8 por poner ejemplo reciente. Evidentemente el humor reiterativo, el guión que hace aguas (lo del mapache es forzado cuando hay un hombre en la casa de Hudson y no necesitaba la aparición de Sandler) y las sobreactuaciones harán de los haters de Sandler más fuertes aún, pero creo que parece una descripción de su carrera, una serie de personajes estúpidos que triunfan con el lema de algunos tontos tienen suerte. Me lo he pasado bien y pese a que dure dos horas, creo que las canciones de Jennifer Hudson son muy emotivas, la relación romántica funciona y algún que otro gag también. No tiene un buen guión pero tampoco lo busca. El mayor defecto de Sandler quizás sea la falta de riesgo, de madurez y de pensar en que puede abrirse a nuevos caminos como se abrió en su momento con Punch Drunk Love y En algún lugar de la memoria. Aún así, seguiré esperando cada película que salga de este actor hasta que me muera, puede que con esta opinión sea la crónica de un suicida pero bastante contento con lo que ve pese a la carencia de calidad abierta a todo tipo de espectador.
Parafraseando a Cicerón, me gustaría hacerle esa pregunta al hombre que ostenta el record de nominaciones a los Razzies, detalle que lo dice todo de lo penoso actor que es. Lo peor es que Netflix ha firmado un acuerdo con él para salir en otras tres películas más en los dos próximos años. Ahora que ya nadie va al cine a verlo, para Sandler es una bendición no tener que rendir cuentas de cuántas entradas ha vendido. Netflix sabrá lo que se hace…
Sobre la película, es la habitual suya, apenas existe el guión y todo consiste en una sucesión de gangs sin mucha conexión entre si donde el actor hace sus habituales tics que se suponen graciosos y no lo son. Todo ello alargado durante dos insoportables horas. Interpreta un personaje que se supone debe ser cargante para el espectador al principio para luego simpatizar con ese entrañable perdedor. En este caso es imposible. Acabarás odiando a Sandy Wexler tanto como a Adam Sandler..